viernes, 30 de octubre de 2020
Martes para elegir
jueves, 15 de octubre de 2020
El número 13 de la revista Surco Sur sale a la luz
Acaba de nacer el
número 13 de la revista de arte y literatura hispanoamericana Surco Sur. Aunque tiene su espacio en la Web publicada
por la biblioteca de la Universidad del Sur de la Florida (USF), se hace un
número limitado de copias impresas, con el propósito de complacer a quienes les
resulta difícil prescindir de una lectura que se enriquece cuando los dedos
palpan la ternura de la hoja enamorada, cuando, como una novia, te va regalando
más y más.
Como en todos sus números, la revista inicia con una muestra de poesía y cuento inéditos, procedentes de escritores reconocidos. Después, en su permanente sección Honrar, honra, se ofrece un dossier con el que se rinde homenaje al poeta cubano Eliseo Diego, en el centenario de su natalicio.
El número que ahora
se presenta, está precedido del siguiente editorial:
En medio de las
convulsiones epidémicas, sociales, políticas, económicas, ecológicas, con que
estamos concluyendo la primera mitad del año 2020, arribamos al 10.°
aniversario de la Revista Surco Sur, poniendo a su disposición el N.°
13. Ahora, la alucinante cifra contradice su fama de mala suerte, confirmando
la acepción numerológica que la vincula a fuerzas positivas, perspectiva que
fortalece la fe en el mejoramiento del mundo.
En el primer
decenio de Surco Sur, es justo recordar el entusiasmo con que la poeta puertorriqueña
Maribel Sánchez-Pagán, la profesora Madeline Cámara, el diseñador Edgar Jerez y
otros intelectuales se sumaron a la creación de su primer número y desde
entonces creer y trabajar por su continuidad. Si bien fue imposible cumplir con
la sistematicidad trimestral propuesta y finalmente debimos limitarnos a una
salida anual, la revista ha adquirido una visibilidad digital considerable,
sirviendo a estudiantes, profesores, estudiosos de la literatura
hispanoamericana o simplemente lectores.
Las decenas de
artículos, ensayos, reseñas críticas, poesías, cuentos y entrevistas que hemos
dado a conocer en esta publicación, firmados por prestigiosos autores –en su
mayoría profesores de universidades estadounidenses, latinoamericanas y
españolas–, justifican la existencia de esta publicación, cuya totalidad está
plasmada en el sitio web https://scholarcommons.usf.edu/surcosur,
correspondiente a la Universidad del Sur de la Florida.
Así como ha ido
cambiando la regularidad de las entregas, también las secciones se fueron
ajustando a determinados contenidos específicos, aunque las originarias –Honrar
honra, Nuestra América, Nubes de plata– y una muestra de poesía y cuento, han
sido permanentes. En los últimos números se ha incorporado La esquina del
traductor, Criterio atento y Primicias, con la finalidad de diversificar los
temas y géneros de expresión.
La revista se
inauguró festejando los cien años del escritor José Lezama Lima, autor de Paradiso
y fundador del grupo Orígenes. El N.° 13, que llega con otro centenario y con
la magia del ‘azar concurrente’, pertenece a otro de los emblemáticos miembros
de aquel grupo literario.
Honrando al autor
de En la calzada de Jesús del Monte, ofrecemos un dossier donde
incluimos palabras de su hija Josefina de Diego (Fefé). Asimismo, aparece otro
que responde a las inquietudes más sobresalientes de la actualidad, pues el
ejercicio literario –de creación o valorativo– no puede abstraerse de la
realidad en que vivimos. Por ello, el dossier “Recados para América”, organizado
por la Dra. Cámara, manifiesta el compromiso activo que asume Surco Sur
con nuestro tiempo.
Finalmente,
agradecemos a los profesores, estudiantes, escritores, poetas –cuyos nombres no
se mencionan por la extensión de la lista– que han colaborado con sus escritos
a la vida de esta revista; a los editores y correctores que nos han acompañado
en la actual aventura publicitaria, a los miembros ocasionales y permanentes
del Consejo Editorial, a su fiel diseñador, a los pintores cuyas obras ilustran
nuestras páginas y, también, a los que han apoyado económicamente las salidas
en papel de varios números. A todos, gracias por hacer posible esta revista,
sumada al empeño de hacer visible, desde Tampa, la riqueza literaria y de
pensamiento expresados en el idioma español.
Nota:
Para adquirir un ejemplar, puede escribir a surcosurevista@gmail.com o
llamar al 813-849 8113.
viernes, 9 de octubre de 2020
Una página web en honor a Iván Schulman
En el marco del 89.° aniversario del natalicio del académico Ivan A. Schulman, profesores del Departamento de Lenguas y Literatura de la Universidad de Memphis, en Tennessee, tuvieron la feliz idea de crear una página web que rindiera homenaje al prestigioso catedrático estadounidense cuya vida se extinguió el pasado 3 de agosto. La iniciativa fue dirigida por los profesores Fernando Burgos Pérez y José Gomariz, quienes solicitaron a familiares, alumnos, compañeros y amigos de Ivan que participaran en esta noble ofrenda al Maestro a través de testimonios, artículos, fotografías, entrevistas u otras remembranzas compartidas con el autor de Símbolo y color en la obra de Jose Martí.
De este
loable empeño nació la hermosa página https://www.ivanschulman.org en cuya
barra de cabecera se nos invita a
conocer diversos momentos de la vida y obra de uno de los más profundos
conocedores del modernismo literario, quien hizo tantos aportes al conocimiento
de la obra de José Martí, Julián del Casal, Rubén Darío y otros grandes
escritores hispanoamericanos.
Asimismo, destacan la “excepcional acogida que tuvo la realización de este homenaje en (...) quienes tuvieron la fortuna de haberlo conocido”. Después de estas palabras, el Doctor Burgos presenta una “Semblanza mínima e inconclusa de Ivan A Schulman”, donde le destaca “como profesor universitario, administrador, consultor, director, su participación en la realización de proyectos en colaboración, obtención de becas de investigación, ponente en congresos, la producción de numerosos artículos y reseñas, la consecución de premios de investigación, todo lo cual se extiende a través de sesenta años”.
A su vez,
destaca la abundante y profunda labor de Schulman al recordar: “Como
investigador, incluyendo monografías, ensayos en coautoría y de edición, Ivan
Schulman publicó veintinueve libros, ciento cincuenta artículos, y numerosas
reseñas. Se trata de una producción de sólida y rigurosa erudición con la que
elucidó ejes centrales del desarrollo de la literatura contemporánea tales como
el modernismo, la vanguardia y la modernidad hispanoamericanas”.
A
continuación aparecen los trabajos “Cómo
llegué a Símbolo y color en la obra de José Martí”, de mi autoría, y la reseña
del profesor José Gomariz “Ivan A.
Schulman: neoyorquino universal”, donde
nos advierte: “Si José Martí fue el mayor interprete cultural cubano en Estados
Unidos durante la llamada Gilded Age de fines del XIX, Ivan lo fue a su vez de
Estados Unidos en Cuba, para siglos venideros, a través de José Martí”. Al
final de su precioso texto, nos regala un testimonio muy emotivo: “En una
ocasión, mientras volábamos de La Habana a Miami, Ivan me comentó que su casa
estaba donde él estuviera. Su casa, comprendí, era el mundo. Imagino que, sea
cual sea el destino al que le esté llevando ese vuelo del alma, que José Martí
evocó, Ivan tendrá su casa. Ser de estrella y de transparencia martianas, aquí
también, entre todos tus amigos, discípulos, colegas, entre los que continuamos
cultivando la rosa blanca martiana de amor a la humanidad, seguirás teniendo tu
casa, Ivan”.
En el
apartado reservado a Testimonios, aparecen notas de extraordinario valor para
entender la grandeza de Ivan, no sólo como profesor, investigador y autor de
textos de tanto rigor, sino también al hombre sencillo, afectuoso, solidario,
sincero. Las emotivas declaraciones de
los profesores Pedro Lastra Salazar, Rubén González, Hugo Achugar, Fátima
Regina Nogueira, Jorge Camacho y otros –grandes intelectuales todos– muestran
el respeto y veneración al Maestro. Uno de ellos, Egberto Almenas, confiesa:
“En mi tesis bajo su tutela y jefatura departamental en la Universidad de Illinois
en Urbana-Champaign lo había reverenciado poco antes como “fuente motriz en el
sentido más lato del término, cuya obra trato de emular, infructuosamente”.
Leyendo los testimonios de exalumnos suyos que fueron hasta siempre sus
admiradores, yo, que pude conocerlo y conversar largamente con él, creo que
quienes estuvieron alguna vez a su lado debieron sentir un halo de sencillez y
grandeza, como el que percibieron los
que tuvieron el privilegio de estar alguna vez cerca de José Martí.
Finalmente,
esta página web nos ofrece entrevistas y muchas fotografías de Iván, desde su
niñez hasta los últimos años de su
fructífera vida. Gracias a los buenos profesores que construyeron, para
ahora y la posteridad, esta espléndida ciberpágina de gratitud.
viernes, 2 de octubre de 2020
Nat Turner, líder de una rebelión de esclavos
El ansia de justicia impulsa a su búsqueda incluso con actos de crueldad, cuando el maltrato excesivo obnubila el cerebro de quien es humillado en su condición humana y, al rebelarse, extiende la venganza incluso a aquellos que dentro de la clase dominante no comparten los métodos de sojuzgar. Desde este ángulo me asomo a la rebelión de afroamericanos estadounidenses guiada por Nat Turner, hace casi doscientos años.
Entonces,
se había cumplido medio siglo de la independencia y proclamación de la
constitución estadounidense, nacida con un canto a la libertad cuando los
propios redactores de la Carta Magna de la nación tenían esclavos, cuyos
derechos humanos fueron excluidos del texto fundador.
Nat Turner |
No hay una
biografía amplia sobre Turner, pero la historiografía estadounidense ha
conservado muchos datos sobre su vida y el cine presentó su actuación en la
breve rebelión que encabezó a través del filme
“The Birth of a Nation” (2016), donde el actor Nate Parker protagonizó
al héroe negro. Por ello, sabemos que nació en el condado citado, en el año
1800 y algunos ubican la fecha exacta el 2 de octubre. Se dice que mostró gran
inteligencia desde la primera niñez, cuando
aprendió a leer y escribir por sí mismo. También, que era muy sensible a
la religión y podía vérsele frecuentemente orando y ayunando. Después de su
muerte, muchos contaron que se veía a sí mismo como un mensajero de Dios y que
poseía la rara capacidad de oír mensajes que creía les eran transmitidos desde
lo Alto. Muchos, cuando le veían rezar o caminar ensimismado, le llamaban “El
Profeta”.
En
realidad, Nat Turner no pudo soportar el grado de humillación que pesaba sobre
su raza y, en su justa indignación, culpó de la esclavitud a todos los hombres
blancos. Su primera reacción fue huir de la plantación esclavista, lo que hizo
teniendo 21 años. Pero, en sus profundas cavilaciones en solitario, creyó
recibir un mensaje a través de un eclipse solar que se observó en Virginia el
12 de febrero de 1831. El vio en aquel fenómeno astronómico el aviso de que
debía preparar una rebelión contra los hombres blancos que maltrataban a su
raza e, inmediatamente, regresó a fomentarla desde la plantación a la que
perteneció.
Con su gran
capacidad de persuasión, convenció a algunos esclavos y negros libres y llegó a
movilizar a unos cincuenta, quienes a pie y a caballo se lanzaron a la
rebelión. La fecha del levantamiento también la tomó el líder como un aviso
celestial, cuando interpretó el tono azulado de una turbulencia atmosférica
como una señal divina. El 21 de agosto, los rebeldes, bajo su mando, salieron
casa por casa liberando esclavos y matando a los dueños que encontraron con
machetes, hachas, cuchillos y cuánta arma blanca tuvieron a la mano. La orden,
tan terrible como la propia esclavitud que soportaban, era “matar a todos los
blancos”, sin importar sexo ni edad.
Naturalmente,
una rebelión de esa naturaleza, frente al inmenso poder económico, político,
militar e incluso religioso de los dueños de la plantación –de la nación–,
quienes habían amparado en la Constitución el derecho de tener armas, no podía
extenderse más allá de su comarca y de las decenas de afroamericanos sumados.
Enseguida una milicia de blancos, bien armados, alcanzó a los rebeldes y los
derrotó. Aunque a los dos días ya habían sido vencidos, capturados y muertos
los complotados, Nat Turner logró escapar de la persecución blanca unos dos
meses. Finalmente, lo capturaron el 30
de octubre de ese año e inmediatamente fue juzgado y llevado a la horca. Le
pusieron un abogado que no podría salvar su vida –Thomas Ruffin Gray–, pero el letrado tuvo el acierto de publicar
un folleto en que plasmó las ideas transmitidas por Turner antes de morir.
Turner
murió en la horca el 11 de noviembre de 1831, en un poblado de Virginia llamado
Jerusalén, como si el nombre del lugar pudiera relacionarse con el mensaje
cristiano que creyó oír. Su cuerpo no fue crucificado, pero sí decapitado,
descuartizado, vejado, con todo el grado de violencia impuesto por los autores
y beneficiarios del sistema de explotación esclavista. Con todo, Nat Turner
dejó un ejemplo de resistencia de los negros ante la explotación a que fueron
sometidos por los blancos.
Hoy, cuando
persisten rezagos de discriminación entre seres humanos de diferentes razas y
que en Estados Unidos está provocando diversas manifestaciones, podríamos
encontrar en la acción de Nat Turner una doble enseñanza: es justa la protesta
frente a la injusticia, pero no es
legítimo atacar indiscriminadamente la infraestructura y superestructura de la sociedad donde vivimos.