Por Gabriel Cartaya
Para Yeyé
En
el preámbulo del sueño, comenté anoche a mi novia –nombre que persiste a los 30
años de casados–, que aún no había elegido el tema del que hoy debía escribir
para la columna Líneas de la memoria. Entonces dijo, como para salir del
paso: Pues escribe de la primavera, que estamos a 21 de marzo.
Entonces
comprendí que hoy nos levantaríamos con el alba primaveral, inaugurando la
estación del año más bendecida de los dioses, mitos, leyendas y esperanzas
consagradas a ella en el curso verde de la humanidad.
El frío del invierno
cede al estallido de la luz y la metáfora de la plenitud vuelve a resplandecer,
cumpliéndose cada año la alegoría mitológica de los antiguos griegos, cuando
Hades permite a la joven Perséfones abandonar una breve temporada el averno
donde la mantiene cautiva, para que acompañe a la madre –Deméter, diosa de las
cosechas–, momento en que los campos volvían a florecer.
La
primavera es hermosa desde su construcción semántica, al nacer con la suma de
las voces primer y verdor. Astronómicamente, su equinoccio se
produce entre el 20 y el 21 de marzo en el hemisferio norte, para finalizar con
el solsticio de verano el 21 de junio. Mientras, en el hemisferio sur se marca
entre el 21 y el 23 de septiembre, extendiéndose hasta el 23 de diciembre. Hay
todavía otra región, la intertropical del hemisferio sur, donde la primavera se
registra desde el 23 de septiembre hasta el 21 de marzo.
"La primavera" (1479), obra de Sandro Botticelli |
Pero a
pesar de sus variaciones espaciales, técnicas, climáticas o circunstanciales,
lo cierto es que su impacto ha marcado a todas las culturas, al
identificar esa etapa del año con la
renovación, la juventud, el florecimiento, tiempo en que cada quien alcanza a
vivir “en la flor de la vida”. Seguramente, no hay otra estación del año con
mayor presencia en la literatura, la pintura y en todas las expresiones del
arte, que ésta en que el nacimiento del sol se ha desplazado del sudeste al
este, para caer a las doce horas hacia el oeste.
En la
mitología de los egipcios, es en primavera cuando Isis consigue resucitar a su
esposo Osiris, para que en la luna llena inmediata a su equinoccio pueda
embarazarla. También es la estación cuando el pueblo judío se libera de la
esclavitud en Egipto, en el mes del Nisán o del “primer brote”, consagrada en la actualidad a celebrar la
Pascua que coincide con la luna llena que sigue al equinoccio, cuando se incorporó la conmemoración de la
resurrección de Cristo, a partir del domingo posterior a esta luna.
Los celtas
guardan un ritual para recibir la primavera, que dice: “Ahora expulso de mí las
tinieblas del invierno y del pasado y sólo contemplo lo que tengo ante mí. Me
ha llegado el momento de plantar semillas tanto en el plano físico como en el
mental y el espiritual”. En la India, la primavera es acogida con la fiesta a
que llamam Holi, famosa por la explosión de colores intensos y su
variedad de significados: el verde se identifica con la armonía, el rojo con el
el amor, mientras el azul es vitalidad y el naranja optimismo. En
Centroamérica, los rituales mayas de bienvenida a la primavera se mantienen
vivos, así como en Perú la fiesta de la primavera incaica goza de una secular
tradición.
Es evidente
en todas las culturas la fuerte presencia del advenimiento de la primavera,
pero basta con abrir la ventana de nuestra habitación al amanecer, para sentir
con el asalto de la luz matinal un aire nuevo, el reverdecer de las hojas que
nos rodean, el trinar de los pájaros atentos a la renovación del follaje, el
murmullo de la tierra abierta a la siembra, la purificación del agua, toda la
naturaleza equilibrando los sentidos en la poética que todas las alegorías de
la primavera expresan en cada renacer.
Los poetas
han sido pródigos ante los encantos y símbolos que nos regala esta temporada.
Pablo Neruda, Premio Nobel de Literatura, le dedicó un extenso poema titulado
“Oda a la primavera”, que aquí pueden volver a leer:
Primavera
temible,
rosa
loca,
llegarás,
llegas
imperceptible,
apenas
un temblor
de ala, un beso
de niebla
con jazmines,
el sombrero
lo sabe,
los
caballos,
el viento
trae una
cara verde
que los
árboles icen
y comienzan
las hojas
a mirar con
un ojo,
a ver de
nuevo el mundo,
se
convencen.
Todo está
preparado,
el viejo
sol supremo,
el agua que
habla,
todo,
y entonces
salen todas
las faldas
del
follaje,
la
esmeraldina,
loca
primavera,
luz
desencadenada,
yegua
verde,
todo
se
multiplica,
todo
busca
palpando
una
materia...
que repita
su forma,
el germen mueve
pequeños pies sagrados,
el hombre
ciñe
el amor de su amada,
y la tierra se llena
de frescura,
de pétalos que caen
como harina,
la tierra
brilla recién pintada
mostrando
su fragancia
en sus heridas,
los besos de los labios de claveles,
la marea escarlata de la rosa.
Ya está bueno!
Ahora,
primavera,
dime para qué sirves
y a quién sirves.
Dime si el olvidado
en su caverna
recibiò tu vista,
si el abogado pobre
en su oficina
vio florecer tus pétalos
sobre la sucia alfombra,
si el minero
de las minas de mi patria
no conociò
más que la primavera negra
del carbòn
o el viento envenenado
del azufre.
Primavera,
muchacha,
te esperaba!
Toma esta escoba y barre
el mundo.
Limpia
con este trapo
las fronteras,
sopla
los techos de los hombres,
escarba
el oro
acumulado
y reparte
los bienes
escondidos,
ayúdame
cuando
ya
el
hombre
esté libre
de miseria,
polvo,
harapos,
deudas,
llagas,
dolores,
cuando
con tus transformadoras manos de hada
y las manos del pueblo,
cuando sobre la tierra
el fuego y el amor
toquen tus bailarines
pies de nácar,
cuando
tú, primavera,
entres
a todas
las casas de los hombres,
te amaré sin pecado,
desordenada dalia,
acacia loca,
amada,
contigo, con tu aroma,
con tu abundancia, sin remordimiento
con tu desnuda nieve
abrasadora,
con tus más desbocados manantiales
sin descartar la dicha
de otros hombres,
con la miel misteriosa
de las abejas diurnas,
sin que los negros tengan
que vivir apartados
de los blancos,
oh primavera
de la noche sin pobres,
sin pobreza,
primavera
fragante,
llegarás,
llegas,
te veo
venir por el camino:
ésta es mi casa,
entra,
tardabas,
era hora,
qué bueno es florecer,
qué trabajo
tan bello:
qué activa
obrera eres,
primavera,
tejedora,
labriega,
ordeñadora,
múltiple abeja,
máquina
transparente,
molino de cigarras,
entra
en todas las casas,
adelante,
trabajaremos juntos
en la futura y pura
fecundidad florida.
pequeños pies sagrados,
el hombre
ciñe
el amor de su amada,
y la tierra se llena
de frescura,
de pétalos que caen
como harina,
la tierra
brilla recién pintada
mostrando
su fragancia
en sus heridas,
los besos de los labios de claveles,
la marea escarlata de la rosa.
Ya está bueno!
Ahora,
primavera,
dime para qué sirves
y a quién sirves.
Dime si el olvidado
en su caverna
recibiò tu vista,
si el abogado pobre
en su oficina
vio florecer tus pétalos
sobre la sucia alfombra,
si el minero
de las minas de mi patria
no conociò
más que la primavera negra
o el viento envenenado
Primavera,
muchacha,
te esperaba!
Toma esta escoba y barre
el mundo.
Limpia
con este trapo
las fronteras,
sopla
los techos de los hombres,
escarba
el oro
acumulado
y reparte
los bienes
escondidos,
ayúdame
cuando
ya
el
hombre
esté libre
de miseria,
polvo,
harapos,
deudas,
llagas,
dolores,
cuando
con tus transformadoras manos de hada
y las manos del pueblo,
cuando sobre la tierra
el fuego y el amor
toquen tus bailarines
pies de nácar,
cuando
tú, primavera,
entres
a todas
las casas de los hombres,
te amaré sin pecado,
desordenada dalia,
acacia loca,
amada,
contigo, con tu aroma,
con tu abundancia, sin remordimiento
con tu desnuda nieve
abrasadora,
con tus más desbocados manantiales
sin descartar la dicha
de otros hombres,
con la miel misteriosa
de las abejas diurnas,
sin que los negros tengan
que vivir apartados
de los blancos,
oh primavera
de la noche sin pobres,
sin pobreza,
primavera
fragante,
llegarás,
llegas,
te veo
venir por el camino:
ésta es mi casa,
entra,
tardabas,
era hora,
qué bueno es florecer,
qué trabajo
tan bello:
qué activa
obrera eres,
primavera,
tejedora,
labriega,
ordeñadora,
múltiple abeja,
máquina
transparente,
molino de cigarras,
entra
en todas las casas,
adelante,
trabajaremos juntos
en la futura y pura
fecundidad florida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario