El jueves de la semana pasada, las abogadas Yahima Hernández y Christine Smith invitaron a un grupo de colegas y amigos para celebrar, junto a sus familiares, el décimo aniversario de la fundación de Law Offices of Hernández & Smith, P.A., institución que en este decenio ha servido con profesionalidad y amor a cientos de personas que han requerido de sus servicios legales y, gracias a su eficiencia, han visto cumplirse sus sueños.
Pocas
veces se logra una verdadera armonía como la que han cimentado estas dos
mujeres sensibles e inteligentes, una cubana y la otra estadounidense, al
entender que la primera responsabilidad de quien sirve a las leyes es hacer
valer la justicia y proteger a quien requiere de ellas. Asimismo, en ambas, el
servicio a la comunidad les ha hecho merecer ese respeto y cariño que se hizo
tan evidente en la emotiva celebración.
Aprovechando
esta ocasión, hice la siguiente entrevista a Yahima Hernández, quien también es
miembro de la Asociación Americana de Abogados de Inmigración:
Christine Smith y Yahima Herández |
En la
celebración del 10.° aniversario de Law Offices of Hernández & Smith, P.A.,
entre familia y amigos, fue perceptible la felicidad en tu rostro, en el
de Christine y en el de todos los
participantes. Sé que hay muchas razones para esa satisfacción, pero me
gustaría que te refirieras a las que consideras principales.
Primero,
sospechaba que si reuníamos a todos nuestros colegas, familiares y amigos, la
química sería perfecta. Después de 10 años de fomentar relaciones y cuidar de
ellas sentimos que había llegado el momento de cristalizar lo que se venía
produciendo. Es la primera vez que reunimos a todos nuestros respectivos
amigos, familiares y colegas. Todos de caminos y experiencias muy diferentes,
pero con el apoyo a nosotras en común.
Como
sabes, Christine es estadounidense y yo cubana-estadounidense, encima de eso
practicamos áreas de leyes diferentes, contribuimos atributos diferentes a
nuestros clientes, y aun así se logra una homogeneidad en nuestras prácticas.
La satisfacción de lograr eso es indescriptible. Ha surgido de confianza mutua,
transparencia, y en saber poner los intereses de una en el nivel de la otra.
Las personas a nuestro alrededor creo sienten esa influencia, nos ven como
ejemplo y se motivan a respaldar nuestras ideas. ¿Será que se transmite la
confianza quizás? En nuestra sociedad, y en nuestras diferentes redes,
prevalece la calidad humana y eso supera las idiosincrasias y los prejuicios.
Las dos nos movemos en círculos de personas a las que les importa hacer el
bien, trabajar con integridad y eligen servir a la sociedad en general.
Conjuntamente,
esos amigos, colegas, familiares y el bufete logramos satisfacer muchas
expectativas por parte de nuestros clientes. ¿Como no sentir gran satisfacción
al ver una visión de un poco más de 10 años hecha realidad? Anoche estuvieron
varios abogados jóvenes que en algún momento hicieron internado en el bufete.
Verlos de vuelta, practicando leyes y siendo líderes ellos mismos, siguiendo de
cierta forma nuestra evolución me da esperanza de alcanzar logros todavía más
grandes. Sé que ellos lo harán no solamente igual, sino mejor aún.
Los
rostros, la alegría, los abrazos, las conexiones y la oportunidad de tejer aún
más nuestra red demostraron anoche que la celebración de este aniversario fue
el mejor regalo a nosotras mismas y a los que nos han reconocido como
merecedoras de su confianza. Me siento fortalecida, más que satisfecha.
Es
hermoso pensar en los cientos de personas que en este tiempo se han beneficiado
con la atención de ustedes. ¿Podrías recordarme algunos de los casos más
difíciles que han llegado a un feliz final?
Por el
carácter confidencial de nuestro sistema judicial, no puedo compartir historias
e identificar mis clientes y sus casos. Pero hay uno que viene a la mente y que
ha autorizado con anterioridad divulgarlo. Fue uno de mis primeros casos en la
corte de inmigración. André era estudiante de USF, indocumentado hace casi 10
años y terminó en deportación por un error.
Este muchacho, a pesar de no tener estatus migratorio, trabajaba muy
fuerte porque aspiraba a ser médico en Estados Unidos. En ese entonces, ya era
voluntario en el Tampa General Moffitt Cancer Center, Brandon Regional y muchos
otros hospitales y participaba en investigaciones de búsqueda de tratamiento
para cáncer. Yo tomé el tiempo para demostrar el valor de este individuo para
nuestra sociedad; médicos y profesores se unieron y yo presenté un conmovedor
caso al juez, quien quedó tan impresionado que eliminó la deportación sin ir a
juicio. El gobierno no apeló, ellos habían recibido una copia del manuscrito al
juez. Ese joven ya es ciudadano y ejerce como médico internista en nuestra
comunidad.
Con motivo de esta celebración, Christine y yo
pedimos a algunos de nuestros clientes del pasado compartir algunas palabras.
Te adjunto algunos de sus mensajes, varios dirigidos a una de las juezas que
decide casos de menores y otros a nuestro bufete. Son reflejo de los casos
difíciles que llegaron a final feliz. La práctica de Christine es
primordialmente ley de familia, la mía inmigración. El 80% de nuestros casos
son complicados, porque en familia e inmigración las emociones por derechos en
juego son muy dominantes, aun cuando la ley parece estar a favor. Los nombres
que comparto son casi todos ficticios para continuar protegiendo la
confidencialidad. Asimismo, no menciono
el nombre de jueces por ética profesional.
–Mi
nombre es Rosita. Obtuve mi residencia legal este año. Obtener mi tarjeta de
residencia fue de gran ayuda. Me permitió escapar de un hogar que no era seguro
para mí. Mi padre era muy violento y alcohólico. Puso mi vida en peligro y me
dirigí a Florida en busca de refugio en la casa de un familiar. Fue un desafío
aprender el idioma inglés y las nuevas formas de vivir en Estados Unidos, pero
lo entendí. Ahora trabajo como asistenta médica. Quiero agradecerles por darme
la oportunidad de influir en mis éxitos.
Atentamente,
Rosita.
–Mis
abogados me ayudaron a lograr la verdadera felicidad al ayudar a reunir a mi
familia después de tantos años. Tus propios logros vinieron a bendecirme, un
gran trabajo al estar ahí para familias como la mía. No sólo pude volver a ver
a mis padres, sino que también pude llevar a mis hijos a mi seguridad y son la
fuerza que me mueve a luchar y demostrar quién soy. Quiero que sepan que les
envío el mayor agradecimiento con la mano en el corazón. Las fotos muestran a
parte de la familia, juntos, gracias a ti.
Atentamente,
La familia Escobedo.
–Quiero
comenzar agradeciendo a usted y al juez de mi caso por permitirme, a mí y a
otros niños, vivir el Sueño Americano. Desde que me concedieron el estatus,
tuve la oportunidad de terminar y graduarme de la escuela secundaria en 2018, y
me gradué de la escuela de enfermería este verano. He podido conducir, viajar y
trabajar libremente sin tener miedo. Gracias por todo lo que hacen por niños
como yo.
Calurosamente,
María.
–Gracias
a Dios y a Usted. Que Dios te bendiga a ti y a tu trabajo, por escuchar y ser
tan buena. Personalmente, ha significado mucho para mí poder comenzar mi vida y
una familia. Cosas que no tendría en mi país de origen. Todo está bien ahora,
gracias por la ayuda que recibí. ¡Gracias!
Tengo
una nueva familia y una nueva vida, Ofelia.
–Es un
sueño hecho realidad estar en los Estados Unidos. Estoy agradecido de estar con
personas maravillosas como mis padres adoptivos, ahora son mis padres y estoy
feliz de ser su hijo. Todo esto no hubiera sido posible sin el juez de mi caso
que lo aprobó. No me olvido de Christine, que ayuda a que todo esto sea
posible.
Mi vida
ha cambiado mucho desde que llegué aquí y es diferente a la que tenía antes.
Hago ejercicios todos los días con mi papá. Hoy en día me siento emocionado
porque puedo ir a la universidad y estudiar lo que me gusta. Me concedieron la
residencia permanente hace dos semanas, lo cual no puedo creer. Mañana iré a
limpiar la playa, sigo siendo un ciudadano activo.
Una vez
más, las palabras no pueden describir lo agradecido que estoy de estar aquí.
Mis padres están felices, y yo también. Están agradecidos por cómo ustedes
lograron que esto funcione de manera ideal. No dudo que lograrán mucho más.
Atentamente, Jorge.
Cuando
la niña que llegó de Remedios entró a una universidad de Estados Unidos, ¿con
qué soñaba?
Interesante
que menciones a Remedios. Yo soñaba con mi ciudad, con todo lo que dejaba atrás
(mis amigos, familia, mi adorado Padrino). Como tenía que luchar para hacer
contar el costo de mi decisión, dejándolo todo atrás, quería demostrarme que mi
decisión había sido la correcta y que tenía en frente una oportunidad grande
que muchos no llegaban a ver, muchos allá y muchos acá incluidos. Yo soñaba con
asegurarme de que los años en prisión de mi abuela se multiplicaran en
bendición y que su memoria pudiera quedar reivindicada, si es que en vida no
alcanzó a lograrlo.
Sin
embargo, al venir en 1995, mi sueño era solamente llegar lo más lejos posible,
pero al inicio no pensé que eso incluiría lograr ser abogada, porque en Estados
Unidos es una carrera todavía elitista, cara, llena de obstáculos y para quien
no pertenecía a ese mundo, sin el apoyo de juristas, resulta muy difícil crecer
en este campo.
Comprendí
que era posible soñar con ser abogada al cabo de un año de haber llegado aquí,
en 1996, cuando pasé mi primer examen de psicología (en inglés, por supuesto).
Entonces supe que podía trazarme metas más altas y aquí estoy. Al primer
profesor que le comenté que quería ser abogada se echó a reír a carcajadas, todavía
lo puedo ver y escuchar. Yo, con optimismo, tomé las carcajadas a bien. Son un
aval de confianza, pensé. Lo traduje como que seguramente él había pensado:
“Hay que reírse, pero esta atrevida va lejos”.
¿Cuánto
ha significado la familia en tus logros profesionales?
Yahima, feliz con sus padres, hijo, hermana y otros familiares |
¿Por
qué te inclinaste al difícil campo de la inmigración en tu desempeño como
abogada?
Cuba
como país ha sido asfixiante para la libertad de expresión y Estados Unidos
reconoció ese hecho cuando en 1966 promulgó la Ley de Ajuste Cubano. Por ser
cubana, recibí mucha protección al llegar a este país. Un momento inolvidable
para mí fue ver a mi abuela naturalizarse en las oficinas de Inmigración, en
Kentucky. Me di cuenta de que a pesar de nuestro sufrido pasado, no todos los
inmigrantes tienen la misma suerte y protección como la que ofrece esa ley para
los cubanos. Yo me identifiqué con los indocumentados al llegar. En los
trabajos de limpieza, restaurantes y otros que realicé al principio conocí
indocumentados sin muchas esperanzas de legalizarse y vi cómo su talento se
desperdiciaba por no tener un camino para ajustar sus estatus a residentes
legales. Recuerdo un médico de Cambodia que limpiaba un restaurante conmigo y
sufría al pensar que nunca lograría revalidar su título. Yo quería darles la
misma oportunidad que yo tuve, y a eso me dediqué.
Además
de tu permanente trabajo como abogada, has estado atenta a los latidos de toda
la comunidad y especialmente a la de procedencia hispana. ¿Qué te inspira a
privarte de tiempo libre para servir a los demás?
De la forma en la que mi vida ha transcurrido,
mi carrera ha sido en los últimos 15 años uno de mis enfoques principales,
aparte de criar a mi hijo y estar disponible para mi familia. Mi tiempo ha
estado bien empleado usando mis credenciales, mi profesión, para expandir lazos
que beneficien a los hispanos. Yo tengo la bendición de vivir sin miedo. Muchos
hispanos temen enfrentar a las autoridades, a veces por no dominar el idioma y
hasta se cohíben de exigir sus derechos. Al mantenerme activa en organizaciones
cívicas y al rodearme de personas influyentes en el campo legal, para decirlo
de alguna manera, estoy sirviendo a los hispanos, creando un puente para ellos.
Esa obra me parece la mejor forma de emplear mi tiempo. Por suerte, mis amigos
creen en mi misión, son incondicionales conmigo y aunque no siempre esté
disponible para ellos siempre me reciben con alegría.
¿Cómo
ves a la Tampa de hoy y sueñas la de mañana?
Pienso
vivir en Tampa por el resto de mi vida. Me gusta viajar de vez en cuando y eso
es suficiente cambio de ambiente. Mi hijo estudia en USF, yo cada vez tengo más
raíces acá. La Tampa de hoy promete mucho, no sólo somos campeones en el
deporte, los hispanos no nos estamos quedando atrás.
En los
pocos años que llevo aquí veo muchos hispanos lanzar nuevos negocios y tener
éxito a mi alrededor. Además, los nativos nos reciben muy bien y nos asimilamos
unos a otros de manera muy positiva. Como expliqué antes acerca de la relación
simbiótica con mi socia, eso se extiende a Tampa desde mi perspectiva. Yo estoy
casi segura, no es ni siquiera un sueño, de que Tampa va a continuar siendo una
ciudad de bien. Tenemos lideres muy involucrados en hacerla avanzar, incluyendo
a muchos hispanos. Vivo a través de mi hijo y mi sobrino la realidad del futuro
que se avecina, muchas metas y muchas personas comprometidas a crecer y
devolver a este país con creces lo que nos ha proporcionado.
Publicado en La Gaceta, Tampa, e 15 de octubre, 2021.
Excelente historia y llena de pasión. Gracias Yahima por tener ese noble corazón. Mi admiración profunda. Te deseo muchos éxitos.
ResponderEliminarExcelente historia y llena de pasión. Gracias Yahima por tener ese noble corazón. Mi admiración profunda. Te deseo muchos éxitos.
ResponderEliminar