sábado, 15 de julio de 2023

Carta de Ocala, desde “un cesto de luz”

     En diciembre de 2016, escribí en esta columna un artículo titulado “Martí City: el primer sitio con el nombre del Apóstol cubano”, que puede verse en http://gabrielcartaya.blogspot.com/2016/12/ marti-city-el-primer-sitio-conel.html.

    Entonces, visité por primera vez la ciudad de Ocala, gracias a la gentileza de mi amigo Henry Echezabal, quien me invitó a recorrer las calles viejas de la ciudad donde a fines del siglo XIX los cubanos fundaron un barrio al que llamaron Martí City. En el escrito, recordé que el 21 de julio de 1892 llegó aquí el Apóstol cubano –también por vez primera– y el poblado le pareció “un cesto de luz”, seguramente por la abundancia de iluminación en medio de aquel ajetreado verano y por la claridad que encontró en los cubanos que abrieron su corazón al proyecto de patria al que entonces les convocó.

    En este verano de 2023, he encontrado esa luz refulgente a la una de la tarde del 8 de julio, cuando en una sala del hospital AdventHealth el grito del niño al que nombraron William Gabriel anunció su llegada al mundo. La emoción con que sus padres, mi hijo Pedro Gabriel y su esposa Tanya, recibieron a su segundo hijo no fue menor que la experimentada al nacer el primero, ni en mí disminuyó porque nueve nietos le precedieran. En las dos abuelas, tanto la cubana como la nacida en la India, el brillo de los ojos fue otra vez un manantial de ternura al derramarse en el cuerpecito hermoso que en un instante pasó de los brazos conmovidos de una a la otra, felices al abrazar a la madre cuando salió airosa de la prueba que les hizo más visible la edad.

William Gabriel, a los tres días de nacido

    No sé cuántos hijos de cubanos han nacido en Ocala, donde ahora hay más emigrados que en aquellos días cuando Martí llegó a la ciudad. Seguramente, en la última década del siglo XIX nacieron algunos, porque varias familias llegaron de la mayor de las Antillas a trabajar aquí, principalmente en las fábricas de tabaco que entonces intentaron establecerse. Casi todos soñaban con regresar a su patria, por más que este sitio “sereno y frondoso, recuerda a Cuba”, como le escribió Martí a Gonzalo de Quesada al conocer este lugar. Por ello, se entregaron al proyecto de fundar una república como la que les dibujó su mejor visitante.

    Tampoco sé cuántos padres cubanos de los que hoy ven nacer a sus hijos en Ocala sueñan con regresar a su país, de donde no habrían salido si hubieran podido vivir en aquella república de armonía, libertad y progreso, abierta al universo, por la que sus antecesores siguieron el llamado del Apóstol. Pienso en eso caminando por las calles viejas de Ocala, donde observo muchas casas de madera, algunas de estilo bungalow, como las que perduran en Ybor City, West Tampa y también en muchos barrios cubanos que se construyeron a principios del siglo XX, generalmente alrededor de centrales azucareros.

Pedro Gabriel con sus  hijos Stanley y William
 Pero me aparto de las calles en las que un día caminaron José Martí, Serafín Sánchez, Gerardo Castellanos y tantos independentistas cubanos; y vuelvo a la razón de esta visita a Ocala: al nacimiento de mi nieto William Gabriel. Entonces, me sumerjo en la compleja realidad global a la que asistimos, cuando las noticias hablan de crecimiento armamentista y algunos hasta pronostican, ojalá equivocándose, un posible conflicto nuclear; y medito en el orbe en el que vivirán las criaturas que, llegando ahora al mundo, serán los hombres y mujeres del mañana. ¿Los que vivimos hoy, les aseguraremos un futuro de paz donde puedan vivir y seguir construyendo una sociedad cada vez mejor? 

2 comentarios:

  1. Excelente escrito Gabriel,se nota en tu escritura el sentimiento de cubano que tienes, sueño,igual que tú,que está generación en la que se incluyen ya Stany y William, puedan disfrutar de un mundo tranquilo para desarrollarse como personas de bien,tengo fé de que eso ocurra, felicitaciones por tu escrito...

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  2. Muy bonitas y excepcionales palabras para la alegría que sientes por ese nuevo miembro en nuestra familia,el tendrá el privilegio de ser muy querido ,felicidades para Tanya ,Pedro y Stany,Stan, por supuesto para todos allá y aquí en Cuba.

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