Por Gabriel Cartaya
La consagración de un día del año a rendir homenaje simbólico a un
acontecimiento, deidad, afiliación, personaje u otro motivo, aparece desde los
tiempos remotos en que se registra la historia de la humanidad.
Pero tal vez ninguno sea más extendido que el dedicado a expresar la
veneración que despierta el ser que nos trajo al mundo. Por eso cada muestra de
homenaje a la madre, desde la antigüedad hasta hoy, entraña el motivo de
celebración más universal e inclusivo.
Sin embargo, no existe una fecha común para rendir reverencia al
emblema materno y a través de los tiempos, en diferentes países o regiones, se
ha ido afirmando una fecha propia. Asimismo, han sido diversas las imágenes
para la revelación de este tributo. Los antiguos griegos lo expresaban en el
culto a Rea, madre de Zeus, Poseidón y Hades, mientras los romanos eligieron a
Cibeles, diosa de la madre tierra y símbolo de fertilidad.
Con la aparición del cristianismo y su expansión por occidente, se
introdujo el culto a la Virgen María, fijada su celebración el 8 de diciembre,
fecha que algunos países, como
Panamá, han destinado al Día de las
Madres.
Honrar la presencia de la madre fue también una costumbre enraizada
en las culturas que poblaron la
Mesoamérica precolombina. Una de ellas, la azteca, rendía culto a la madre de
su dios Huitzilopochtli, la diosa Coyolxauhqui o Maztli, representada por la
luna. Los aborígenes rendían especial tributo a esta deidad, a la que
consagraban hermosas esculturas en oro y plata, revelando con un esmerado nivel
artístico su profunda veneración a la maternidad.
Actualmente sobreviven muchos elementos autóctonos y comunes en la
celebración del Día de las Madres en Hispanoamérica, a la que sus diferentes
países consagran una fecha específica del calendario anual, sin atender al día
de la semana. México, Guatemala y El
Salvador lo festejan cada 10 de mayo,
mientras Paraguay eligió el 15, Bolivia
el 27 y Nicaragua el 30 de este quinto mes del año.
Otros países, sin embargo, no lo hacen en mayo. Para los argentinos el
tercer domingo de octubre es su Día de las Madres, mientras los costarricenses
decidieron celebrarlo el 5 de agosto.
A los Estados Unidos vino la tradición desde Inglaterra, donde se
aprecia, desde el siglo XVII, la costumbre de llamar Día de la Madre al domingo
libre concedido a los siervos o empleados, para que cada uno pudiera visitar la
suya, en cuya figura se concentra el sentido de la familia.
Seguramente esa raigambre influyó en la iniciativa de la escritora
británica Julia Ward Howe, principal impulsora de una manifestación pacífica en
Boston, en 1872, para reunir a las madres que sufrían por la ausencia de los
hijos que habían sido llamados a servir en el ejército. Aunque las
celebraciones bostonianas no se afincaron en la tradición, resultaron un
antecedente para que en 1907, en Virginia, naciera la propuesta de establecer
un día del año para rendir homenaje a las madres.
Pablo Picasso. Maternidad, 1905
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A Ana Jarvis, una ama de casa
muy conmovida con la muerte de su mamá, le cupo el mérito de hacerse oír al
desatar una campaña nacional,
dirigiéndose a maestros, religiosos, políticos, abogados y cuantos quisieran
oír, con la propuesta de dedicar un día del año a rendir homenaje a las
madres. Le puso tanto corazón, que su
mensaje fue aprehendido en poco tiempo por toda la nación.
La práctica se hizo tan generalizada, que el 8 de mayo de 1914, el
presidente Woodrow Wilson firmó la proclamación del Día de las Madres como
fiesta nacional, una celebración que a partir de entonces quedó establecida
para el segundo domingo del mes de mayo.
Seguramente, el segundo domingo de mayo de 1915 fue la primera
celebración aguardada del Día de las Madres, por lo que hoy asistimos al
centenario de una de las costumbres más hermosas atesoradas por la humanidad.
La idea cruzó los mares y actualmente unos 40 países festejan el Día
de las Madres en esta fecha.
España, por su parte, lo celebra el primer domingo de mayo e
Inglaterra tiene su “Mothering Sunday”
el cuarto domingo del tiempo de Cuaresma. Pero si tomamos en cuenta los países
que eligieron el segundo domingo de mayo para el Día de las Madres, donde se
incluye a la vasta población china, es esta fecha la más universal para
expresar a cada madre, física o espiritualmente presente, el eterno amor que
merece.
En una frase de la sabiduría hindú encuentro la razón primigenia para
tan justa devoción: “Dios no podía estar en todas partes: por eso le dio
a cada familia una madre”.
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