Orlando Sánchez Soto es un pianista, clarinetista y, preferentemente, un excelente saxofonista cubano que en los últimos años vive y toca en Nueva York. Fue uno de los fundadores del Festival de Jazz Plaza de La Habana en 1980 y partícipe del mismo, al lado de los más grandes intérpretes de ese género, hasta el año 2013. Ha deleitado al público devoto del jazz en más de 30 países, entre ellos Canadá, Estados Unidos, México, Panamá, Colombia, Perú, Portugal, España, Francia, Alemania, Italia, Bulgaria, Turquía, China y Japón. Es autor del libro Sistema Armónico Complementario, utilizado por muchos profesores en la enseñanza de música y sigue, con el saxofón a cuestas, apostando por la paz y el amor en el mundo.
Maestro Orlando Sánchez Soto |
Los maestros Teodosii Spassov y Milcho Leviev
pertenecen al período que viví en Sofía, Bulgaria, donde hay muchos intérpretes
destacados del Jazz. Con ellos compartí, entre 1994 y 1998, en muchos
festivales. Con los otros artistas de fama internacional que has mencionado,
donde incluyo a David Valentin, David Murray y otros, nos reunimos en La Habana.
Te
graduaste del Instituto Superior de Arte de La Habana en 1987. ¿Qué significó en tu formación esa
institución universitaria?
Mi
educación musical comenzó desde la cuna, a través de mi madre Maritza Soto
Machirán, quien estudió piano en el Conservatorio Amadeo Roldán y luego
Musicología en el Instituto Superior de Arte (ISA), y fue directora de varios
Conservatorios de La Habana.
Pero mi
carrera oficial comenzó en el Conservatorio Alejandro García Caturla con el
profesor Oscar Soto Prieto, el profesor de Clarinete José Antonio García y
otros. Luego hice el nivel medio en la Escuela Nacional de Arte (ENA) y en el
Conservatorio Amadeo Roldan, donde cursé estudios con profesores de alto rango
como Harold Gramatges, Félix Guerrero, Alberto Rodríguez y Jesús
Rencurrell. Al terminar el nivel medio
ingresé en el ISA, hoy Universidad de las Artes, recibiendo clases de Juan
Jorge Junco, Andrés Allen, Graciela Pogolotti y otros, todos grandes pedagogos.
Mi educación ha sido especial, dada a la calidad de los profesores y por la
feliz coexistencia con estudiantes de primer nivel que hoy son estrellas de la
cultura en el mundo.
Aunque
se te considera multi-instrumentista (pianista, saxofonista, clarinetista), es
el saxofón el instrumento al que más te dedicas. ¿Cómo explicas tu predilección
por el instrumento creado por Adolphe Sax en el siglo XIX?
Tuve la
suerte de escuchar discos del trabajo impresionante de los maestros John Coltrane,
Dexter Gordon y muchos más, creando para mí un mundo sonoro mucho más rico y de
más proyección que el del clarinete.
Así, me mantuve siempre al tanto de esos instrumentos, pero cuando me
gradué del ISA, decidí estudiar de forma autodidacta el Tenor Sax como
instrumento de expresión musical, más acorde con mis intereses musicales. Y,
claro, siempre agradezco al belga Adolfo Sax esa maravillosa invención.
Háblame
sobre el impacto internacional del Festival de Jazz de La Habana, del que eres
uno de sus fundadores.
Después
de tantas décadas de confusión ideológica sobre el jazz y otros géneros
foráneos, por fin, en 1980, se creó un espacio en la Casa de la Cultura de
Calzada y 8, en el Vedado, donde logramos fundar el Festival. En ese tiempo yo
formaba parte del colectivo de Gonzalo Rubalcaba. El proyecto se impuso y
después participé en varias ediciones, hasta el 2013, con la Bigband conformada
por alumnos de la ENA, en el teatro Mella, de La Habana. El impacto del
Festival llegó a muchas partes del mundo, reuniendo a los más importantes
exponentes de ese género en Cuba, así como dando a conocer a muchos intérpretes
cubanos de jazz en el extranjero. Después participé en varios festivales, hasta
el 2013.
Además
de intérprete, eres profesor de música y autor de un libro sobre enseñanza de
jazz que se usa en varias escuelas del mundo. ¿Podrías comentarme sobre este
perfil de tu trabajo?
El
perfil pedagógico comenzó a raíz de la creación de talleres de música popular;
pocos estudiantes tenían alguna formación o información adecuada a lo que
ocurría en el mundo del jazz. Entonces, me propuse la tarea de enseñarlo.
Hacíamos audiciones colectivas, videos, comentarios, análisis, fichas
biográficas, descargas informales. Mas tarde, decidí escribir sobre el tema y
salió el Sistema Armónico Complementario, para todos los interesados en
aprender a tocar jazz. La primera publicación fue realizada por Advance Music,
de Alemania, y luego ha tenido otras ediciones.
¿Qué es
para ti Nueva York, donde vives actualmente?
Nunca
tuve el propósito de vivir en Nueva York, donde llevo ya algunos años. Es verdad que tiene una gran fama en el mundo
del desarrollo artístico mundial. Pero hoy la tecnología y la Internet han
convertido al mundo en una réplica de las exquisiteces de la Gran Manzana. De
todos modos, es una gran oportunidad ser testigo de los tiempos que corren en
una ciudad tan emblemática.
Nos
conocimos en Tampa, donde nos hicimos amigos hace unos años. ¿Cómo recuerdas
esta ciudad floridana, a la que espero vuelvas pronto?
Tampa sonó en mis oídos desde la infancia, por
su participación en las luchas patrióticas contra el colonialismo español,
especialmente por la actividad de José Martí en esa ciudad. Vine a visitarla en
2014, gracias a mi prima hermana Ana Carolina Vaca Sánchez, y pude compartir
con Marcel Ferrer, Alina Izquierdo, Denis Torres, contigo y con otros amigos.
Sentí en Tampa mucha amistad y fueron días inolvidables. Espero volver allí
pronto, a respirar el salitre, el aire
puro, los buenos habanos de Tampa que tanto nos recuerdan a Cuba y estrechar
las manos afables y sinceras de todos ustedes.
Thank you for all your work, from the heart
ResponderEliminarBest regards