Si en cualquier calle de la bahía de Tampa se le preguntara a alguien por Tony Jannus, seguramente contestaría que no lo conoce. Pero si acudimos al ducho Google, cada vez más requerido, este nos informará que “fue uno de los primeros pilotos estadounidenses cuyas hazañas aéreas fueron ampliamente publicitadas en el período de aviación anterior a la Primera Guerra Mundial”. Con ello, ubicamos su oficio y época y, si seguimos leyendo, nos enteramos de las muchas hazañas que aquel pionero de la aviación realizó.
![]() |
A la derecha, el piloto Antony Jannus y a su lado el exalcalde de Sain Petersburg, Abram C. Phiel. |
Sin embargo, la motivación para estas líneas viene de la implicación de la bahía de Tampa en la historia primigenia de la aviación, medio de transporte que en un poco más de cien años, en un proceso continuo de modernización, permite que millones de personas viajen cada día por el espacio aéreo, de ciudad en ciudad, de continente en continente.
Por eso recurrimos a los datos biográficos de Janus, porque
a él correspondió, el 1.° de enero de
1914, transportar al primer pasajero aéreo de la historia. Se trataba de que
Abram C. Pheil, exalcalde de Saint Petersburg, quien, mediante la adquisición de un boleto exclusivo, subió a un aeroplano en su ciudad para sobrevolar 35 kilómetros de
la ancha bahía y aterrizar feliz en una pista de Tampa. A su lado, el piloto Tony Jannus sonrió,
sabiendo que su nombre, como el del
pequeño hidroavión diseñado por Thomas Benoist y construido en Saint
Louis, Missouri, entraban en la historia de la aviación.
![]() |
Antony H. Jannus |
El 17 de diciembre de 1903, fue el primer vuelo tripulado, cuando los hermanos Wilbur y Orville Wright hicieron volar un vehículo de motor que pesaba más que el aire. El 25 de julio de 1909, el piloto Louis Bleriot atravesó el Canal de la Mancha, pero el primer vuelo comercial del mundo correspondió al espacio que une a las dos hermosas ciudades de la bahía de Tampa. El boleto privilegiado, donde solo cabía un pasajero, debió ser tan codiciado como el que obtuvo el acompañante de Jeff Bezos para viajar al espacio a bordo del Blue Origin. Es verdad que la subasta para el asiento disponible al lado del dueño de Amazón comenzó por 8 millones de dólares, mientras terminó en 400 la que ganó el alcalde petersburgués, aunque esos 4 dígitos eran entonces una millonada.
Aquel jueves, día de Año Nuevo, al aeródromo de Saint
Petersburg acudió una multitud de más de tres mil personas que, entre vítores y
aplausos, se emocionaron al ver elevarse a aquel pájaro de hierro que
transportaba al prestigioso exalcalde, a
cuya posteridad sirvió más la epopeya aérea que la propia labor en la alcaldía
que dirigió entre 1912 y 1913.
De los dos hombres implicados en la histórica acción, es
bueno destacar que Antony Habersack Jannus fue un valioso pionero de la
aviación procedente de Washington, D.C. En 1910, con 21 años y siendo mecánico
de motores de barco, se entusiasmó al saber de los primeros aeroplanos. En
1911, fue el primer piloto en volar el
Lord Baltimore II, un avión anfibio construido en esa ciudad. Desde entonces,
fue piloto de prueba del constructor Thomas W. Benoist, en St. Louis, firma del avión que hizo el vuelo sobre la
bahía de Tampa. Después de aquel suceso histórico, Jannus comenzó a trabajar con el fabricante de
hidroaviones Glenn Curtiss, quien lo llevó a Rusia a entrenar pilotos. Allí
falleció, en 1916, al caer el avión del heroico estadounidense en las aguas del
mar Negro.
Pero otras aguas, las de la bahía de Tampa, rinden homenaje
al piloto que inauguró sobre ellas la aviación comercial. Existe una réplica de
su avión en el Museo de Historia de Saint Petersburg y otra en un área del
Aeropuerto Internacional de esa ciudad. Asimismo, se instauró desde 1964 el
premio Tony Jannus Distinguished Aviation Society. Y en una amplia sala de
conciertos al aire libre, muy cerca de donde ocurrió el célebre vuelo, las
voces extendidas al espacio aeronáutico elevan el nombre de Jannus al concierto
inmortal de la vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario