viernes, 28 de octubre de 2022

Un diálogo con el escritor Rolando Lorie

     El reconocido escritor cubano Rolando Lorie, cuyos libros han merecido atención de la crítica, acaba de publicar en Ediciones Classic Subversive –dirigida desde Tampa por el poeta Alberto Sicilia– un hermoso libro de versos. Por ese motivo nos comunicamos con él, para que junto al poemario Eva, la de Adán, aparezcan unas líneas que nos permitan conocer más a su autor.

   Violando las advertencias de tu original poema “Formato guía para el resumé”, quisiera comenzar este diálogo preguntándote acerca de tu formación, títulos, libros y premios, incluyendo “encuentros de renombre internacional”, como ironizas en un verso.

   Dejadas a un lado las advertencias del poema al que aludes, donde le concedo a la imaginación un rol preponderante  como  elemento satírico-irónico, recurro a la memoria para contestarte. Nací en La Habana, un marzo a comienzos de  la década de los cincuenta, en el seno de una familia humilde trabajadora. Al concluir los estudios preuniversitarios, no tenía una vocación definida y al ver que la Licenciatura en Psicología era “selectiva” –debía pasar una serie de pruebas psicológicas y entrevistas personales–, decidí hacer el intento para saldar una apuesta conmigo, estatus que finalmente logré. Concluí mis estudios universitarios en 1974 y desarrollé  mi vida profesional en la especialidad de Psicología Social y del Trabajo En mi labor profesional escribí numerosos artículos y ensayos científicos que aparecieron en revistas especializadas.

Rolando Lorie

En la adolescencia había escrito poemas y relatos cortos, motivado por mi avidez de  incansable lector de los diferentes géneros literarios. En 1994, me radiqué en Miami, Florida. Con el paso de los años en el exilio, retomé la inquietud de escribir y, en la actualidad, atesoro como hijos a varios libros de narrativa y poesía que no me han hecho quedar mal, pues han tenido muchos reconocimientos. De los 14 libros publicados te menciono algunos:        

La solución está en tu mente (2011);  La sangre llama (Narrativa, 2013, 2016);  Notas mías (Poesía, 2013);  Qué  te parece si te cuento  (Narrativa,  2014 ); Realidades (Poesía, 2014); Bajo el ala del sombrero (Narrativa, 2014 ); Las aristas del tiempo (Poesía, 2015); Cuentos y relatos redondos y cuadrados (Narrativa, 2017); Soliloquios (Poesía, 2018); Desvaríos (Narrativa, 2020);   Guajiro ciento X ciento (Narrativa, 2022); y ahora Eva la de Adán, de poesía. También he participado con poemas y cuentos en varias antologías, entre ellas Cada loco con su tema (Cuentos, México, 2013) ; Balseros (Poesía, Miami,  2015);  La Habana convida (Antología poética por el 500 aniversario de la ciudad, Miami, 2019).

He sido finalista en el Concurso Internacional de cuentos breves “Cada loco con su tema” (Categoría Narrativa ficción,  Grupo Editorial Benma, México, 2013) y he tenido varios reconocimientos en el Premio de Literatura en Español “Carmenluisa Pinto”.  

Fui primer lugar en el e1 Concurso Internacional de Poesía “La palabra de mi voz” en ­2014 y      fui seleccionado entre los 35 mejores escritores del IV Concurso Internacional “Cuéntale tu cuento (Revista Digital La Nota Latina, Hispanic Heritage Organization /2017).  Obtuve Primer Lugar en el IV Certamen Literario Internacional “Somos” (Categoría cuento corto, 2018). 018).  

Referente a “encuentros de renombre internacional”, destaco las presentaciones de mis libros en tertulias literarias y en la Feria Internacional del Libro de Miami.                                                                                                                                        

¿Hasta dónde tus estudios de Psicología han influido en el narrador y poeta?

Como escritor, me considero “un psicólogo que intenta la narrativa y la poesía”, de ahí que en mis libros se reflejen las huellas de mis conocimientos profesionales al definir rasgos y características peculiares, emociones y sentimientos de los personajes en los cuentos y relatos, sin llegar a ser tratados y manuales psicológicos. Me guía un constante cuestionar ante la realidad que me rodea, aspecto que define también mi poética, en la cual irrespeto a veces los estándares y normas establecidas. Al igual que todo escritor, plasmo mis vivencias y experiencias personales en lo que escribo.

En una antología poética de 2015 titulada Balseros –publicada en Miami por Ediciones Entre Líneas– se te incluye con el poema “Emigrantes marinos”. ¿Cómo te ha impactado la realidad que provocó esos versos?

Cuando me propusieron participar en esa Antología, lo consideré un deber para con mis coterráneos que han desaparecido y aún  desaparecen en ese Estrecho de la Florida, cementerio marino de nuestros mártires en busca de la ansiada libertad. En los últimos versos del poema “Emigrantes marinos” se resume mi sentir…  “Más de medio siglo/el mundo sigue ignorando/la agonía, el sufrimiento de ese pueblo cubano que es el mío”.                                                                                     Al respecto puedo agregarte que fui protagonista de una fuga clandestina de  la cruel tiranía que impera en mi país buscando esa ansiada libertad, no como balsero, sino como “espalda mojada”; en 1994 crucé a nado el crecido río  Bravo por el Paso, Texas, con intensas lluvias, sin ninguna compañía y enfrentando múltiples riesgos. En esa época, al violar las leyes migratorias por entrar ilegal a Estados Unidos, no me me pude acoger a  la Ley de Ajuste Cubano como le era efectiva a los que arribaban por el mar, por ello, permanecí ilegal dos años realizando múltiples trabajos “por la izquierda”, hasta que un juez de emigración me otorgó  el estatus de asilo político, y pude reclamar a mi esposa y mis dos hijos con los cuales  me reuní  cuatro años después, pues la tiranía me los retuvo como castigo.

Tus cuentos cortos, agrupados en La Sangre Llama y Qué te parece si te cuento han tenido una buena acogida editorial y entre los lectores. ¿Cómo evalúas la actualidad de este género literario?

Dentro de la narrativa, el género del cuento siempre ha representado para mí un reto por su brevedad  –el decir mucho en poco–, reto que disfruto mucho al enfrentarlo; en ese poder de síntesis me he enfocado para lograr la efectividad de mis cuentos; busco que el lector quiera continuar con el texto, que se sienta inmerso con la trama y la vida de los personajes. Para ilustrarte esto, te pongo de ejemplo lo que expresaba Cortázar  hablando en términos boxísticos al comparar el género de la novela con el del cuento,  “la novela gana por puntos y el cuento por fuera de combate”.                                                                                                     

Considero que en la actualidad, la temática del cuento ha ido  diversificándose  y ajustándose a las exigencias en función de la época, y por consiguiente a la evolución del mundo, así como su forma de divulgación y promoción con la era digital. El hombre escribe atendiendo a la realidad y experiencia vivida. No podemos comparar la temática de los cuentos de Poe, Chéjov, Cortázar y otros destacados autores de tiempos pasados, con las de hoy día. No obstante, el cuento como género literario en todo momento requiere de exigentes habilidades  para alcanzar el éxito.

 Ahora estás dando a conocer, en Ediciones Classic Subversive, Eva la de Adán, con el subtítulo “Desvaríos poéticos”. ¿Dónde están los anunciados desvaríos, en Eva, la de Adán; o en Adán, el de Eva?

El título del poemario representa “la manzana” para atrapar al lector. En cuanto a ambos protagonistas, pudiera interpretarse que Eva es la que provoca los desvaríos de Adán como es usualmente presentada en la historia de la humanidad, pero nada más alejado de esa intención.    Eva representa a la poesía y Adán al poeta; es un Adán que desvaría poéticamente en la búsqueda de una verdad que es virtud misteriosa y a veces se encamina mediante incomprensiones y aparentes enigmas como pasa con la poesía misma. Son desvaríos, una forma auténtica de percibir la realidad circundante; definición que funge como piedra angular para recepcionar el mensaje de estos poemas con un toque de comicidad. Un “divertimento”  reflexivo y cáustico donde prima la burla sutil de algunas actitudes seudopoéticas muy al uso en estos tiempos,  al decir del colega prologuista de este poemario, Guillermo Labrit, con la sagacidad de su análisis literario y el buen decir de su lenguaje. Te puedo confesar que comencé a escribirlos por simple ejercicio y los finalicé con sumo gozo. En nota inicial al lector aclaro que cualquier similitud es “intencional”.

¿Cómo aprecias el presente de la literatura cubana dentro y fuera de la Isla?

 Considero que la literatura cubana es una, independiente a su procedencia, no hago exclusiones conceptuales. Podemos diferenciarla en cuanto a posibilidades de publicación y promoción de los autores, participación en concursos, ferias y eventos internacionales, acceso a la información mundial mediante la Internet, etc. En la Isla, conozco muy buenos autores que se ven limitados a publicar por no comulgar con la ideología oficial imperante. Mientras, una “élite  intelectual” de favorecidos, aborda la realidad del país a su conveniencia, con tal de mantener prebendas, factor que no padecemos los que escribimos desde el exterior y nos da ventaja en relación a ellos. Por tal motivo, la literatura cubana no cuenta en la actualidad con todas las condiciones ideales para su desarrollo armónico e integral.

Muchas gracias.