jueves, 31 de agosto de 2023

A propósito de una fiesta de reunificación familiar

 Creo que no hay tema más recurrente en la literatura, el teatro, el cine, la fotografía, la pintura y en todas las artes, que el de la familia, especialmente la de naturaleza consanguínea, aun cuando el término se extiende a la religión, el terruño, la política, el deporte y toda forma de agrupación humana, desde cuyo referente se expande al mundo animal, vegetal, mineral e incluso astral.

En la antigua Grecia, además de la esposa, los hijos y parientes cercanos, la familia incluía a los esclavos domésticos, tal vez porque saciaban el hambre en la misma casa. En Roma, donde la palabra viene del latín famulus, también comprendía a los sirvientes y se vincula con fames (hambre), de modo que los que se alimentaban bajo  el  mismo techo, con vínculo consanguíneo o no, pertenecían a esa familia.

Desde entonces, el concepto de familia ha atravesado por diferentes interpretaciones y actitudes acorde a la cultura a que corresponda, pero ha prevalecido el que sintetiza la Real Academia de la Lengua Española en que nos basamos: conjunto de ascendientes, descendientes, colaterales y afines de un linaje.

Independientemente del nivel de relaciones que existan dentro de este conjunto humano consanguíneo, hay una frase popular que expresa un nivel de compromiso entre sus miembros: la familia es la familia, significando que más allá de las diferencias posibles en el proceder de cada miembro, nada le separa de su condición familiar.

En Cuba, la conformación de la familia es una mezcla de sangre española, africana, asiática, árabe y, en menor medida, taína, con rasgos fisonómicos y culturales sincretizados en una identidad nacional que nos aproxima. Y, aunque no es un comportamiento privativo de la cubanía, el sentimiento de familiaridad tiene una fuerza que desborda la consanguineidad.

En la tradición cubana, la familia se mantuvo en la Isla durante los siglos en que se fue formando. Generalmente, el cubano no emigraba a otro país y aun cuando se separaba del barrio, el municipio, la provincia, se reunía en cumpleaños, días feriados como el consagrado a la madre, Navidades, o por algún motivo luctuoso.

Sin embargo, a partir de 1959 se inició una continua emigración que llega hasta nuestros días, lo que llevó a una separación de la familia que duele como una herida sin cicatrizar en la nación. Si a ello agregamos la política de alejamiento familiar dentro de la propia Isla, provocada por becas distantes para estudiantes, servicio militar y ubicación laboral innecesariamente alejada (alguien de Matanzas a cortar caña a Camagüey y el de Camagüey a cortar caña en Matanzas; un maestro de Manzanillo a dar clases en Guantánamo y el de Guantánamo a Manzanillo). Asimismo, ha pasado con las llamadas misiones internacionalistas: el esposo a un país y la esposa a otro, mientras los hijos quedan con los abuelos.

Pero la más fuerte separación de la familia cubana ha sido la emigración. Casi todas  tienen algunos de sus miembros en Estados Unidos, España, Latinoamérica, Asia, África y en las más remotas esquinas del mundo. En la década de 1960 y bien entrada la de 1970, apenas hubo relaciones entre ellos, fuera por las dificultades de la comunicación o, incluso, porque en el discurso político del país se consideraban enemigos –a veces con vocablos ofensivos emanados de los más altos dirigentes– a quienes optaron por el derecho humano de elegir otro lugar donde vivir.

Hoy, sin embargo, los familiares del exterior se han convertido en una tabla de salvación para la parentela de la Isla. Por un lado, por el apoyo monetario, en alimentos y medicina y, también, porque el sueño perenne de reunificación no se plantea con el regreso a la tierra en que se nació, sino con traer a los padres, hermanos, esposo(a), hijos, a vivir en el sitio extranjero donde se han ubicado. En este intento, es en Estados Unidos donde las condiciones son más favorables, especialmente en las últimas décadas, gracias al programa de reunificación familiar.

Aylicet entre sus padres, Miguel y Cecilia

La mayoría de mis amigos cubanos en Tampa han sido beneficiados con este programa y han podido traer a algún familiar a su lado. He asistido al aeropuerto más de una vez a recibir a familiares de esos amigos, siendo testigo de los abrazos, lágrimas, palabras, generadas por una emoción que pude aprehender con la llegada de mi hijo, su esposa y dos hijas. El sábado pasado llegó Cecilia Fernández, esposa de uno de mis grandes amigos desde la infancia, en cuya casa nos sentamos muchas veces a compartir la comida, lo que seguimos haciendo en Tampa, donde su hija, al llamarme tío, asume esta pertenencia al fámulo.

En la fiesta de bienvenida a Cecilia, su esposo Miguel, su hija Aylicet, un grupo de amigos y yo, con mi esposa, hijos y dos nietas, estuvimos varias horas disfrutando de comestibles, bebidas, música cubana, baile y abrazos, celebrando lo que miles y miles de cubanos hacen cuando les llega este día: festejar la reunificación de la familia porque, como sentencia nuestro idioma, se ha logrado “volver a unir lo que antes estuvo junto”.

Mientras tanto, la voz reunificación se me escapa en las palmas, esas “novias que esperan”, como desde Tampa las llamó Martí.

viernes, 18 de agosto de 2023

Camargo, un artista de Tampa expone en Andorra, invitado por la UNESCO

 El artista plástico Carlos Arturo Camargo Vilardy fue invitado por la UNESCO a participar del evento que, bajo el título Colores para el planeta, se celebra en Andorra cada dos años desde su inauguración en 2014. Camargo, conocido en La Gaceta por entrevistas anteriores y gracias a textos esporádicos de su autoría, fue uno de los 30 artistas del mundo que esta vez fueron convocados al país europeo, donde cada uno de los participantes debía realizar tres obras para ser donadas a la UNESCO y que esta entidad llevará a múltiples exposiciones a través del planeta, en su afán de promover la cultura y la paz. El escultor y pintor colombiano, radicado en Tampa, accedió a respondernos algunas preguntas, con el fin de compartir esta rica experiencia de connotación universal.

Participaste recientemente en el   encuentro entre artistas plásticos Colores para el planeta, ¿qué representó para ti esta invitación?

Fue una de las más bellas y profundas vivencias que he tenido en mi vida de artista, por el nivel creativo del evento, la calidad de los artistas y el ambiente afectivo que se desarrolló más allá de la exposición de clausura, porque se creó un grupo de whatssap en el que continuamos comunicándonos, compartiendo intereses conceptuales, amistad y relaciones internacionales con galerías de arte, lo que abre futuras posibilidades de exponer.

¿Qué objetivos se propone este encuentro entre pintores de diferentes regiones del mundo?

El objetivo de la Unesco es buscar la paz, la protección, la unidad en el mundo, reconociendo las culturas y estimulando los aportes del arte hacia la creación de una cultura superior, por esa razón la convocatoria y selección de los artistas se hace entre los cinco continentes, exaltando los valores multiculturales a partir del lema “ Colores para el planeta”.

La convocatoria para la edición de ArtCamp Andorra indica que “tendrá lugar en el marco del Decenio Internacional de las Lenguas Indígenas (2023-2032) declarado por la UNESCO y se centrará en temas estratégicos como la promoción de una cultura de paz y el desarrollo sostenible”. Cómo participante del encuentro, ¿cómo apreciaste en las obras y los diálogos entre los artistas la presencia de este propósito?

El escultor y pintor Camargo muestra las obras presentadas en Andorra

El artista por su naturaleza intrínseca y su sensibilidad educada o evolucionada es un humanista, un protector y embellecedor del planeta y la vida. por lo tanto, los artistas dentro de su libertad creativa están conscientes y comprometidos con el desarrollo sostenible, que es una de las grandes responsabilidades del mundo contemporáneo. Por eso, la Unesco fue la organización creadora y difusora de preservar los valores culturales y las tradiciones que enaltezcan a la humanidad.

En el diálogo multicultural en el ArtCamp, cada artista tuvo un tiempo indicado para presentar a su país y sus características geográficas, culturales, etc.

¿Cómo valoras la relación que se estableció entre los artistas participantes en el evento de Andorra?

Camargo (segundo de iz. a der., segunda fila), juntoal grupo de artistas
que expusieron en Andorra 2023.
La relación que se estableció entre los artistas participantes fue absolutamente extraordinaria. Se dieron varios niveles que fueron creciendo al ritmo del evento en su desarrollo durante doce días.

Desde el arribo al hotel donde nos alojaron a todos, la relación se fue dando espontáneamente, en la medida de la llegada y los encuentros casuales, con intercambios de nombres personales y país de origen.

En los encuentros en el comedor, que desde un principio fueron muy cálidos entre los recién conocidos, poco a poco afloró el sentido del humor que genera la expectativa de un encuentro nuevo.

En el estudio de trabajo colectivo, con buen espacio, luz, temperatura agradable, el aporte de los materiales requeridos y el acompañamiento permanente e insuperable de los miembros de la Unesco: Jeas Michel Aritengol, directivo de esa entidad; Janin Mir, coordinadora del evento, el escultor Faust Cam, el fotógrafo Alain Montane y otros.

Luego tuvimos la visita de la directora General de la Unesco: Audrey Azoulay, quien vino desde su oficina en París para hacer con su presencia la apertura oficial del ArtCamp, imprimiéndole un carácter de integración, unidad y alegría al evento. Con ella, se compartió un almuerzo en un espléndido lugar al aire libre.

En el desarrollo individual de las obras se respiraba un ambiente de trabajo como el de las facultades de arte cuando uno es un estudiante. Los diálogos, las expectativas creativas, los conceptos, la euforia de colores, etc, nos fueron introduciendo en un vibrante estado de ánimo permanente que estrechamos lazos afectivos, sin ningún celo artístico. todos admirados mutuamente de la riqueza y calidad de técnicas que iban surgiendo.

Háblame de tus obras creadas allí y del destino que tendrán esas pinturas.

Las obras creadas allí que en total fueron tres, son propiedad de la Unesco. Las mismas serán exhibidas durante un año en distintos lugares de Andorra y luego estarán itinerando por los países pertenecientes a la Unesco.

¿Qué presencia hispanoamericana hubo en ArtCamp Andorra 2023?

Fuimos únicamente tres artistas suramericanos: Claudio Ramírez, de Brasil; David, de Guatemala, y yo, colombiano.

¿Qué mensajes quisieras compartir de esta experiencia artística y humana?

Esta experiencia definitivamente deja huellas en uno como artista, independientemente de la trayectoria o edad que tengas, por las múltiples enseñanzas y vivencias emocionales; es como estar en una Bienal, sin el espíritu competitivo, sino en el goce del arte como creación.

El mensaje humano que quiero compartir es que la experiencia multicultural en el arte no solo ayuda a entendernos y respetarnos, sino también a amarnos. Este propósito de la Unesco lo viví en Andorra y deberíamos multiplicarlo en el mundo con todas las diciplinas estéticas.

martes, 15 de agosto de 2023

Conversación con el periodista, escritor y editor Pablo Socorro

 Entre el 6 y el 23 del pasado mes de julio, se celebró en Cartagena de Indias, Colombia, la sexta Feria Latinoamericana del Libro, en la que dos editoriales independientes de Florida –Primigenios y Lunetra– tuvieron una activa participación. Para conocer acerca de su presencia en este evento, conversamos con Pablo Jesús Socorro, escritor cubano que conduce Lunetra y quien actualmente vive en Spring Hill, al norte de la bahía de Tampa.

Pablo se graduó de periodismo en la Universidad de La Habana y ejerció esa profesión en su país, esencialmente como periodista deportivo. En 1996, se mudó a Miami y, dos años después, comenzó a trabajar como corresponsal de la agencia France Press con sede en Los Ángeles, California, lo que hizo hizo hasta retirarse en 2017.  En su rica trayectoria periodística, ha cubierto seis Olimpiadas, tres Mundiales de Fútbol, varios Juegos Panamericanos y otros eventos deportivos, así como algunas Cumbres Iberoamericanas, elecciones en Estados Unidos, premios Oscar y Grammys, desastres naturales como el huracán Katrina, etc.

Socorro ha publicado varios libros, entre ellos Hablar en cubano (Crónicas, relatos 2017),  Crucero Adonia: La vuelta a Cuba en una semana (novela 2017), Ruge el estadio (crónicas deportivas 2019), Las Miercolinas de Pablo: antídoto contra las epidemias (humor 2020), La memoria de las uñas (crónicas, cuentos 2022). En la Feria del Libro de Cartagena presentó El almendrón azul, que gira ingeniosamente entre el cuento y la novela. Pero que sea él quien mejor nos cuente de este feliz momento.

Pablo Socorro presenta El almendrón azul

La Feria Latinoamericana del libro Cartagena de Indias no tiene una larga historia, pues creo que se inició en 2018 y este año acaba de realizar su sexta edición, en la cual pudiste participar. ¿A tu parecer, qué dimensión ha alcanzado en este tiempo ese evento de escritores, editores y lectores?

La Feria de Cartagena es aún joven en relación con otros eventos similares en Latinoamérica, y por ello aún no se ha asentado en el circuito de Ferias de la región, pero es indudable que en estos seis años sus organizadores, y principalmente su promotor, el escritor Walter Caicedo, han trabajado incansablemente para que cada edición sea superior a la anterior. Pese a contar con escaso apoyo de las instituciones de gobierno locales y nacionales, Walter ha llevado adelante el sueño de colocar a su ciudad de Cartagena como vitrina para la cultura del libro, y sobre todo para la difusión de la lectura y la literatura colombiana. Vimos con qué entusiasmo participaban en las presentaciones de libros los niños y jóvenes de las escuelas cartageneras y público en general y lo importante que fue para los autores colombianos llegados de los recónditos lugares del país este contacto de la gente con su obra. Y eso es hermoso, sobre todo en una época en que los tik tok, reels y otras yerbas digitales están imponiéndose a la lectura del libro.

No obstante, y sin que ello demerite el fruto de esta VI Feria, en lo personal creo que deben tener una visión más internacional y comercial de su proyecto para que puedan crecer. Para ello se necesita mayor promoción en los medios de prensa locales y nacionales, invitaciones a periodistas para que entrevisten a los autores más reconocidos, dedicar la Feria a un país determinado, y contar con personal capacitado en el conocimiento de los autores que participan para darles una debida promoción y atención. Este año, por ejemplo, se invitó al escritor cubano Leonardo Padura, premio Princesa de Asturias de las Letras, pero se obvió que en la Feria participaban también, con la presentación de sus más recientes libros, otros autores de fuste como los cubanos residentes en Miami Sindo Pacheco, premio Casa de las Américas, y otros multipremiados como René Fuentes, Manuel Vázquez Portal y el gran poeta Efraín Riverón.  La criatura de Walter y sus colaboradores ya camina sola. Ahora solo necesita fortalecer sus pies con esos pequeños detalles para encontrar su propio rumbo.

¿Qué participación tuvo Ediciones Lunetra, que tu fundaste y diriges, en esta Feria del Libro que acaba de culminar en Cartagena?

Asistimos por primera vez a esta Feria por invitación de los organizadores y acompañando a la Editorial Primigenios, del escritor Eduardo Casanova Ealo. Lo hicimos con una amplia muestra del catálogo de 30 autores con que cuenta Lunetra desde su fundación como Casa Editorial en noviembre de 2019. Aunque en estas Ferias las ventas casi nunca compensan la inversión para asistir a las mismas, los resultados fueron buenos, tomando en cuenta que vendimos casi todas las existencias de algunos títulos como la novela El mar de los caníbales, de Fernando Velázquez Medina, parte de cuya trama de piratas y corsarios se desenvuelve en la Cartagena de Indias de 1586, y los libros de cuentos Villa Encantada, de José Hugo Fernández y El almendrón azul, de mi autoría. También hicimos donaciones a las bibliotecas de tres escuelas cartageneras y el último día de la Feria las Editoriales Primigenios y Lunetra entregaron a uno de los organizadores, el periodista Fernando Tatis, una donación de cerca de 100 libros para las bibliotecas de las instituciones educacionales de Cartagena. También firmamos un acuerdo de intención comercial con la Red de Editoriales Universitarias RedBooks para la impresión y distribución en Colombia de los libros de Lunetra y Primigenios y representaciones mutuas en las Ferias del libro que participemos las tres empresas.  

Como autor, presentaste tu libro El almendrón azul, cuyo título debió ser llamativo. ¿Qué acogida tuvo entre el público? 

El almendrón azul lo presentamos el segundo día de la Feria en una sala de la Universidad de Cartagena casi repleta, y tuvo una gran acogida. Se trata de una obra de ficción que se mueve entre el cuento y la novela, con un lenguaje muy cinematográfico, sobre la inevitable realidad cubana y las peripecias de siete personajes de carne y hueso, y el fantasma de Camilo Cienfuegos como catalizador, todos dentro de un auto americano de 1959. Más que la historia de un grupo de cubanos que buscan escapar de un régimen que los ahoga, es la historia de todos aquellos que se ven obligados a emigrar de su país en busca de sus sueños. La lectura del primer cuento causó tal impacto que me vi obligado a leer un segundo, y hubiera leído el libro entero si no es que, en medio de la presentación, una señora se paró y dijo: “¡Ay, hijo! Con este gobierno que cargamos ahorita vamos a necesitar muchos almendrones como el tuyo”. Lamentablemente, solo llevé 10 ejemplares que se agotaron en la misma presentación, por lo que en el resto de la semana tuve que decir a los interesados que podían comprarlo en Amazon.com. Sinceramente, nunca esperé que el libro causara tal impacto, al extremo que la dramaturga Myriam de Lourdes hará una adaptación teatral del libro para estrenarse en la primera jornada de la Feria de Cartagena de 2024. 

Miami tuvo una importante participación en la Feria del Libro de Cartagena de Indias, con ediciones Primigenios, dirigida por Eduardo Casanova y con autores del prestigio de Sindo Pacheco. ¿Cómo aprecias la relación del público con autores y obras de origen cubano?

El estand Lunetra-Primigenios fue uno de los más visitados de la Feria, pues además de contar con casi 600 títulos, pusimos en las paredes del recinto, una al lado de otra, las banderas de Cuba y Estados Unidos, y alternábamos música de ambos lugares. Tuvimos el privilegio de contar con autores como Sindo, Vázquez Portal, Fuentes, cubano residente en Uruguay, Riverón, el doctor José Antonio Trespalacios, y los costarricenses Juan Carlos Gómez  y  Alana  Quesada, la autora más joven, quien, con 15 años, presentó su libro de cuentos bajo el sello de Primigenios. La presentación del libro del doctor Trespalacios, La sexualidad que nos debemos, causó tal interés que fue invitado a dar dos conferencias magistrales sobre el tema en universidades locales.

De izq. a derecha los escritores Juan Carlos Gómez (Costa Rica),

Manuel Vázque Portal, Alana Quesada Obando  y Johaska Obando (CR),

Efraín Riverón, Nadia Gómez (CR), Pablo Socorro y Sindo Pacheco.


Entre los autores cubanos que viven en la Isla estuvo presente Leonardo Padura, uno de los escritores de ese país más conocidos de nuestro tiempo. ¿Hubo otros autores que viven en Cuba? Más allá de la ficción, ¿aprecias diferencias entre los temas que abordan los autores cubanos de la Isla y los que viven fuera de ella?

Salvo Padura, que asistió invitado por los organizadores del evento, no hubo participación física de otros autores residentes en la Isla, pero si muchos de ellos estuvieron representados con sus obras gracias a las gestiones de Primigenios y Lunetra. Nuestras editoriales han permitido a los escritores y poetas que no son publicados en Cuba, sacar sus obras al mundo y exponerlas no solo en la gran plataforma de Amazon, sino en Ferias del Libro como esta y la de Miami, además de tertulias y otros eventos que regularmente realizamos en el sur de Florida.

No creo que hay mucha diferencia en los temas que toca la literatura en ambos lados del estrecho de la Florida. Según Faulkner, solo hay tres grandes temas en la literatura: el amor, la muerte y el odio. Si Faulkner hubiera nacido en La Habana Vieja, Ciego de Ávila o Baracoa, diría que solo hay un gran tema que resume los tres anteriores, y se llama Cuba. Tanto en la literatura del exilio como en la del insilio, la Isla es un sujeto presente o inmanente en la mayoría de la creación literaria de los últimos 70 años de ese desastre sociopolítico mal llamado revolución cubana. Es mi opinión que buena parte de la producción cubana de estos años se mueve entre lo kafkiano, lo macondiano y un realismo sucio cargado de desesperanza.  El tema es amplio, y ha sido tratado a profundidad por estudiosos más preparados que este simple periodista que empezó muy tarde su carrera de contador de historias, y que para ganar tiempo se ha montado encima de un almendrón lleno de fantasmas y mitos.

¿Qué satisfacciones apuntas a tu ya rica biografía con este viaje a Cartagena de Indias?

 La Feria de Cartagena de Indias no solo sirvió de vitrina para nuestro trabajo, sino que pudimos pulsar cuáles son las preferencias de los lectores latinoamericanos, y las tendencias editoriales y tecnológicas que se mueven en la región.

Amazon ha masificado la creación literaria con el surgimiento del editor independiente, el autor que ya no necesita de una gran casa editorial para dar a conocer su obra. En Latinoamérica han surgido cientos de autores jóvenes con una gran calidad e interesados en temas tan viejos como el amor, o tan nuevos como el cambio climático o las diversidades sexuales y de género.

Entre las tendencias tecnológicas que ganan terreno cada día están los formatos digitales y de audiolibros, los podcast y la inteligencia artificial, apuntando a sustituir al editor por el big data.

La Feria también nos sirvió para concretar con el escritor y pedagogo cubano-uruguayo René Fuentes un proyecto en el que venimos trabajando desde marzo último, en homenaje al 145 aniversario del nacimiento del gran escritor uruguayo Horacio Quiroga. Se trata de tres libros que publicaremos en la segunda mitad del año, los cuales recogen los cuentos y relatos más selectos de Quiroga. René será nuestro delegado consejero ante las autoridades culturales de Uruguay para la presentación de estas obras en diferentes escenarios de ese país.  Es un proyecto ambicioso, pero hemos contado con la ayuda de la entidad HoracioQuiroga.org, que ha puesto a nuestra disposición todo el fondo gráfico y escrito que atesora sobre Quiroga, y el beneplácito del Ministerio de Educación y Cultura de Uruguay.  

-Muchas gracias.