miércoles, 30 de diciembre de 2020

El poeta Alberto Sicilia entrevista al escritor Sergio Ramírez

Hace unos días, el poeta cubano Alberto Sicilia, radicado en Tampa, hizo una entrevista al escritor nicaragüense Sergio Ramírez, a quien conoció personalmente en NIcaragua hace varios años. Su intención expresa fue publicarla en su revista Classic Subversive y extenderla a La Gaceta, como le fue comunicado al autor de la novela Margarita, está linda la mar, único escritor centroamericano que ha sido laureado con el premio de Literatura Cervantes, el más preciado que se otorga en lengua española.

A continuación, la entrevista de Alberto Sicilia a Sergio Ramírez:

¿Cómo se equilibran la calma que se percibe en su expresión y la pasión al abordar los temas que le preocupan?

Ese equilibrio viene desde la infancia. Yo aprendí a hacer esto entre la personalidad de mi padre y la de mi madre. Mi madre era una mujer muy serena, muy reposada, ella había sido educada en la religión evangélica, en un colegio Bautista en Managua. Mi abuelo materno era un hombre de recursos, era cafetalero, pudo educar a todos sus hijos en el recién instalado colegio Bautista por la misión evangélica que había llegado desde Alabama. Era una enseñanza bilingüe y nueva en Nicaragua, laica, evangélica y un colegio de alta calidad. Mi madre, que era profesora de Literatura, tenía ese carácter reposado, desapasionado, severa, muy severa, mientras que mi padre, por el contrario, era todo entusiasmo, mi padre no le tenía miedo al diablo; había sido alcalde del pueblo, si tocaba bailar en público, en una fiesta patronal, él bailaba, mi madre se echaba para atrás. Quizás yo soy el fruto de esa combinación, que me da un equilibrio. No abandonar los temas de la vida pública, que me preocupan, junto con los temas literarios, pero tratar de reflexionar mientras hablo, sin apresuramiento, ni pasiones desmedidas. Siempre he creído que la única manera que lo escuchen a uno, es dejando hablar a los demás y por lo tanto, tratar siempre de establecer el diálogo, en contra del carácter que tenemos los nicaragüenses, y quizás suceda bastante en Cuba, que unos se arrebatan las palabras a los otros y por lo tanto es muy difícil establecer un diálogo en que de repente, dos o tres o cuatro personas hablando al mismo tiempo, como si se fueran a matar, simplemente están discutiendo entusiastamente sobre un tema, pero esa manera de no escucharse es muy caribeña.

A los 14 años, ya usted había publicado su primer cuento. ¿Cuáles fueron las principales influencias literarias y artísticas en sus años de formación?

Cuando yo publiqué... lo que pasa es que uno hace ese tipo de cuentas según más le conviene, ¿no? Mi cuento publicado en septiembre de 1956, en el diario La prensa, era un cuento dominado por los temas a los que yo estaba más aficionado, que era los temas vernáculos, de las leyendas populares, los cuentos de camino, los cuentos de miedo que se le contaban a los niños, los cuentos orales que se transmitían de voz en voz, entonces yo hice una recreación de esos cuentos vernáculos, folklóricos digamos, y la mandé al periódico y ahí el periódico lo publicó sin conocer... el director del periódico, que era Pablo Antonio Cuadra, poeta, sin sospechar que edad tenía yo. Entonces él le puso un subtítulo, una entrada al cuento, diciendo: “Leyenda de la carreta náhuatl”, versión de Masatepe, como que era la versión de un folklorista, ¿no? Y era un cuento que yo había inventado... pero realmente el cuento que yo escribí, con la voluntad de hacerme cuentista, se llama “El estudiante” y se publicó en la revista Ventana, que creamos en la Universidad, apareció en el primer número de dicha revista, que se publicó en junio de 1960, de manera que mi historia literaria yo, a veces, generalmente empiezo a contarla a partir de ese cuento, no a partir del cuento de 1956.

El rey de España, Felipe VI, entrega el premio
Cervantes al escritor Sergio Ramírez

Paralelo a su desarrollo literario, sus inquietudes sociales lo llevaron a la lucha contra Somoza. Conocí y conversé con algunos de los integrantes del frente Sandinista en 1988, como Omar Cabezas, por ejemplo. ¿Estaban ellos entre su círculo de amigos o compañeros?

Ellos son de otra generación posterior, yo pertenezco más bien a la generación que se llamó de la autonomía, porque yo vivía en la universidad en 1959, recién conquistada la autonomía universitaria, y el gran rector nuestro, rector de la universidad pero rector espiritual era Mariano Fiallos Gil, quien había luchado por la autonomía, era un humanista, un liberal y era un maestro en todo sentido. Pero coincidió que en el año que yo vivía en la universidad, el ejército de Somoza masacró una manifestación de estudiantes en la que yo participaba, el 23 de julio de 1959 y entonces esta generación se llamó también 23 de julio, los que fuimos sobrevivientes de esa masacre; al año siguiente se fundó el frente estudiantil revolucionario, que fue el semillero del frente Sandinista posteriormente, pero la verdad es que me fui a Costa Rica cuando me gradué de abogado, a trabajar en el consejo de universidades de Centroamérica, y yo no participé nunca en la lucha armada, esa fue otra corriente, en la que no tuve nada que ver. Yo me incorporé al frente Sandinista, ya en 1976, cuando regresé de Alemania, porque el Frente Sandinista se había abierto a la participación de aquellos que no cargaban armas, de aquellos que no aceptaban irse a la lucha clandestina, etc. Entonces yo entré como un intelectual a las filas del Frente Sandinista, eso sería, como te decía, a finales de 1976.

El hecho de abandonar la política activa y dedicarse a la literatura ocurrió avanzada la década del 90. Aun así, usted mantiene un activismo desde las páginas de su blog El boomeran, invitando a la reflexión y haciendo un análisis de la sociedad y sus problemas más acuciantes. ¿Considera que es una manera de combatir contra la desidia contemporánea, una enseñanza para sus lectores más jóvenes, o ambas?

Creo que a las alturas que estamos del siglo XXI, estamos algo avanzado, llegando al primer cuarto del siglo XXI, todo esto que a finales del siglo XX, o cuando yo me involucré en la revolución, asumíamos como el compromiso del escritor ha cambiado mucho, se ha diluido bastante, o su naturaleza ha variado y antes era casi inaceptable que un escritor no expresara sus opiniones, o no se afiliara públicamente en contra de la opresión, de la dictadura. Pues como yo me formé en aquellos años, siempre he seguido considerando que para mí hay dos espacios de escritura, de reflexión, de acción y de palabra, que son el de mi propia obra creativa, de invención literaria y el de mi voz pública, que yo me siento obligado a alzar como ciudadano. Es decir, no soy de esos intelectuales, y no estoy deslegitimizando a nadie, me parece que es perfectamente legítimo no opinar en política y escribir bien, sino que simplemente yo vuelo con esas dos alas, soy a la vez ciudadano y a la vez escritor, con el cuidado de que mis opiniones o creencias políticas no intervengan abiertamente dentro de la literatura y terminen por arruinar el discurso literario, por encaramar encima el discurso político; esas aguas me parece que deben siempre permanecer separadas, pero vivimos en situaciones tan frágiles, tan complejas, tan anormales en América Latina, que yo siempre siento que hay algo que decir, y es lo que hago.

Su obra ha sido galardonada con los premios más importantes, transitando desde la memoria íntima y familiar a la ficción. En ella concurren diferentes géneros y subgéneros, como el policiaco, el humor negro y la aventura. No obstante pertenecer a una generación que abunda en recursos que complejizan el discurso literario, su escritura mantiene el lirismo y legado de la literatura clásica. En sentido general, ¿cómo ha sido el proceso de selección de sus temas y personajes a lo largo de su carrera como escritor?

El proceso de selección para mi comienza del interés que yo tenga en un personaje o un tema por su singularidad, porque me parezca que ese personaje o esa situación, inventada o no, merecería la pena ponerlo delante de los ojos del público, porque se sale del común, para mí la literatura es una lucha permanente por convertir personas en personajes y convertir situaciones de la vida real en situaciones novelescas, y darle el tinte de novela a lo que en la vida real toman por común y corriente. En América Latina, tenemos esa virtud, digamos, de que no nos asusta lo que pasa a diario porque nos parece que lo extraordinario y lo anormal es tan corriente que hasta que uno no lo ve en las páginas de una novela, no dice, esto parece novelesco o esto es novelesco. Entonces existe el tránsito de esa realidad a través de la imaginación para que una vez puesto en la letra impresa, se convierta en novela... no estoy hablando de todas las situaciones, la imaginación es muy rica, pero siempre parte de un punto de la realidad.

Hemingway decía mis modelos y cuando decía mis modelos, se refería a sus contemporáneos, a la gente que él conocía, conocía bien por dentro y que ocupaba para insertarlos dentro de sus novelas, con sus complejidades anímicas psicológicas, etc. Me parece que de eso se trata, se trata de insertar dentro de la novela a uno mismo por supuesto, que uno se conoce a sí mismo antes que a nadie, a la gente que lo rodea, a las situaciones que conoce, dándole los distintos disfraces que la novela permite.

¿Qué ha significado para usted la lejanía geográfica de su país natal y el hecho de enfrentar la continuidad de su obra con otros desafíos?

Creo que la mayor complejidad que uno se impone con un libro, con una trilogía como va a ser esta, porque estoy terminando la tercera novela de esta serie, es la contemporaneidad de estos temas y de estos personajes. Mi personaje comienza sus aventuras después de la derrota del frente Sandinista en las urnas, en los años 90, la siguiente es avanzados los años 2000, y esta es en el hoy, pero tan contemporáneo, que estoy hablando de hace 2 años, entonces la mayor complejidad es como escaparse de lo contemporáneo para que se convierta en ficción y que la realidad no lo siga corrigiendo a uno. Ahí está la gran dificultad de este libro, es decir, cerrar cronológicamente en determinado momento para que la realidad no te siga aturdiendo, en la medida en que yo lo que pretendo es ir haciendo un relato del día a día.

El 5 de agosto del 2022 se abrirá en el Instituto Cervantes la caja de seguridad 1475 que contiene una carta manuscrita de Rubén Darío y otra de Augusto Cesar Sandino. Coincidiendo con ese hecho usted llega al 80 cumpleaños, ¿con qué satisfacciones e ilusiones espera ese momento?

Bueno, no hay muchas ilusiones de llegar a los 80 años, uno no puede estar muy entusiasmado, pero creo que la vida hay que vivirla en la medida que avanza. Al llegar a los 80 años, yo recapitulo el camino andado, pero siempre tengo energías para seguir adelante, es decir, mis energías yo las concentro en lo que quiero escribir. Mi programa de escritura siempre es muy amplio y no voy a decir nunca, este fue mi último libro que escribí y ahora me siento a descansar, eso sí es la muerte. Entonces yo agradezco a la providencia, manos y cabeza, que son mis instrumentos. Terrible sería que yo me empezara a olvidar, entonces sería un mal final del camino, pero mientras yo tenga imaginación, memoria y dedos para pulsar, pues esa será mi vida y me sentiré muy feliz.

Recuerdo que usted tenía una disciplina o la tiene, porque su disciplina es mítica, de levantarse bien temprano a escribir. ¿A qué hora acostumbra a comenzar a escribir?

La idea del escritor que no tiene nada más que escribir es un mito porque el escritor siempre tiene que hacer algo adicional porque si no, no sobrevive. O es periodista o es profesor universitario generalmente. También hay escritores que son hasta médicos como William Carlos William, como el doctor Chejov, o que son funcionarios bancarios como T.S. Eliot, pero uno es algo además de ser escritor, entonces lo importante, y eso se lo digo siempre a los muchachos cuando trabajo talleres con ellos, es apartar las horas o el tiempo diario que uno le va a dedicar a la escritura siempre que uno esté hondamente convencido de la necesidad de escribir. Si uno no tiene esa necesidad, pues se puede dedicar a otra cosa, tranquilamente, pero para pagarse esa necesidad, hay que pagarla con obras de escritura, no importa la hora que sea, lo que tú me recuerdas es porque en los años 80, yo tenía muchos compromisos en la vida pública, entonces para poder escribir tenía que levantarme a las 4 de la mañana, pero el asunto es que yo no renunciaba a hacerlo, porque de no escribir, uno deja de ser escritor, eso es una ley de la vida; pasa el tiempo y uno no escribe, los dedos se ensarran, se va olvidando la escritura y después retomarla se vuelve muy complicado. Hoy en día yo me siento feliz, de que no tengo nada más que hacer que escribir, hoy yo puedo decir, bueno, mi principal dedicación o mi dedicación única es la escritura y lo que está alrededor de la escritura, las tareas que están alrededor de la escritura, una de ellas, viajar, cuando se podía viajar, a congresos, festivales, presentaciones de libros, todo lo que sea. Eso siempre lo he considerado parte de mi trabajo literario y luego, la parte administrativa de la escritura, la correspondencia, los agentes literarios, las editoriales, etc. Pero todo eso centrado en que yo, en las mañanas, estoy escribiendo, a partir de las 7:30, 8 de la mañana yo estoy sentado aquí, en este mismo asiento, escribiendo hasta la hora del almuerzo, y eso lo hago todos los días del mundo.

En la comunidad hispana de los Estados Unidos se encuentra una parte de sus lectores. ¿Podría darles algunos consejos para los que se inician en el camino de la creación literaria y unas palabras para sostener la esperanza de los hombres y mujeres que sueñan con sus países de origen? 

Primero resumir lo que te he dicho. No hay escritura sin escritor y no hay escritor sin escrituras. Si uno habla en serio de escribir tiene que hacerlo, no importa que sea una paginita diaria, y el día que no pueda, que siente que no imagina nada pues corregir, volver sobre la página, uno en la escritura, algo siempre tiene que hacer, pero no abandonarla, ese es el peor camino. Y siempre insistir, insistir en que si uno es escritor tiene que respetar el oficio escribiendo. Y por otro lado, yo a los jóvenes les digo, nunca hay que dejar de leer porque esa es otra cara de la escritura. Uno aprende a escribir leyendo, uno no aprende con un manual de gramática ni con un manual de estilo, aprende leyendo a otros buenos escritores, eso es esencial.

Y respecto a las diásporas, parte larga de mi vida yo he sido parte de una diáspora. Estuve en el exilio 14 años, tanto en Costa Rica como en Alemania, y a un escritor la ausencia del país no lo envenena nunca, siempre es un recurso creativo, la nostalgia es un recurso creativo, pero uno nunca puede perder la esperanza de regresar. Es decir, el que se va es como una ola, la ola siempre tiene que buscar como volver a la playa. Y de esa esperanza vive alguien en la diáspora sino no viviría. Uno no escoge el exilio, uno es siempre forzado al exilio por una u otra circunstancia, ya sea política, ya sea económica, pero nadie se va de su país por gusto. Nadie se va porque como se dice en Nicaragua, sea pata de perro, porque le guste andar los caminos, uno se va porque es forzado a hacerlo; y estas grandes corrientes migratorias que vemos hoy en día, las que van de Centroamérica hacia la frontera con Estados Unidos, que antes llegaban hasta la frontera mexicana con los Estados Unidos, hoy esa frontera está cerrada. México se convirtió en la policía migratoria de los Estados Unidos y los migrantes sólo llegan hasta el río Suichate. Y estas grandes olas migratorias en el medio oriente, es así, que van hacia las costas de Europa, estas son dramáticas, son dramáticas porque son masivas y para verlas de la perspectiva de la literatura pues uno tiene que fijarse, no en los miles de personas que van atravesando el desierto o metidos en una patera atravesando el mediterráneo, sino los individuos que forman esa colectividad donde están las historias, donde está el drama de la vida, donde están los motivos de las personas que tienen que alejarse de su país y los sufrimientos que pasan en ese alejamiento, luego las vidas que buscan fuera de su país, que es otro drama y otro motivo literario, de manera que esta sensibilidad nunca hay que perderla, de ver al inmigrante como alguien que fue forzado a salir de su tierra pero que siempre espera que podrá volver.

Feliz y próspero Año Nuevo

   La llegada de un nuevo año reviste siempre una especial emoción y se saluda invariablemente con deseos de bien a los familiares y amigos. La mayoría de las postales que se le consagran incluyen el vocablo próspero, asociado a lo venturoso, favorable, propicio.

    Ese instante en que despedimos y a la vez recibimos 365 días del calendario gregoriano tiene su primer referente en el dios Jano de los romanos –quien dio nombre a enero–, una deidad que al poseer dos caras, una mirando adelante y otra hacia atrás, fue  adorada como guía de las entradas y salidas. Así miramos a un diciembre que va al pasado irrepetible, mientras recibimos a enero con la eterna esperanza de mejoramiento.

En la mitología romana, el Dios Jano mira al
 pasado y al futuro

   Esa esperanza fue muy golpeada en el 2020 que acabamos de vivir. El año se abrió con las primeras noticias sobre una pandemia que en los primeros cintillos de la prensa mencionó un vocablo casi desconocido: coronavirus. Poco a poco, en la medida en que se fue extendiendo de China a Europa, supimos su nombre propio, Covid-19, y comenzamos a entender el peligro que se cernía sobre toda la humanidad.

  En pocos meses, en la medida en que fueron llegando las cifras escalofriantes de contagiados y fallecidos, comprobamos que estaban amenazadas nuestras costumbres, empleos, escuelas, hogares de ancianos, seguridad y nuestra propia vida. 

   En Estados Unidos, cuando alguien pronosticó la posibilidad de 200 mil muertes, creímos que la hiperbólica cifra tendría un matiz político. Sin embargo, ahora que sobrepasamos los 330 mil y sabemos que uno de cada mil estadounidenses ha muerto por este virus, nos impactan las declaraciones de los especialistas cuando advierten que se avecinan unos días más lóbregos. Así, al desear un Feliz Año Nuevo a quienes queremos, incluimos en lo más recóndito de la esperanza el pedido a que esquiven el contagio y, para ello, le pedimos que usen mascarillas, que obseven la distancia social, que se cuiden, como si estas previsiones constituyeran el mejor regalo que podamos ofrecerles.

   Ha terminado un año difícil para toda la humanidad, no sólo por la pandemia que ha llegado a casi todos los rincones del universo, sino también por las hambrunas, las catástrofes naturales, las guerras, las revueltas sociales, las crisis económicas y las respuestas represivas a las ansias de justicia en tantos lugares del mundo.

   A pesar de ello y sin olvidar el sufrimiento que en 2020 han padecido millones de seres humanos, hay lugar para la esperanza y la gratitud, debidas especialmente a las permanentes muestras de solidaridad con que los sentimientos humanos se comportan frente a la pandemia, a los desastres naturales y otras manifestaciones adversas. Muchos ejemplos conocemos cada día de médicos, enfermeros y otros trabajadores de la salud que arriesgan su vida diariamente para salvar a los enfermos; personas que llevan alimento gratuito al necesitado, otros que cosen mascarillas hasta la madrugada para brindar a quien las necesite.

   Hay otras buenas noticias del 2020. El pasado 25 de agosto se declaró la erradicación de la poliomielitis en África y se logró controlar la expansión del ébola que afectaba mayormente al Congo. En República Dominicana, este año, se logró que la legislación pusiera fin al matrimonio infantil;  en Argentina, la Cámara de Diputados aprobó el proyecto de ley de interrupción voluntaria del embarazo, desde el entendimiento de que “el aborto legal es un imperativo de justicia social, de justicia reproductiva y de Derechos Humanos”. A su vez, en Dinamarca, el Gobierno accedió a reformar el Código Penal para incluir que el sexo sin consentimiento es violación.

   Es lamentable que el Covid-19 haya mostrado  tanta rapidez para expandirse, pero es alentadora la premura con que la ciencia ha dado respuesta a su agresión para lograr que antes de finalizar el 2020 haya millones de personas vacunadas contra él.  Asimismo, reconforta la noticia de que una estudiante de 14 años, Anika Chebrolu, haya descubierto una molécula que dificulta que el virus  SARS-CoV-2 penetre e infecte las células, lo que representa un gran paso hacia la cura del Covid-19.  Esta alumna del estado de Texas, que ganó el 3M Young Scientist Challenge con su descubrimiento, sueña continuar con el desarrollo de fármacos sobre su cura.

   Si seguimos buscando  buenas noticias del 2020 vamos a encontar cientos que nos asombran por su contenido humano y voluntad hacia el mejoramiento de nuestro planeta y la vida en él. Es verdad que cuando abrimos el televisor, la radio o el periódico prevalecen noticias desalentadoras, aunque no falten a esa hora sucesos relevantes a favor del bien. Si  aquellos, por una explicable razón, despiertan más atención, es seguramente porque desde tiempos inmemoriales se requirió un oído más atento al daño que a la virtud. Mas la bondad nos enriquece desde la sincera expresión Feliz y próspero Año Nuevo.

 

lunes, 21 de diciembre de 2020

Conversación con el pintor cubano Erik Olivera Rubio


    La semana pasada, en el marco de una actividad cultural desarrollada en el edificio Don Vicente, en Ybor City, tuvimos la oportunidad de apreciar algunas obras del pintor cubano Erik Olivera Rubio, expuestas en la sala donde el Proyecto Art Factory, encabezado por Vicente Amor, organizó la velada artística.

    Erik Olivera es un artista que ha logrado reconocimiento internacional con una obra pictórica que pone énfasis en la cultura afrocubana, especialmente con la creación de rostros que identifican a las figuras sobresalientes de la cultura yoruba como Babalu-Ayé. Con una formación académica lograda en su país, se ha impuesto favorablemente en la crítica y el gusto popular en Cuba, Londres, Italia, Francia y finalmente en Florida.

Con el pintor cubano Erik Olivera Rubio, en La Gaceta
     

     Sobre la pintura de Olivera Rubio, ha escrito el agudo crítico cubano Roberto Zurbano: “Son los rostros de una diáspora negra que, desde su dignidad, nos observan y nos advierten sobre los modos en que una cultura se afinca a sus raíces, sobrevive y crea nuevas formas de identidad”. En Tampa, ciudad donde ahora radica el pintor, hemos tenido la oportunidad de apreciar las razones por las que sus cuadros han sido nombrados realistas, llamativos y coloridos. Asimismo, nos ha dado la oportunidad de, al conversar con él, presentarlo a nuestros lectores.

     Durante los últimos meses se ha exacerbado la lucha racial en EE.UU., a partir del momento en que un policía asfixia al afroamericano George Floyd. Es significativo que este tema lo hayas abordado en la pintura que hiciste de Eric Garner, estrangulado por la policía neoyorquina en 2014. ¿Hasta dónde el realismo artístico se funde con el social en este cuadro?

     El retrato de Eric Graner está insertado dentro de una obra instalativa que consta de varios retratos de algunos de los muchos afrodecendientes que han sido víctimas de asesinatos similares a los de Eric Garner y George Floyd.

Obra de Erik Olivera Rubio

     La crítica social ha estado siempre inherente a mi obra. Desde la estética siempre me ha atraído el realismo a través del retrato. Es la herramienta que he utilizado para comunicar el mensaje que ya llevan implícitos los personajes a los que me aproximo en mi obra

     Hay una pintura tuya dedicada a Martí y otra a Maceo, ambas con el rostro negro, aunque, como sabemos, uno era blanco y el otro mulato. En la búsqueda de un símbolo sincrético desde la antítesis, ¿no habría sido preferible el Maceo blanco?

     No hay paralelismo posible por la historia que hay detrás de la historia del pueblo negro, la que ha sido diana de años de esclavitud, exclusión e injusticias sociales. Las dos obras fueron realizadas en contextos diferentes por lo que se proponen objetivos  distintos.

     Mi Martí Negro hace ponderación al ícono, al abolicianista, a la figura que quizás como ningún otro prócer blanco de nuestra historia se pronunció y manifestó por encima de las diferencias  raciales. “Hombre es más que blanco, más que negro...”, nos dijo.

    La cultura afrocubana es sobresaliente en tu obra pictórica y dentro de ella la figura de Obatalá y la serie Los Orishas son muy destacadas. ¿Qué pesa más en ello, la historia, la religión o una síntesis de ellas como amalgama de la cultura cubana?

    En gran  medida de eso va mi obra, es todo una reverencia a nuestro  legado, trata de crear una simbiosis de características y expresiones  propias de nuestro identitario, humanizar  a los orishas  lejos de divinizarlos nos crea un acercamiento a los dioses en  nuestra vida cotidiana.

    El crítico de arte Roberto Zurbano ha utilizado el concepto posresistencia para referirse a tu obra. ¿En qué sentido legitimas esa expresión?

    Descolonizar el pensamiento es clave, ya que desafortunadamente vivimos en un mundo donde la sociedad está dando vueltas sobre sus vicios y está validando viejos errores.

    El término posrestistirse no sólo es apropiado, correcto,  sino visionario. Posresistirse es insertarse  dignamente en un contexto  global sin convertirnos en nuevos esclavos de viejas formas coloniales

¿Cuánto debes a la formación académica alcanzada en Cuba?

 Mucho debo a la formación académica alcanzada en Cuba. Empezando por mi madre, Carmen Luisa Rubio, a quien acompañé durante muchos años de mi niñez  a sus clases en la Academia de Bellas Artes San Alejandro, luego la secundaria la cursé en una escuela elemental de arte donde tuve la dicha de tener excelentes profesores al igual que posteriormente en mi ingreso a la Academia de Bellas Artes.

¿Por qué prefieres el acrílico al óleo?

La primera razón es la salud, de pequeño hacía alergias a los diluyentes de las pinturas oleosas, por lo que muy temprano conocí el acrílico y me fascinó por su inmediatez y todas las posibilidades que ofrece.

Después de exponer en varios países y alcanzar grandes reconocimientos, ¿qué significa para ti presentar tu obra, y ampliarla en la ciudad de Tampa?

Tampa me seduce mucho por su belleza, su historia, sus vínculos con Cuba, por su gente enamorada de sus tradiciones. Aprovecho para agradecer a Albert Fox, Ariel Quintela, al proyecto Ybor Art Factory, al periódico La Gaceta y a usted por esta entrevista  y por hacerme sentir en Tampa como en mi segunda casa.

Muchas gracias.

 

viernes, 11 de diciembre de 2020

John Lennon vive a los 40 años de su muerte

 

A los 40 años de su temprana muerte, John Lennon sigue siendo una leyenda viva en todo el mundo, aun entre quienes ahora son nietos de aquellos jóvenes que en la década de 1960, con sus canciones, ardieron de sueños, locuras y entregas hacia un mundo imaginado, entonando hasta la madrugada los éxitos de aquellos fabulosos Beatles conducidos por un joven de pelo largo y espejuelos redondos.

Con sólo un par de guitarras (Lennon y George Harrison), el bajo de Paul McCartney y la batería en manos de Ringo Starr, aquellos cuatro jóvenes que en febrero de 1961 se subieron a un escenario del bar “La Caverna” a tocar rock, no podían presentir que, en breve, serían el grupo  musical  más  célebre del universo. Aunque los 4 eran geniales, el de mayor edad era su líder.

John Lennon, Paul McCartney, George Harrison y Ringo Starr

Al nacer, el 9 de octubre de 1940, fue inscrito como John Winston Lennon, para iniciar una niñez con privaciones materiales y afectivas. Creció sin el padre y una madre (Julia Stanley) con desajustes emocionales y cuya pérdida en un accidente de tránsito, cuando él tenía 17 años, le afectó enormemente. Estuvo al amparo de una tía que intentó apartarlo de su inclinación musical, pero no pudo impedir que deambulara por las calles con una guitarra. En esos recorridos se encontró con Paul McCartney, otro iluminado, y juntos armaron la banda Quarry Men, el antecedente inmediato de los Beatles.

Es bien conocida su historia. A mediados de la década de 1960 habían desbordado la frontera inglesa,  llegando a todo el mundo a través del pop y el rock. Junto a la creciente fama, se divulgaba el comportamiento rebelde de su guía y el desenfado con que se burlaba de las costumbres  de la llamada alta sociedad. En una actuación del grupo, a la que asistía la Reina de Inglaterra rodeada de figuras de la realeza, Jonh declaró: “Los de los asientos más baratos pueden aplaudir (...) y el resto de ustedes basta con que hagan sonar sus joyas”.

En 1964, la banda llegó por primera vez a Estados Unidos. El debut lo hizo en el programa  televisivo The Ed Sullivan Show, que logró un récord de 73 millones de espectadores. Los críticos consideraron que aquel acontecimiento marcó un antes y un después en ese tipo de programación.

Desde entonces hasta la desintegración de la mítica banda en 1970, en todos los escenarios que actuaron y cada salida de un nuevo disco constituyeron   un acontecimiento musical irrepetible, donde la idolatría hacia los 4 beatles se hizo comparable a la fe religiosa. “Let it be”, “Hey you”, “Yesterday”, “Come together”, “Love me do” y otras canciones compuestas por John o McCartney se hicieron canto permanente en millones de gargantas.

En 1971, Lennon, la figura más polémica y comprometida  con causas sociales y políticas, decidió radicarse en Nueva York, junto a Joko, su segunda esposa.  Siguió haciendo música, cine, escribiendo y practicando dibujo, pero su participación en actividades de contenido sociopolítico se hizo más intensa, especialmente sus declaraciones en contra de la guerra de Estados Unidos en Vietnam. Al ser una figura de tanta fama, el gobierno del presidente Richard Nixon lo consideró peligroso. No sólo le negaron la residencia permanente durante mucho tiempo, sino que intentaron su expulsión del país y sus pasos fueron seguidos por agentes de la CIA y del FBI.

Al terminar el gobierno de Nixon y la Guerra de Vietnam, Lennon se concentró más en su vida familiar –estuvo unos cuatro años sin dar a conocer canciones–. Pero su estampa de rebelde, la participación en manifestaciones a favor de la paz y el hecho de que canciones suyas, como “Imagine”, se convirtieran en un himno de los pacifistas  del mundo, creando dudas alrededor de  las circunstancias que rodearon su muerte. Algunos han derivado de aquel asesinato teorías conspirativas, insinuando que el hawaiano  Marck Chapman pudo haber recibido instrucciones de algún órgano de poder estadounidense para cumplir aquel acto criminal. A ello han contribuido declaraciones previas del propio Lennon, como aquella en que dice al periodista Paul Krassner:  “Si nos pasa algo a Yoko o a mí no será un accidente”.

Lo cierto es que en la tarde de aquel fatídico 8 de diciembre, cuando John regresaba con su esposa al edificio Dakota  donde tenía su apartamento, lo estaba esperando en la entrada un joven a quien unas horas antes él había complacido autografiándole “Double fantasy”, su último disco. Cuando el ídolo volteó la cabeza ante el saludo “Señor Lennon”, el desalmado respondió con cinco balas de revólver. Declaró que quería ser famoso, pero no era un idiota en el sentido que los médicos consideran la idiocia, aunque sobradamente desde su significado común, por lo que aún está preso.

Hace 40 años de la muerte de John Lennon, quien tenía exactamente esa edad cuando le troncharon la vida. Un malvado nos privó del artista fecundo, pero no del mito que nos sigue acompañando, desde sus canciones como Beatle mayor hasta el pensamiento que nos transmitió:  “Mi rol en la sociedad o el de cualquier artista o poeta es intentar expresar lo que sentimos. No decir a la gente cómo sentir. No como un predicador, no como un líder, sino como un reflejo de todos nosotros”.

jueves, 3 de diciembre de 2020

George Mercer Brooke en el nacimiento de Tampa

 

En las efemérides de nuestra ciudad podría considerarse el 5 de diciembre como referente a sus días fundacionales, por ser la fecha en que, en 1823, el coronel George Mercel Brooke recibió la orden de fundar un fuerte militar en el abra que los españoles habían denominado Espíritu Santo y que para nosotros es la hermosa bahía de Tampa.

    Brooke –un official del ejército estadounidense, acompañado del coronel James Gadsden y al frente de un grupo de soldados pertenecientes a un regimiento de infantería situado en Pensacola–,  navegó inmediatamente hacia esta costa con la instrucción de enfrentar a los indios seminoles. Entonces, cuando hacía dos años  Estados Unidos había  adquirido de manos españolas la Florida, el pueblo indígena de este nombre ocupaba parte de su territorio y el gobierno de la unión americana se había propuesto someterlos y, cuando menos, desplazarlos a sitios que tuvieran bajo su control. 

George Mercel Brooke

  
   Esa fue una de las tareas que vino a cumplir el coronel Brooke, quien también debía ocuparse de limpiar esta región de piratas, contrabandistas de esclavos y todo tipo de aventureros que molestara a los intereses de quienes, dos décadas más tarde,  harían de Florida el vigésimo séptimo estado de la nación.

   Pero, en estas notas, no vamos a mirar hasta dónde ­Brooke cumplió con las exigencias que le fueron impuestas como militar, sino a la contribución que dio al nacimiento de la ciudad de Tampa, aspiración que ya aparecía en proyectos previamente anunciados. Así lo expresó la revista The Niles Weekly Register, de Baltimore, en artículo hecho público el 24 de marzo de 1821, donde insinuaba que “La Bahía de Tampa sería el lugar ideal para la localización de la capital del estado algún día. Sus costas inhabitadas serían el sitio ideal para la cabecera del gobierno, al igual que su posición al sur sería un punto estratégico ideal para la localización del depósito naval de los Estados Unidos”.

   De todos modos, aunque no fuera éste el propósito de la llegada de Brooke a la bahía de Tampa, impulsó aquella sugerencia involuntariamente desde que, en enero de 1824, al arribar a la ancha bahía, eligió la boca del río Hillsborough para establecer el fuerte.

    Con el fin de iniciar las primeras construcciones, los soldados debieron derribar cientos de arbustos, árboles, espantar cocodrilos y hacer habitable la zona entre la desembocadura del caudaloso río a las aguas del mar. Allí se edificó el Fuerte que llevó su nombre, en el espacio donde hoy existen los hermosos edificios que acogen al Centro de Convenciones, el Centro de Historia de la bahía de Tampa y Amalie Arena. Con su ­inauguración, el 24 de enero de 1824, se estaba emplazando el embrión de una bella ciudad que casi doscientos años después sigue creciendo. 

   Se cuenta que antes de la llegada de Brooke algunos pescadores hispanos estaban asentados en este lugar, seguramente de forma temporal, pero con la creación del Fuerte se mezclaron con los militares, convirtiéndose en los primeros latinos que se hicieron ciudadanos estadounidenses en Florida. Lo cierto es que aquel grupo de hombres, algunos con sus esposas, al construir sus pequeñas casas alrededor de la instalación militar, ganaron el gentilicio de tampeños.

   Y, para mayor mérito del propio Brooke, a él le correspondió ser el padre del primer cristiano nacido en Tampa, pues el 18 de diciembre de 1826 su esposa Lucy dio a luz un niño al que llamaron John. La historiografía tradicional de la ciudad lo ha considerado el primer residente nativo, pero, evidentemente, es la historia contada por el ‘civilizador’, desconociendo la cantidad de calusas, timucuanos y seminoles que debieron nacer en la tierras que rodean nuestra ancha bahía y que son los verdaderamente oriundos de este lugar.

   El fuerte Brooke jugó un papel significativo  en las tres etapas de la guerra contra los seminolas en Florida y también en los años de la Guerra Civil, entre 1861 y 1865. Después fue decayendo su importancia y hacia 1883 se retiró su última guarnición. A su alrededor se fueron extendiendo nuevas edificaciones y antes de terminarse aquella década ya teníamos aquí los ferrocarriles, el puerto y el pueblo de Ybor City, con una población compuesta por estadounidenses, españoles, cubanos, italianos, quienes hacían visible a nivel mundial la grandeza de la ciudad nacida en Fort Brooke.

 

 

jueves, 19 de noviembre de 2020

 

La visita a Tampa de José Raúl Capablanca

Al cumplirse un aniversario del natalicio de José Raúl Capablanca –único hispanoamericano que ha sido Campeón Mundial de Ajedrez–, queremos recordar la breve estancia del genial ajedrecista  en la ciudad de Tampa cuando, en mayo de 1915 y de paso entre Nueva York y La Habana, estuvo aquí unos días.  En esa ocasión, no sólo visitó la ciudad sino que ofreció en ella dos simultáneas del juego ciencia, con lo que demostró el alto aprecio que tenía por un lugar tan identificado con la historia de su país.

   Entonces no era todavía el Campeón Mundial. Sin embargo, ya era reconocido universalmente entre los mejores. En 1908, con 20 años de edad,  se enfrentó al campeón estadounidense  Frank Marshall,  con el sorprendente resultado 8-1 y 14 tablas. Tres años más tarde, en el prestigioso torneo de San Sebastián de 1911, obtuvo el Premio de Belleza contra el reconocido Ossip Berstein, quien lo había declarado muy joven e inexperto para jugar con él y quedó estupefacto con la intuición, rapidez, sentido estético, elegancia y técnica del cubano.

   En 1913,  derrotó en Berlín a Jacques Mieses y a Richard Teichmann y en 1914, en el gran torneo de San Petersburgo, le ganó al famoso Alexander ­Alekhine y se enfrentó a Enmanuel Lasker, el único que quedó por encima de él.  Al concluir la competencia, el Zar Nicolás II proclamó a los cinco ganadores –Lasker, Capablanca, Alekhine, Tarrasch y Marshall– como “Grandes Maestros del Ajedrez”.

   Con 27 años, el día que llegó a Tampa era una gloria mundial del ajedrez y había retado al campeón de mundo –Lasker– por el título principal, el que alcanzaría seis años después (1921) y retendría hasta 1927.

   En la tarde del 28 de mayo, cuando arribó a Tampa, no sólo los amantes del ajedrez sino miles de tampeños –estadounidenses, cubanos, españoles, italianos– fueron a recibirle. En una nota que escribió PJ Walker, secretario del Club de Ajedrez de Tampa, leemos:

   “Capablanca aterrizó en Tampa el 28 de mayo y fue recibido por una gran multitud de latinos y estadounidenses, con una banda de música tocando cuando bajó. Miles de personas lo aclamaron mientras lo llevaban al automóvil. Lo siguió una procesión y también la banda de música hasta su hotel”.

   El sábado por la noche, según la misma fuente,  un country club ofreció un banquete en su honor  y, más tarde, el distinguido visitante brindó una partida simultánea en el Tampa Chess Club con 32 jugadores, donde un ajedrecista local, nombrado E. Mc Donald, logró llegar al final consiguiendo un empate.

   Al día siguiente, que era domingo, describe Walker “un picnic en honor a Capablanca, al que asistieron gran parte del pueblo cubano y una gran multitud de estadounidenses”. Asimismo, cuenta que el llamado “Mozart del Ajedrez” jugó otra simultánea contra treinta oponentes, pero esta vez ninguno consiguió llegar a un empate. Allí mismo, se hizo un acto donde asistió el alcalde Donald Brenham McKay –fue dueño y editor del Daily Times–, quien pronunció un discurso de elogio al distinguido visitante.

   Tres días más estuvo el ajedrecista en la ciudad, tiempo en que debió visitar sus lugares más emblemáticos, entre ellos los sitios de Ybor City ligados por siempre  a la historia cubana y a su Apóstol. El jueves siguiente, 3 de junio, salió al puerto de nuestra ancha bahía, donde abordó el Olivetti con rumbo a  La Habana. Dicen que en un momento Capablanca expresó, emocionado,  que solamente en la ciudad de La Habana  –donde nació el 19 de noviembre de 1888– había tenido un recibimiento tan cariñoso como el que le prodigaron en Tampa.

viernes, 6 de noviembre de 2020

Eleanor Roosevelt, una primera dama

Este 7 de noviembre se cumple el 57 aniversario de la muerte de Eleanor Roosevelt, quien fuera la esposa de Franklin Delano Roosevelt, presidente demócrata que condujo con acierto los destinos de la nación entre 1933 y 1945, en uno de sus momentos históricos más complejos. A él correspondió guiar la política que rebasó la profunda crisis económica iniciada a finales de la década de 1920 y responder al fascismo durante la Segunda Guerra Mundial con las tropas de las que era Comandante en Jefe. Durante ese difícil período, tuvo a su lado una mujer cuyo talento, carácter y sensibilidad constituyeron un aliento inestimable en el ejercicio político internacional que le correspondió dirigir a su esposo.
Roosevelt y su esposa Eleanor
   Históricamente, el papel de la llamada primera dama en la política estadounidense no ha sido decorativo, exceptuando momentos en que la figura femenina no haya contado con atributos que la hicieran sobresalir por sus acciones públicas. 
   La nominación no existía en los días que Martha Custis, la esposa de Washington, estuvo en la Casa Blanca, pues no fue pronunciado hasta que James Madison (1809-1817) llamara así a su esposa Dolley en una de sus cartas de amor. Un poco más tarde, cuando James ­Buchanan ocupa la presidencia (1857-1861) se crea el título –no oficial– de Primera Dama, ostentado, curiosamente, no por la esposa sino por su sobrina Harriet Lane, quien utilizó su posición a favor de causas sociales. Desde entonces, va a ser la esposa del Presidente quien siempre reciba este nombramiento, en cuyo desempeño han sobresalido muchas mujeres por la labor que realizaron durante la permanencia de sus esposos en la presidencia.         Veamos algunos ejemplos de las últimas décadas: la popular Jacqueline Kennedy renovó la mansión presidencial y se preocupó por las artes; la esposa de Lyndon B.Johnson, Lady Bird, se enfocó en la protección del medioambiente; Betty Ford defendió la igualdad de género y el derecho al aborto; la esposa de Jimmy Carter –Rosalyn– centró sus esfuerzos en la salud mental; Nancy Reagan es conocida por su lucha contra el uso de las drogas; Barbara y Laura Bush, esposas de George Bush, padre e hijo, se preocuparon por la alfabetización de los niños e introdujeron innovaciones en las aulas; Hillary Clinton promovió una reforma sanitaria y Michelle Obama dedicó sus ocho años en la Casa Blanca, entre otras ocupaciones, a estimular la implementación de dietas más saludables en los colegios del país y promover la educación de las niñas por todo el mundo. 
   En correspondencia con el papel socialmente activo de la primera dama de Estados Unidos, quiero recordar a Eleanor Roosevelt en el aniversario de su desaparición física. Nacida en Nueva York en 1884, se casó con Franklyn D. Roosevelt en 1905. Cuando, a principios de la década de 1920, sufrió una enfermedad que lo dejó paralítico, fue ella quien más lo animó a que continuara su vida política. No sólo lo logró, sino que junto a él comenzó a animar campañas a favor de su programa y a pronunciar encendidos discursos, contribuyendo a que en 1928 ganara el cargo de Gobernador de Nueva York. Así lo hizo en las campañas que lo llevaron a obtener la presidencia en las elecciones de 1933 y lo acompañó mientras estuvo al frente del gobierno hasta su muerte, ocurrida el 12 de abril de 1945, cuando la II Guerra Mundial estaba llegando a su fin. 
   Eleanor ha sido la primera dama que ha estado más tiempo en la Casa Banca, pues su esposo se mantuvo durante tres períodos en la presidencia a consecuencia de la conflagración bélica.
    Al abandonar aquella posición, relevada por Elizabeth Virginia Wallace Truman, Eleanor siguió una vida activa en la política de su nación. Entre 1945 y 1952 fue delegada de Estados Unidos en la Asamblea General de las Naciones Unidas. Fue la primera presidenta de la Comisión de Derechos Humanos y participó en la redacción de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Su papel allí fue tan significativo que el entonces presidente Harry S. Truman la llamó “Primera Dama del Mundo”. Con más de 70 años, durante el gobierno de John F. Kennedy, presidió la Comisión Presidencial sobre el Estatus de la Mujer, avalando sus opiniones con su enorme prestigio. 
   Al morir, el 7 de abril de 1962, desaparecía físicamente una de las mujeres que, siendo primera dama, contribuyó al prestigio y simpatía popular hacia una nominación que, sin ser un cargo oficial, tiene la posibilidad de influir en el destino de la nación.

viernes, 30 de octubre de 2020

Martes para elegir

Así como el día elegido en Estados Unidos para festejar el Día de Acción de Gracias es el cuarto jueves de noviembre, se dispuso que las elecciones federales en la nación se adhieran a una fecha permanente y, para que nunca coincidan con un fin de semana, se dispuso que siempre se realizaran un martes. Claro que no un martes cualquiera, sino el primero del mes de noviembre, que este año es el día 3, pero puede ser otro siempre que cumpla con ese requisito. La costumbre es longeva, con 275 años de vida, pues fue en 1845, durante el gobierno del presidente James K. Polk, cuando se aprobó una ley que fijara una fecha específica para los comicios federales, lo cual no aparecía en la Constitución estadounidense. a ese año, las elecciones se podían celebrar en cualquier fecha que estuviera entre septiembre y diciembre. En la aplicación de la nueva ley, el primer martes de noviembre de 1848 se realizaron las elecciones, resultando entonces ganador de la presidencia Zachary Taylor, quien nunca había tenido un cargo público.
Aquel 1845 hubo acontecimientos muy significativos para Estados Unidos, como la anexión de Texas, pero no fue esta la motivación para definir la fecha de elecciones. Entonces era un país eminentemente agrícola, aún con plantación esclavista. La mayor parte de su población vivía en áreas rurales y le resultaba difícil viajar a las capitales de los condados a participar en el ejercicio del sufragio, al que sólo tenían derecho los hombres blancos aunque se le llamara democrático. En aquellas circunstancias, se pensó en el mes de noviembre para las elecciones porque en esa fecha estaban concluyendo las cosechas y la nieve todavía no se había intensificado en las regiones más frías. Por otro lado, en una población religiosa y de diferentes nominaciones, los sábados y domingos miles de pobladores habrían optado por ir a sus iglesias antes que al colegio electoral. Por otro lado, en muchos condados existía la costumbre de ir al mercado los miércoles, de manera que los habitantes de las regiones más lejanas podrían viajar –ya en carruajes de tracción animal o fluviales–, realizar la votación el martes y, de una vez, quedarse un día más a realizar sus compras en la ciudad. La ley tuvo también la sutileza de anotar que fuera el primer martes después del primer lunes de noviembre, con lo que se indicaba que si el primer martes caía día 1.° había que esperar al siguiente. La razón no fue un capricho, pues también lo motiva la fe religiosa: no debían coincidir las elecciones con el Día de los Santos de los cristianos. Aunque aquellas motivaciones han perdido sentido en la actualidad, se afincaron en la tradición de la nación. Por ello, a diferencia de la mayoría de los países –especialmente en Latinoamérica– que hacen sus elecciones los domingos, en Estados Unidos se realizan en un día laboral. Si entonces la pretensión fue lograr mayor asistencia a las urnas, en el mundo de hoy la dificulta, pues la asistencia al trabajo en este país es probablemente la obligación con que más cumple el ciudadano. Ello explica que la participación electoral sea tan baja, muchas veces por debajo del 50 por ciento. Ahora, en las elecciones de 2020, se han experimentado cambios, como el voto anticipado por correo y votación adelantada en sitios habilitados para ello. Es verdad que estamos viviendo un año de muchas tensiones, primero por la pandemia del coronavirus, pero también de contenido racial y social. Asimismo, la falta de ética en los discursos de los contendientes que aspiran a ocupar la Casa Blanca los próximos cuatro años ha conmovido la conciencia estadounidense. Con todo, afirmando la responsabilidad cívica y la costumbre, el primer martes que sigue al primer lunes de noviembre, vamos a votar.

jueves, 15 de octubre de 2020

El número 13 de la revista Surco Sur sale a la luz

 

Acaba de nacer el número 13 de la revista de arte y literatura hispanoamericana Surco Sur.  Aunque tiene su espacio en la Web publicada por la biblioteca de la Universidad del Sur de la Florida (USF), se hace un número limitado de copias impresas, con el propósito de complacer a quienes les resulta difícil prescindir de una lectura que se enriquece cuando los dedos palpan la ternura de la hoja enamorada, cuando, como una novia, te va regalando más y más.

Como en todos sus números, la revista inicia con una muestra de poesía y cuento inéditos, procedentes de escritores reconocidos. Después, en su permanente sección Honrar, honra, se ofrece  un dossier  con el que se rinde homenaje al poeta cubano Eliseo Diego, en el centenario de su natalicio.

El número que ahora se presenta, está precedido del siguiente editorial:

En medio de las convulsiones epidémicas, sociales, políticas, económicas, ecológicas, con que estamos concluyendo la primera mitad del año 2020, arribamos al 10.° aniversario de la Revista Surco Sur, poniendo a su disposición el N.° 13. Ahora, la alucinante cifra contradice su fama de mala suerte, confirmando la acepción numerológica que la vincula a fuerzas positivas, perspectiva que fortalece la fe en el mejoramiento del mundo.

En el primer decenio de Surco Sur, es justo recordar el entusiasmo con que la poeta puertorriqueña Maribel Sánchez-Pagán, la profesora Madeline Cámara, el diseñador Edgar Jerez y otros intelectuales se sumaron a la creación de su primer número y desde entonces creer y trabajar por su continuidad. Si bien fue imposible cumplir con la sistematicidad trimestral propuesta y finalmente debimos limitarnos a una salida anual, la revista ha adquirido una visibilidad digital considerable, sirviendo a estudiantes, profesores, estudiosos de la literatura hispanoamericana o simplemente lectores.

Las decenas de artículos, ensayos, reseñas críticas, poesías, cuentos y entrevistas que hemos dado a conocer en esta publicación, firmados por prestigiosos autores –en su mayoría profesores de universidades estadounidenses, latinoamericanas y españolas–, justifican la existencia de esta publicación, cuya totalidad está plasmada en el sitio web https://scholarcommons.usf.edu/surcosur, correspondiente a la Universidad del Sur de la Florida.

Así como ha ido cambiando la regularidad de las entregas, también las secciones se fueron ajustando a determinados contenidos específicos, aunque las originarias –Honrar honra, Nuestra América, Nubes de plata– y una muestra de poesía y cuento, han sido permanentes. En los últimos números se ha incorporado La esquina del traductor, Criterio atento y Primicias, con la finalidad de diversificar los temas y géneros de expresión.

La revista se inauguró festejando los cien años del escritor José Lezama Lima, autor de Paradiso y fundador del grupo Orígenes. El N.° 13, que llega con otro centenario y con la magia del ‘azar concurrente’, pertenece a otro de los emblemáticos miembros de aquel grupo literario.

Honrando al autor de En la calzada de Jesús del Monte, ofrecemos un dossier donde incluimos palabras de su hija Josefina de Diego (Fefé). Asimismo, aparece otro que responde a las inquietudes más sobresalientes de la actualidad, pues el ejercicio literario –de creación o valorativo– no puede abstraerse de la realidad en que vivimos. Por ello, el dossier “Recados para América”, organizado por la Dra. Cámara, manifiesta el compromiso activo que asume Surco Sur con nuestro tiempo.

Finalmente, agradecemos a los profesores, estudiantes, escritores, poetas –cuyos nombres no se mencionan por la extensión de la lista– que han colaborado con sus escritos a la vida de esta revista; a los editores y correctores que nos han acompañado en la actual aventura publicitaria, a los miembros ocasionales y permanentes del Consejo Editorial, a su fiel diseñador, a los pintores cuyas obras ilustran nuestras páginas y, también, a los que han apoyado económicamente las salidas en papel de varios números. A todos, gracias por hacer posible esta revista, sumada al empeño de hacer visible, desde Tampa, la riqueza literaria y de pensamiento expresados en el idioma español.

Nota: Para adquirir un ejemplar, puede escribir a surcosurevista@gmail.com o llamar al 813-849 8113.

 


viernes, 9 de octubre de 2020

Una página web en honor a Iván Schulman

 En el marco del 89.° aniversario del natalicio del académico Ivan A. Schulman, profesores del Departamento de Lenguas y Literatura de la Universidad de Memphis, en Tennessee, tuvieron la feliz idea de crear una página web que rindiera homenaje al prestigioso catedrático estadounidense cuya vida se extinguió el pasado 3 de agosto. La iniciativa fue dirigida por los profesores Fernando Burgos Pérez y José Gomariz, quienes solicitaron a familiares, alumnos, compañeros y amigos de Ivan que participaran en esta noble ofrenda al Maestro a través de testimonios, artículos, fotografías, entrevistas u otras remembranzas compartidas con el autor de Símbolo y color en la obra de Jose Martí.

     De este loable empeño nació la hermosa página https://www.ivanschulman.org en cuya barra de cabecera se nos invita  a conocer diversos momentos de la vida y obra de uno de los más profundos conocedores del modernismo literario, quien hizo tantos aportes al conocimiento de la obra de José Martí, Julián del Casal, Rubén Darío y otros grandes escritores hispanoamericanos.

     En las palabras de presentación, José Gomariz y Fernando Burgos Pérez expresan las razones que motivaron el homenaje: “En Ivan Schulman. Memoria y Testimonios reunimos las colaboraciones de exestudiantes, colegas y amigos del querido Maestro fallecido el 3 de agosto de 2020 en San Juan, Puerto Rico. Considerando su destacada labor académica y de investigación en las Letras Hispanas no tenemos ninguna duda de que habrá varios homenajes sobre la enorme significación de su legado intelectual en torno al Modernismo, Martí, las vanguardias y el desenlace de la modernidad en la literatura hispanoamericana; en este último caso se tratará de ensayos que discutan los alcances y significación de la investigación del Maestro”.

      Asimismo, destacan la “excepcional acogida que tuvo la realización de este homenaje en (...) quienes tuvieron la fortuna de haberlo conocido”. Después de estas palabras, el Doctor Burgos presenta una “Semblanza mínima e inconclusa de Ivan A Schulman”, donde le destaca “como profesor universitario, administrador, consultor, director, su participación en la realización de proyectos en colaboración, obtención de becas de investigación, ponente en congresos, la producción de numerosos artículos y reseñas, la consecución de premios de investigación, todo lo cual se extiende a través de sesenta años”.

     A su vez, destaca la abundante y profunda labor de Schulman al recordar: “Como investigador, incluyendo monografías, ensayos en coautoría y de edición, Ivan Schulman publicó veintinueve libros, ciento cincuenta artículos, y numerosas reseñas. Se trata de una producción de sólida y rigurosa erudición con la que elucidó ejes centrales del desarrollo de la literatura contemporánea tales como el modernismo, la vanguardia y la modernidad hispanoamericanas”.

     A continuación aparecen los trabajos  “Cómo llegué a Símbolo y color en la obra de José Martí”, de mi autoría, y la reseña del profesor  José Gomariz “Ivan A. Schulman: neoyorquino universal”,  donde nos advierte: “Si José Martí fue el mayor interprete cultural cubano en Estados Unidos durante la llamada Gilded Age de fines del XIX, Ivan lo fue a su vez de Estados Unidos en Cuba, para siglos venideros, a través de José Martí”. Al final de su precioso texto, nos regala un testimonio muy emotivo: “En una ocasión, mientras volábamos de La Habana a Miami, Ivan me comentó que su casa estaba donde él estuviera. Su casa, comprendí, era el mundo. Imagino que, sea cual sea el destino al que le esté llevando ese vuelo del alma, que José Martí evocó, Ivan tendrá su casa. Ser de estrella y de transparencia martianas, aquí también, entre todos tus amigos, discípulos, colegas, entre los que continuamos cultivando la rosa blanca martiana de amor a la humanidad, seguirás teniendo tu casa, Ivan”.

     En el apartado reservado a Testimonios, aparecen notas de extraordinario valor para entender la grandeza de Ivan, no sólo como profesor, investigador y autor de textos de tanto rigor, sino también al hombre sencillo, afectuoso, solidario, sincero.  Las emotivas declaraciones de los profesores Pedro Lastra Salazar, Rubén González, Hugo Achugar, Fátima Regina Nogueira, Jorge Camacho y otros –grandes intelectuales todos– muestran el respeto y veneración al Maestro. Uno de ellos, Egberto Almenas, confiesa: “En mi tesis bajo su tutela y jefatura departamental en la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign lo había reverenciado poco antes como “fuente motriz en el sentido más lato del término, cuya obra trato de emular, infructuosamente”. Leyendo los testimonios de exalumnos suyos que fueron hasta siempre sus admiradores, yo, que pude conocerlo y conversar largamente con él, creo que quienes estuvieron alguna vez a su lado debieron sentir un halo de sencillez y grandeza, como el  que percibieron los que tuvieron el privilegio de estar alguna vez cerca de José Martí.

     Finalmente, esta página web nos ofrece entrevistas y muchas fotografías de Iván, desde su niñez hasta los últimos años de su  fructífera vida. Gracias a los buenos profesores que construyeron, para ahora y la posteridad, esta espléndida ciberpágina de gratitud.

viernes, 2 de octubre de 2020

Nat Turner, líder de una rebelión de esclavos

 El ansia de justicia impulsa a su búsqueda incluso con actos de crueldad, cuando el maltrato excesivo obnubila el cerebro de quien es humillado en su condición humana y, al rebelarse, extiende la venganza incluso a aquellos que dentro de la clase dominante no comparten los métodos de sojuzgar. Desde este ángulo me asomo a la rebelión de afroamericanos estadounidenses guiada por Nat Turner, hace casi doscientos años.

     Entonces, se había cumplido medio siglo de la independencia y proclamación de la constitución estadounidense, nacida con un canto a la libertad cuando los propios redactores de la Carta Magna de la nación tenían esclavos, cuyos derechos humanos fueron excluidos del texto fundador.

Nat Turner
      Aunque hay discrepancias en las fuentes bibliográficas sobre el número de esclavos en Estados Unidos durante la primera mitad del siglo XIX, se calcula que existían alrededor de un millón trescientos mil seres humanos que no disfrutaban de los derechos civiles proclamados y podían ser vendidos, golpeados y castigados brutalmente, según el carácter y sensibilidad de sus propietarios. Sobran ejemplos –muchos dramatizados en el teatro y el cine– sobre persecuciones a esclavos que trataban de huir y eran cazados con perros y escopetas y, una vez capturados, los sometían a torturas que muchas veces llegaban hasta la muerte. Ante aquellas atrocidades que la propia iglesia miraba callada, los más atrevidos, valientes y sensibles esclavos optaron por la rebelión. Eso hizo Nat Turner,  esclavo de una plantación en el condado de Southampton, en la Virginia de 1831.

     No hay una biografía amplia sobre Turner, pero la historiografía estadounidense ha conservado muchos datos sobre su vida y el cine presentó su actuación en la breve rebelión que encabezó a través del filme  “The Birth of a Nation” (2016), donde el actor Nate Parker protagonizó al héroe negro. Por ello, sabemos que nació en el condado citado, en el año 1800 y algunos ubican la fecha exacta el 2 de octubre. Se dice que mostró gran inteligencia desde la primera niñez, cuando   aprendió a leer y escribir por sí mismo. También, que era muy sensible a la religión y podía vérsele frecuentemente orando y ayunando. Después de su muerte, muchos contaron que se veía a sí mismo como un mensajero de Dios y que poseía la rara capacidad de oír mensajes que creía les eran transmitidos desde lo Alto. Muchos, cuando le veían rezar o caminar ensimismado, le llamaban “El Profeta”.

     En realidad, Nat Turner no pudo soportar el grado de humillación que pesaba sobre su raza y, en su justa indignación, culpó de la esclavitud a todos los hombres blancos. Su primera reacción fue huir de la plantación esclavista, lo que hizo teniendo 21 años. Pero, en sus profundas cavilaciones en solitario, creyó recibir un mensaje a través de un eclipse solar que se observó en Virginia el 12 de febrero de 1831. El vio en aquel fenómeno astronómico el aviso de que debía preparar una rebelión contra los hombres blancos que maltrataban a su raza e, inmediatamente, regresó a fomentarla desde la plantación a la que perteneció.

Con su gran capacidad de persuasión, convenció a algunos esclavos y negros libres y llegó a movilizar a unos cincuenta, quienes a pie y a caballo se lanzaron a la rebelión. La fecha del levantamiento también la tomó el líder como un aviso celestial, cuando interpretó el tono azulado de una turbulencia atmosférica como una señal divina. El 21 de agosto, los rebeldes, bajo su mando, salieron casa por casa liberando esclavos y matando a los dueños que encontraron con machetes, hachas, cuchillos y cuánta arma blanca tuvieron a la mano. La orden, tan terrible como la propia esclavitud que soportaban, era “matar a todos los blancos”, sin importar sexo ni edad.

     Naturalmente, una rebelión de esa naturaleza, frente al inmenso poder económico, político, militar e incluso religioso de los dueños de la plantación –de la nación–, quienes habían amparado en la Constitución el derecho de tener armas, no podía extenderse más allá de su comarca y de las decenas de afroamericanos sumados. Enseguida una milicia de blancos, bien armados, alcanzó a los rebeldes y los derrotó. Aunque a los dos días ya habían sido vencidos, capturados y muertos los complotados, Nat Turner logró escapar de la persecución blanca unos dos meses.  Finalmente, lo capturaron el 30 de octubre de ese año e inmediatamente fue juzgado y llevado a la horca. Le pusieron un abogado que no podría salvar su vida –Thomas Ruffin Gray–,  pero el letrado tuvo el acierto de publicar un folleto en que plasmó las ideas transmitidas por Turner antes de morir.

     Turner murió en la horca el 11 de noviembre de 1831, en un poblado de Virginia llamado Jerusalén, como si el nombre del lugar pudiera relacionarse con el mensaje cristiano que creyó oír. Su cuerpo no fue crucificado, pero sí decapitado, descuartizado, vejado, con todo el grado de violencia impuesto por los autores y beneficiarios del sistema de explotación esclavista. Con todo, Nat Turner dejó un ejemplo de resistencia de los negros ante la explotación a que fueron sometidos por los blancos.

     Hoy, cuando persisten rezagos de discriminación entre seres humanos de diferentes razas y que en Estados Unidos está provocando diversas manifestaciones, podríamos encontrar en la acción de Nat Turner una doble enseñanza: es justa la protesta frente a la injusticia, pero  no es legítimo atacar indiscriminadamente la infraestructura y superestructura  de la sociedad donde vivimos.

 

 

viernes, 25 de septiembre de 2020

Carlos José Peralta y la radio hispana de Tampa

 

Carlos José Peralta es uno de los locutores de radio más conocidos en la bahía de Tampa. Su dicción, timbre, expresividad, corrección del lenguaje, así como el respeto a la diversidad de la audiencia en los contenidos abordados, le ganaron desde la década de 1970 el beneplácito de los radioyentes hispanos de la ciudad. Llegó de Cuba en 1971, con 15 años y en 1977  ya estaba detrás de una cabina de radio, una pasión que sigue activa en la actualidad. Por ello, para saber de la radio hispana en la ciudad de Tampa, es una suerte poder conversar con Carlos José:

     Pronto van a ser cien años del inicio de la radiodifusión en Tampa, iniciada en 1922 con la radio WDAE. ¿Tienes información sobre los inicios de la trasmisión radial en nuestra ciudad?

     Primeramente agradezco la oportunidad de poder comentar sobre la historia radial hispana en Tampa. Según tengo entendido, el Señor Ruben Fabelo fue el primero en transmitir en español en los años 50 con un programa llamado “Fiesta en Tampa”  a través de WALT 1110 AM.

     Luego que WALT fuera vendida, Fabelo pasó en 1956 a transmitir su programa de escasamente un par de horas a través de WEBK 1300 AM (esas eran las siglas originales de la conocida frecuencia que después él cambio a WWTB). En 1959, la compañía Rustcraft Broadcasting compró la emisora, cambiando sus siglas a WSOL. Fabelo murió en 1960, a la edad de 42 años. Entonces ocupó su lugar Woody García –ayudante suyo que también era músico–, inaugurando un programa llamado “La hora latina”. Este programa, de dos o tres horas, lo condujo Woody  durante las décadas de los 60 y mediados de los 70, aumentando las horas de programación desde las 12 del mediodía hasta que la emisora concluía sus transmisiones, pues tenía licencia de operar solamente por el día.

    
 Entre las décadas de los años 1960 y 1980 la radio entra en una época de declive debido a la competencia que le hace la televisión. ¿Cómo se desempeñaron las emisiones radiales hispanas en Tampa durante ese tiempo?

     Durante las décadas de 1960 y 1970 la comunidad hispana de Tampa no abandonó la radio por la televisión, ya que era el único medio en nuestro idioma para información y entretenimiento. Por supuesto publicaciones como La Gaceta cubrían las necesidades noticiosas impresas en sus páginas,   pero la falta de canales televisivos en español hacía aún más vital el papel de la radio para los nuestros. No fue hasta 1981 que llegó la televisión en nuestro idioma a Tampa.

     En los años 1990 las nuevas tecnologías digitales comienzan a aplicarse al mundo de la radio. Aumenta la calidad del sonido y se hacen pruebas con la radio satelital (también llamada radio HD), tecnología que permite el resurgimiento del interés por este medio de comunicación. ¿Influyó este hecho en una mayor radiodifusión hispana en Tampa?

     A pesar de los avances tecnológicos en la industria durante los años 90, la radio hispana permaneció igual, aunque siempre con el sueño más preciado: lograr  tener nuestra primera FM. La radio HD o satelital continúa vigente pero nunca llegó a despegar como se esperaba, sobre todo ahora que hay tantas plataformas digitales.

     ¿Cómo se produce tu incorporación a la radio en Tampa?

      Mi incorporación a la radio fue en 1977. Yo apenas tenía 20 años y estudiaba en HCC. Woody  García abandona “La Hora Latina” en WSOL 1300 AM porque había conseguido que WYOU 1550 AM transmitiera el día entero en español. Entonces llama a nuestro querido Puly Sequeria (EPD)  para que se le uniera y crear con él “La Latinísima”.

     La WSOL decide competir y ampliar sus horas de transmisión al día entero. Unos  grandes amigos,  John Solas (EPD) y Víctor Marrero trabajaban allí y me propusieron  unirme a lo que sería “Super Sol 1300”. Ellos me conocían del grupo juvenil de la iglesia San Lorenzo y conocían  mi afición por la música y la radio. En aquellos días tuve un pequeño grupo musical llamado ABC y fui parte de Brito y su Combo, luego me convertí en DJ. Gracias a Dios, siendo muy joven, llegué a ser muy bien aceptado por la comunidad hispana que me adoptó como su hijo radial.

     Cuando la WSOL decide cambiar su programación a inglés surgió la 860 AM. Por su parte, Puly Sequeira inicia Radio Progreso y me ofrece irme con él. También  me llamó Woody García para irme a La Latinísima y opté por esta alternativa,  ya que en ese 1980 mi padre enfermó gravemente y la emisora estaba en Safety Harbor, yo quería estar cerca y poder seguir combinando el trabajo en la radio y seguir mis estudios.

     Cuando Efraín Archilla  (EPD) llega a Tampa y compra la 860 AM la transforma en “AMA 86” y me propone irme a formar parte de la primera emisora totalmente musical bajo la dirección del querido y desaparecido Víctor Lanz. Allí estuve hasta 1988, cuando decidí probar suerte junto a un grupo de colegas y arrendamos  12 horas de programación en la WTAN 1340, que nombramos “Radio Musical”. El proyecto duró apenas un año y volví para la 1300 AM, que en ese entonces era ya la  “Super Q”.

     En 1990, Ronald Gordon llegó a Tampa y compró la frecuencia 680 AM, llamándola Radiomundo. Me propuso formar parte de ella, primero como Director Musical y luego de Programación. Durante toda la década de los 90 esa fue la emisora de más arraigo en Tampa, llegando a ganar premios nacionales. Entre ellos tuve el honor de ser reconocido como  Director de Programación del año por la revista Billboard, el cual considero como uno de los más importantes de mi carrera.

     La Mega comenzó en Tampa a finales de los noventa y me proponen irme junto a esta importante cadena tropical. Allí permanecí en el aire y como asistente de programación de Mega y la Ley (formato mexicano) hasta que nuevamente me llama el Sr. Gordon para ofrecerme la dirección de la 680 AM, esta vez con el nombre de Rumba. Allí estuve hasta que se produjo la llegada de la primera FM en español, el sueño anhelado de todos por tantos años.

     Creo que eres la primera voz hispana en transmitir en Frecuencia Modulada en Tampa, ¿qué significó para ti y para la radiodifusión hispana en la ciudad?

     En el 2005, luego de  Rumba 680, me dediqué a presentar proyectos a emisoras FM del área para convencerles de la importancia de transmitir en español. Fue muy difícil, pero había cierto interés en el formato porque en otros mercados este había tenido mucho éxito. Entre las cadenas a las que me acerqué estaba CBS, los propietarios de la WYUU, la 92.5 FM.

     Ellos ya estaban  considerando seriamente hacer el cambio. Un colega de la radio, Rico Blanco, era parte de esa cadena y formaba parte de la dirección de Q 105. Además, el conocido gerente Louis Albertini, con amplia trayectoria en la radio hispana de Miami y del país, también se había unido a la cadena. Cuando llamé y les presenté los estudios del mercado que había realizado, al ver las estadísticas, no demoraron la decisión de cambiar la frecuencia al programa en español 92.5.

     Fue el 5 de agosto del 2005, a las 7 de la noche, que se produjo el cambio, luego de un arduo trabajo que compartí con Rico Blanco y  Albertini para lograrlo. Esa tarde salí al aire por primera vez en español, inaugurando la transmisión en nuestro idioma de lo que sería “La Nueva 92.5”. La grabación de ese histórico día en la radio de la ciudad anda circulando en las redes. Para mí fue el mayor logro de mi carrera; era como finalmente graduarnos a nivel radial en Tampa.

     ¿Qué programas de radio en español han tenido mayor duración e impacto en la comunidad de Tampa?

     Los programas de mayor interés e importancia durante todos estos años han sido muchos, algunos de formato  hablado  y otros musicales. Ya que la programación en bloques al estilo de nuestro países no se hace acá, los programas más escuchados suelen ser los matutinos y los de la tarde, horario  en que los oyentes se trasladan a sus trabajos o a sus casas y en los autos sintonizan la radio.

     ¿Qué grupos de población hispana (procedencia, sexo y edad) son más adictos a la radio en español en Tampa?

      Escuchar la radio es parte de nuestra cultura latina, para muchos este medio ha sido la única fuente de información y entretenimiento. Los grupos de mayor audiencia en Tampa proceden de Cuba, Puerto Rico, República Dominicana, también Colombia y Venezuela. La población mexicana es una de las más asiduas a su radio regional. La mayor audiencia suele ser de mujeres de entre 25 a 54 años; los hombres también escuchan, aunque las cifras varían según los formatos de noticias o música tropical. Los  milenios de 18 a 34 años son muy volátiles y aunque escuchan la radio, lo hacen por poco espacio de tiempo y optan muchas veces por  escuchar también emisoras en inglés. El grupo de 35 a 64 o más también suele ser muy asiduo a la radio  conservadora.

    Actualmente, en mi opinión, la radio se encuentra demasiado segmentada musicalmente. Si hay algo que pega y tiene altos índices de audiencia todo el mundo lo copia y no se toma en cuenta la calidad del producto.  La música urbana de la actualidad ha influido grandemente en los formatos radiales y muchas emisoras no se atreven a abandonarlo por temor a perder ratings. Otro de los factores que ha quedado desplazado a un plano inferior es el servicio a la comunidad que les escucha y que depende de nuestros medios para muchas cosas, sobre todo a quienes no hablan inglés.

     Afortunadamente, tenemos la  opción de una emisora de propiedad hispana  que se atrevió  a refrescar las ondas radiales con buena música.  Hago la salvedad de que existen emisoras radiales en la banda AM que realizan una excelente labor dentro de su programación local, informando y sirviendo a la comunidad con diferentes  programas, incluidos los de  formato religioso. 

     Has trabajado para la radio y la televisión en Tampa, ¿en cuál has sentido mayores satisfacciones?

     He trabajado en la radio y la televisión, pero siempre digo que mi corazón está en la radio; sin embargo, admiro mucho a todo el que trabaja en ese medio porque aprendí  qué tan difícil es.

     Ahora, con el desarrollo de la nuevas tecnologías digitales, qué futuro le auguras a la radiodifusión.

     Con la llegada del mundo digital la radio y  la televisión deben buscar nuevas plataformas para su difusión. Ya las torres  radiales o televisivas están resultando obsoletas porque ahora se puede transmitir  a través de aplicaciones de Internet u otros medios y el público lo tiene todo al alcance de su mano en el  teléfono.