viernes, 15 de marzo de 2024

Ismaelillo, en la inauguración de la Primera Feria del Libro de Tampa

 Esta noche no es para la presentación de libros. Pero hacemos una excepción, una deferencia a uno de los más grandes escritores hispanoamericanos, al que consideramos un invitado de honor. Al presentar un libro suyo, le damos presencia en esta sala y durante todo el evento.

Porque es un escritor que cuando llegó a Tampa por primera vez, invitado a una velada artístico-literaria, trajo consigo un pequeño libro que hemos reeditado para esta ocasión, un libro de poemas en cuyo exordio el   autor confesó su fe en el mejoramiento humano y en la utilidad de la virtud. Claro que hablamos de José Martí y su poemario Ismaelillo, inscrito por la crítica literaria en la fundación del Modernismo.

Perfil editorial y diseño de Edgar Jerez

Como sabemos, Martí llegó al andén ferroviario de Ybor City, a pocas cuadras de aquí, en la primera hora del 26 de noviembre de 1891.

La velada artístico-literaria de aquel anochecer se convirtió en el amanecer de la independencia de Cuba. Allí se prometió fundar una república cuya primera ley fuera, de verdad, el culto de cada cubano a la dignidad plena del hombre.

La dignidad plena del hombre entraña, primeramente, el derecho a la libertad, al trabajo como fuente de progreso, la sensibilidad hacia todos los seres humanos, al límite de sentir en la mejilla el golpe que reciba cualquier mejilla de hombre, más allá del color de la piel, del rango social, de la ideología, de la elección política, imaginario que echó raíces en el alma cubana desde el discurso de aquella noche, a pocos metros de esta sala: Con todos y para el bien de todos.

En aquella velada también hubo versos, canciones, añoranza de patria y compromiso de redimirla. Fueron solo tres días los que en aquella primera visita estuvo Martí en Tampa, el mismo tiempo que debe durar esta feria del libro. El dejó el Ismaelillo en manos de Eligio Carbonell, ustedes dejarán decenas de libros en manos de habitantes de Tampa procedentes de diversos orígenes y serán libros útiles.

Aquel Ismaelillo de Martí, dedicado a su hijo, ha tenido decenas de ediciones, casi todas en Cuba. Pero en Tampa, que fue tan significativa para él y donde él mismo lo trajo, no se había editado. Por ello, pensamos útil hacerlo ahora, en el marco de nuestra Primera Feria Internacional del Libro, y mostrarlo en su momento de inauguración en la ciudad que él llamó Tampa fiel.

Porque es una noche de gratitud, se hace esta excepción con un escritor mayor de Nuestra América, al presentar un libro suyo que le da presencia en esta sala y en todo el evento de tres días. Muchos de los escritores que están hoy aquí y han traído sus libros, vienen a Tampa por primera vez. Cuando Martí trajo su Ismaelillo, también vino por primera vez, sin saber entonces que con aquel poemario se estaba abriendo el camino –como con tanta prosa poética suya– a la fundación del Modernismo literario. Después vino 20 veces más y esperamos que algunos de nuestros visitantes superen esa cifra.

En esta edición del Ismaelillo que presentamos, creímos útil un breve preámbulo donde se enlazaran el libro y Tampa y unas notas finales para los lectores no informados sobre el destino de aquel niño a quien se le dedicara uno de los poemarios más hermosos que un padre haya escrito a su hijo ausente. Por ello, junto a varias fotografías de José Francisco Martí Zayas-Bazán, se ofrecen datos biográficos suyos, para que, al leerse esta obra a los 133 años de haber llegado a Tampa por primera vez, sepamos cuál fue la vida de aquel niño al que su padre llamó caballero, reyecillo, príncipe…

Después de todo, leer una y otra vez el Ismaelillo, además del disfrute estético que produce siempre la buena poesía, es también sentir a Martí entre nosotros, entonando un canto eterno a la libertad y al amor, que tanta falta nos hace.

 Muchas gracias.

No hay comentarios:

Publicar un comentario