jueves, 11 de julio de 2019

Entrevista a Zita Arocha, periodista de la frontera


Conocí a Zita Arocha en el curso especial “José Martí y las comunidades de inmigrantes de la Florida en la independencia cubana y el amanecer del siglo americano”, que se desarrolla entre junio y julio en la Universidad de Tampa. Zita es profesora en la Universidad de Texas El Paso (UTEP),  un sitio que está en la noticia diaria por ser uno de los espacios fronterizos de mayor implicación en el fenómeno migratorio. Pero, además, es periodista, fundadora de Borderzine, una revista digital comprometida con la causa humanitaria que late en los desplazamientos diarios de personas por el lugar donde vive.
Cuando me pidió una entrevista (motivada por la historia de La Gaceta) le contesté que el interés era recíproco. A petición de ella, quedamos en reunirnos en la sede del periódico, donde respondí como entrevistado y pregunté como entrevistador.
A continuación, en sus respuestas, los lectores pueden encontrarse con una profunda valoración de la profesora de periodistas Zita Arocha, guía galardonada de una publicación de la frontera y testigo crítico de la grave crisis humanitaria que se está experimentando en uno de los cruces de personas más dramáticos de nuestro tiempo.
¿En qué espacio físico y social se produce el impacto migratorio que enfrenta El Paso?
La llegada de personas sin documentos (especialmente los grupos familiares y los niños menores de edad sin acompañante) está afectando la zona que comprende lo que se llama la frontera El Paso-Ciudad Juárez -Las Cruces, Nuevo México. Esta zona representa más de 2 millones de residentes en  un área tri estatal (Texas, Nuevo México y ­Chihuahua, México). Las que estamos mirando son acciones por la parte de la patrulla fronteriza de Estados Unidos y el Departamento de Seguridad, con las que han arrojado a cientos de los migrantes (después de procesarlos) en el centro de El Paso y Las Cruces y se tienen que hacer cargo de ellos los grupos humanitarios, iglesias y centros sociales.
Momento de la visita de Zita Arocha a La Gaceta
Esto lo empezaron a hacer a mediados del año pasado, cuando se hizo evidente que el gobierno de EE.UU. no tiene suficientes albergues federales para hospedarlos.  Desde principios de este año, el Departamento de Seguridad los procesa (la mayoría de ellos pide asilo político en EE.UU.) en los puentes de cruce, les dan un número de espera para una cita en la corte migratoria en El Paso y los regresan a Juárez, donde tienen que esperar hasta ser llamados. 
Mis fuentes y el New York Times, en un artículo reciente, exponen que hay mil cubanos en estas condiciones en Juárez, esperando sus citas para asilo político.  Y los informes del mal estado y cuidado de los migrantes en los campos de detención federales nos llegan diariamente. Por ejemplo, noticias de niños durmiendo en el piso, sin poder bañarse, sin atención médica, etc.
 ¿Es El Paso una muestra sobresaliente de la crisis humanitaria que hoy se observa en la frontera de Estados Unidos con México? 
Sí, la crisis no es de violencia o inseguridad (como dice Trump y su gente) en las zonas de la frontera, cerca de Ciudad Juárez, sino de cómo darle ­cuidado y bienvenida adecuada a los inmigrantes que están llegando de Centroamérica.
Háblame de Borderzine. Orígenes, motivaciones, perspectivas, realización...
Se creó la revista Web hace 10 años para entrenar a la nueva generación de jóvenes periodistas bilingües de la frontera y para proveerle a la comunidad de esa zona información y noticias de la realidad actual en los límites territoriales de Estados Unidos con México.  Es parte del programa de estudios en periodismo multimedia en la Universidad de Texas en El Paso. La consideramos una clase/redacción porque cada semestre tenemos a 21 estudiantes en ella, reportando y escribiendo sobre los dos lados de la frontera. Ellos son los reporteros y los profesores (tres) somos todos periodistas, con mucha experiencia en los medios. 
Hay cientos de migrantes centroamericanos recluidos en El Paso, Texas, a la espera de que se revise su solicitud de asilo para poder entrar a Estados Unidos. ¿Hasta dónde puede enfrentar el gobierno local esa demanda?
En mi opinión, si nuestro gobierno quisiera resolver este problema humanitario en la frontera, lo pudiera hacer ­inmediatamente en el Congreso de Estados Unidos de una forma bipartidaria. Lo que se necesita es ganas, recursos y personal preparado. 
¿Cómo perjudica a la economía de El Paso el descenso migratorio?
No, no afecta porque la economia de la zona fronteriza  es muy compleja y diversificada. La mayoría del  negocio que se hace allí es transfronterizo e involucra transporte de mercancías y equipo,, así como muchas otras cosas de una lado al otro, en las dos direcciones: El Paso a Juárez y Juárez a El Paso. Por ejemplo, hay una maquila grande en Juárez que construye unos enormes equipos que producen energía con el viento (wind power) y estos se transportan vía camión de Juárez por El Paso a todos lados de Estados Unidos. Hay alrededor de 100 maquilas en Juárez produciendo piezas para automóviles en Estados Unidos, para celulares, etc. En la mayoría de los casos, Estados Unidos envía a las ­maquilas de Juárez los componentes para que ellos puedan fabricar las piezas. 
¿Qué testimonios sobre la violencia en El Paso te han impactado más?
Para mí lo mas triste ha sido la muerte de tantas mujeres de Juárez, algunas de ellas trabajadoras de maquila, crímenes que todavía no se han esclarecido. También, el asesinato de un periodista de El Diario de Juárez, hace como 10 años. Le decían “El Choco” y fue baleado en su coche al frente de su casa y sus dos niños presenciaron su muerte. Todavía no hay justicia para él y su familia. 
¿Ha sido también El Paso un ejemplo del uso de la frontera para el tráfico ilegal de drogas y personas? 
Por supuesto, hay cifras de cuanta droga secuestran los federales en los puentes de cruce en la frontera y también en las paradas de la Patrulla Fronteriza que se encuentran a ciertas millas de la frontera en carreteras principales, como I-10 y I-25. Pero también sé que mucha de la droga entra de otras maneras y no son incautadas por los agentes federales y estatales.  Hay cifras sobre esto en la página web de Homeland Security.   
¿Cómo aprecias el fenómeno migratorio que atraviesa El Paso en el marco de la crisis socioeconómica que padecen los centromericanos? 
Creo que es una situación sumamente triste, trágica para los migrantes que sienten tanto desespero en sus países que deciden arriesgarlo todo, aun sus vidas y las de sus hijos, para trazar un camino tan largo y peligroso. Creo que la solución está en el mejoramiento de las condiciones en sus países. Los gobernantes de los países centroamericanos tienen que aceptar responsabilidad por la crisis e insistir en que Estados Unidos ayude de forma constructiva y no de forma política, prescriptiva o autoritaria.
¿Como evalúas la actitud del presidente López Obrador? 
Creo que tiene buenas ideas para mejorar las condiciones de vida de todos en México, ya sea los trabajadores, clase media, negociantes. Pero la tarea es enorme y todo esto se encuentra bajo la sombra del crimen organizado, y la corrupción, que son cada día más fuertes.
¿Qué soluciones ves para el conflicto migratorio en la frontera, desde la visión cercana que tienes en El Paso, como periodista y profesora?
No creo que habrá una solución constructiva hasta las próximas elecciones en EE.UU.
¿Qué opinas de la actitud del presidente Donald Trump sobre las relaciones con México?
No tiene conocimiento de las complejidades de la relación México-Estados Unidos y no comprende la realidad de la frontera que es una zona dividida artificialmente por los políticos, para fines políticos. Somos una comunidad que cruza la frontera en términos de lengua, cultura, lazos familiares y negocio. Cada fronterizo enfrenta y supera día a día la forma de intercambiar con el otro lado. Por ejemplo, tenemos en UTEP cientos de alumnos de Juárez que cruzan los puentes fronterizos todos los días para estudiar en la universidad.  




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