viernes, 9 de febrero de 2024

Kenya Dworkin habla sobre la Feria Internacional del Libro de Tampa

 La pasión de la Dra. Kenya Dworkin por Tampa se adivina por el brillo de sus ojos cada vez que alguien le menciona esta ciudad, algún fragmento de su historia o el nombre de alguna figura relevante de su pasado o presente. Si la alusión se vincula al teatro, entonces esa vehemencia se desborda en exposición erudita sobre sus orígenes y evolución, porque lo ha investigado durante años.

Por ello, uno se extraña de que la Dra. Dworkin no sea profesora en la Universidad del Sur de la Florida o en la Universidad de Tampa, sino en la Universidad Carnegie Mellon, en Pittsburgh, Pensilvania, donde enseña desde 1993. Nació en La Habana, creció en Nueva York, hizo su doctorado en California y, sin embargo, declara que es Tampa su segunda patria, de la que ha escrito “Creación de lugares latinos a finales del siglo XIX y principios del XX: los emigrantes cubanos y su impacto transnacional en Tampa”, y “Tablas sin fronteras: ‘leyendo a Cuba’ en el teatro cubano de Tampa en los 1920”, entre otros ensayos. 

Hace algunos años conocí a Kenya en un restaurante de West Tampa, conversando animadamente con un grupo de tampeños de la tercera edad, entre los que sobresalía Emiliano Salcines. Por los cuentos y anécdotas que hacía entre gestos y risas, me pareció que únicamente podía ser cubana o tampeña, o, mejor, cubana-tampeña. Y lo es de corazón sin vivir en ninguno de estos dos lugares, lo que acaba de demostrar al sumarse a la organización de la Primera Feria Internacional del Libro de Tampa. Por esa razón le pedí una entrevista, pues su opinión –como su acción–es valiosa cuando estamos a un mes de celebrar este acontecimiento importante para la cultura de nuestra ciudad.

Es manifiesta la alegría de Kenya cuando llega a la bahía de Tampa

Es significativo que tú, sin vivir en Tampa, eres una de las más entusiastas organizadoras de su primera Feria Internacional del Libro. ¿Cómo lo explicas?

Bueno, a decir la verdad, a pesar de no residir en Tampa, considero que esta ciudad, y sobre todo las partes más antiguas de ella, sea como mi segundo hogar. En marzo de 2024 habrán pasado exactamente 30 años desde que disfruté por primera vez el privilegio de conocerla por medio de los ojos y recuerdos de orgullosos nativos de aquí. Eso, y el conocer la larga y rica historia de la conexión entre Cuba y Tampa, el importantísimo rol que tuvieron los cubanos de aquí en la gesta de independencia de la Isla, lo inquebrantable de los lazos que unieron y siguen uniendo a los dos pueblos y el abundante calor humano que he recibido aquí, fácilmente me convirtieron en fiel y orgullosa hija de esta ciudad hasta el día de hoy, tanto así que he dedicado la mayoría de mi labor académica a recuperar, interpretar y diseminar su historia cultural para que reciba el reconocimiento que amerita.

Como profesora universitaria y académica con una vasta experiencia en el mundo editorial, ¿qué significado le atribuyes a la realización de una Feria Internacional del Libro en Tampa?

Es de saber que esa no será la primera feria del libro en Tampa y la zona, pero sí es la primera feria internacional con la intención de traer física o virtualmente a autores de diversos países y continentes a concurrir en una ciudad donde históricamente coexistían una amplia variedad de idiomas en un solo espacio, es decir, no solo el español, sino el siciliano e italiano, inglés, alemán, yídish, rumano y cantonés. La feria también hará eco de esto y también de la gran cantidad de multilingües periódicos y otras publicaciones que se producían, imprimían y leían aquí y, sobre todo, de la fascinante tradición de la lectura que se hacía en las fábricas de tabaco. Los famosos lectores, contratados y pagados por los trabajadores mismos, no solo se valían de esta prensa multilingüe para informar a sus oyentes, sino que también los llevaba a otros mundos y experiencias leyéndoles traducciones de los más importantes escritores de países como Francia, Inglaterra y Rusia. Con esa lectura se consagró entre los trabajadores y sus descendientes la importancia de los libros y de leer cómo una manera de conocer al mundo y la condición humana, y de alimentar ideas y valores. La Feria constituye un intento de unir el pasado con el presente y al mundo con Tampa y sus ciudadanos, tanto los muy arraigados como los nuevos.

En el campo de la investigación histórica, has dedicado mucho tiempo a desentrañar los orígenes y evolución del teatro en Tampa, ¿habrá presencia de estos aportes en nuestra fiesta del libro?

Que yo sepa, por el momento, no. Pero sí habrá algunas presentaciones que harán eco de personajes que sí produjeron obras teatrales, Luisa Capetillo, la única mujer que sirvió de lectora en una fábrica, por ejemplo, y también actividades de carácter algo teatral, como lecturas de poesía la noche del viernes, 8 de marzo, en el teatro del Círculo Cubano, cuando se celebrará el Día Internacional de la Mujer, y en la carpa Yborín en el patio de HCC, con juegos y otras actividades y presentaciones para niños. Pero, volviendo a tu pregunta, espero que para el año que viene ya esté publicado el libro que estoy terminando ahora sobre ese teatro que mencionas.

Converso en La Gaceta con la Dra. Kenya Dworkin

¿Qué opinas sobre la organización de este evento, nacido más de la pasión y voluntad que del soporte económico para instaurarlo?

Es una pregunta un poco difícil porque como bien señalas, sin pasión y voluntad sería casi imposible llevar a cabo esta enorme y complicada iniciativa. Y, sí, para lograrla hace falta capital, pero el amor a los libros y a los que aman la literatura puede ser más fuerte que el interés en lucrar. Sin duda, esta primera experiencia con la Feria y su organización nos enseñará mucho. Aprenderemos de nuestros traspiés, pero más importante aún es que el esfuerzo atraiga bastante público y que se unan más y más socios –autores, lectores, editoriales, maestros, profesores, negociantes, oficiales– para que cada año que se organice crezca más y más en calidad e impacto, con la mirada siempre puesta en la razón de su existencia: celebrar la tradición del lector y la lectura, unir a la comunidad, enriquecerla y, sobre todo, fomentar la lectura, la literatura y la escritura.

¿Qué esperas de la primera Feria Internacional del Libro de Tampa?

Lo que espero es mucho trabajo, mucho corre corre, sin duda, pero trabajo que nos va a dejar con una sensación de satisfacción y de logro. En lo práctico, la Feria me dará motivo para viajar a Tampa una vez más, en medio de mi semestre universitario, y de escaparme un poco del frío de Pensilvania. Pero en lo personal, me siento muy privilegiada al tener la oportunidad de pasarme una semana en un lugar que amo, y con seres a quienes también amo, y sobre todo porque voy a tener la oportunidad de conocer a decenas de autores de diversos países, presenciar y enriquecerme con numerosas presentaciones y lecturas por personas cuya producción literaria no conozco, compartir ideas sobre posibles proyectos de traducción y publicación y regresar a casa muy cansada, sí, pero con una enorme satisfacción que realmente no tiene precio. Y con numerosos nuevos amigos y libros, sin duda.

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