lunes, 23 de septiembre de 2024

En Tampa, Carlos Alberto Cremata y su Colmenita

 El próximo 27 de septiembre, en ocasión de la inauguración del edificio José Martí en Tampa, tendremos la oportunidad de disfrutar de la presentación de La Colmenita, la famosa compañía de teatro iInfantil de Cuba que dirige Carlos Alberto Cremata. 

Cremata, licenciado en Dirección Teatral en la Facultad de Artes Escénicas del Instituto Superior de Arte de Cuba, ha recibido diversos premios en su profesión, pero es en el quehacer pedagógico y artístico de La Colmenita, con más de 30 años de labor, donde más ha vertido su talento y dedicación.

Previo a su visita a Tampa, la próxima semana, nos respondió gentilmente unas preguntas, cuyas respuestas  damos a conocer.

Para un cubano, y para muchos en el mundo, oír nombrar La Colmenita no representa una colmena de abejas pequeñas, sino la compañía de teatro infantil de la que eres fundador y director  hace más de treinta años. ¿Aprecias en esa obra tu consagración definitiva como director teatral?

Pues sí, La Colmenita no es solo mi consagración, es mucho más, es desde hace casi 35 años el sentido todo de mi vida útil. Siempre me he sentido en La Colmenita, en palabras de Martí, “como un niño que juega en la cuna con un rayo de luz”.

Creo que La Colmenita nace en el difícil momento de la caída del campo socialista y del llamado período especial en Cuba. ¿Influyó en su realización la crisis que se derivó de esos acontecimientos o fue una motivación para el crecimiento espiritual en el marco de un retroceso material?

Silvio Rodríguez, nuestro genial cantautor y poeta, dijo que “los períodos de crisis siempre generan fenómenos valiosos y necesarios, y quizás por eso se creó La Colmenita, en ese momento”, cuando se asomaba el Período Especial, aquella crisis material terrible de los noventa.

 Ante las catástrofes materiales, siempre nos salvó, nos salva y nos salvará el soplo de vida de la cultura, la infancia y la belleza. Martí advirtió: “Emplearse en lo estéril cuando se puede hacer lo útil; ocuparse en lo fácil cuando se tienen bríos para intentar lo difícil, es despojar de su dignidad al talento. Todo el que deja de hacer lo que es capaz de hacer, peca”.

Carlos Alberto Cremata rodeado de miembros de
La Colmenita durante varias presentaciones realizadas
en Nueva York en octubre de 2011
.

¿Cuáles han sido los momentos culminantes de La Colmenita?

Cuando visitamos con los grandes espectáculos colmeneros (estrenados en salas fastuosas), los sitios más recónditos de Cuba y el mundo, las sierras y montañas, las zonas de silencio, los barrios vulnerables, los pueblitos y barrios en desventaja social... y nos entregamos con la misma o quizás con más pasión que en el Teatro más encumbrado de París, New York, La Habana o Estambul... Es, en esos momentos, siempre mágicos, cuando nos sentimos más cerca de la esencia de Martí, para la que se creó La Colmenita...

Recordamos con entrañable cariño una función en La Bajada (Pinar del Río) donde éramos 21 niños sobre el escenario, y solo había 14 niñitos espectadores en aquella humildísima comunidad, pero eran todos los que vivían en esos parajes (o sea la totalidad de su población infantil), o en La Isabelita (muy intrincada en las montañas de la Sierra Maestra), donde el muy reducido número de pequeños espectadores no aplaudió nunca ni coreó las canciones, porque no pudieron salir tampoco nunca de una pose cuasi inmóvil de asombro gigantesco... o las innumerables veces que fuimos hechizados por los seres maravillosos que habitan la Ciénaga de Zapata. Siempre Martí: “el arroyo de la sierra, me complace más que el mar”.

¿Es la propuesta estética lo determinante en el prestigio alcanzado por esta Compañía de Teatro Infantil?

La visibilidad estética es solo la punta del iceberg, lo esencial, que, ya sabemos, “es invisible a los ojos”. Es el crecimiento ético, la educación en valores humanos, el intentar vivir con la sed y el hambre imperiosa de hacer el bien, todos los días, de manera consciente... Practicamos, como fe de vida, lo que le escribiera Pepe Julián a su carnal Fermín: “Aprieta un poco la garganta, pero da luz por dentro... y atúrdete haciendo el bien, que es ya, para nosotros, el único modo de vivir”.

Fuera de Cuba, ¿en qué espacios ha tenido La Colmenita mayor aceptación?

En los Festivales Mundiales de la Asociación Internacional de Teatro hecho por Niños (Japón 2000, Alemania 2002 y 2006, La Habana 2004 y Moscú 2008), donde se reunían cada dos años grupos y compañías de teatro de 21 países diferentes de los 5 continentes; también en Estambul y Ankara (Turquía) hemos reincidido por “la fascinación que despiden los cubanitos”, pero también en las Villas Miserias de Buenos Aires, en las Colmenitas de los 31 departamentos de la República de El Salvador y en todos los estados de la República Bolivariana de Venezuela, en la hermana Haití, en Vietnam y en Bangladesh...

¿Desde qué edad se inician los integrantes de La Colmenita y en cuáles alcanzan su mayor esplendor?

Se inician desde los 4, 5 y 6 años, y alcanzan ese esplendor desde los doce años hasta los dieciséis...

Sé que en el cine la actuación de miembros de La Colmenita ha sido relevante. Particularmente resultó impactante la actuación de algunos de sus miembros en el filme “Viva Cuba”, dirigido por tu hermano Juan Carlos. ¿En qué otros logros del séptimo arte hemos disfrutado a tus niños?

En los excelentes filmes “Habanastation” (de Ián Padrón) y en “Y sin embargo” (de Rudy Mora).  Además, en varios excelentes documentales, uno de los cuales –”Esencias” (de Roberto Chile)–, narra la histórica e inolvidable visita en el 2011 a Washington, New York y San Francisco.

Recuerdo que actuaron en Tampa hace unos años y recibieron grandes aplausos. ¿Qué esperas de esta próxima visita?

Fue en el 2013, junto a la Orquesta de Adalberto Álvarez. Pero ahora llegaremos más cerquita de nuestro Martí, porque estaremos junto a tantos buenos en la inauguración de ese nuevo edificio que nos sembrará más al Maestro en el alma. Porque José Julián Martí Pérez no es solo para los niños colmeneros de todas las edades el Héroe Nacional, es  “el hombre más puro de la raza” y el más universal de los cubanos.

 Lo hemos incorporado a nuestros melíferos corazones como un abuelo del alma, y tenemos dos razones que nos amparan, Gabriela Mistral dijo de él: “Era muy niño, el muy varón”... y él mismo profetizó en sus inmortales Versos Sencillos:

Yo sé las historias viejas

del hombre y de sus rencillas;

y prefiero las abejas

volando en las campanillas.

Y...

Duermo en mi cama de roca

mi sueño dulce y profundo,

roza una abeja mi boca

y crece en mi cuerpo el mundo.

 

 

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