Por Gabriel Cartaya
Hace unos días recibí un correo electrónico de Juan
Castillo, en el que me anunciaba sobre su próxima visita a Estados Unidos, para
inaugurar una exposición con obras del más universal de los pintores cubanos:
Wifredo Lam.
Sabía que Castillo es sobrino nieto del autor de “La
Jungla”, pues la última vez que nos vimos, a mediados de la década de 1990, fui
a saludarlo al Centro Cultural que lleva el nombre del distinguido artista, en
La Habana Vieja y, claro, hablamos sobre este tema. Pero no conocía que era
dueño de una importante colección de dibujos de su famoso ascendiente, la que
se ha presentado en diversos países y que ahora, por primera vez, va a ser
exhibida en Estados Unidos.
Aprecié en la noticia una buena razón para invitarle a que me respondiera un cuestionario, no sólo
para asomarnos a uno de los más destacados pintores hispanoamericanos de todos
los tiempos, sino también como un oportuno
homenaje al artista cuya desaparición física se produjo un 15 de septiembre,
hace casi 35 años. A su vez, pudiera ser el anuncio de la disposición de
Castillo a presentar en Tampa esa rica colección de Wifredo Lam, a la que no hemos accedido.
El próximo 30 de agosto vas a presentar un grupo de
dibujos del pintor Wifredo Lam en LUAG Main Gallery, Zoellner Arts Center, Pensilvania. ¿Qué significa para ti ser el
propietario de una colección de obras de arte de esa magnitud?
Para mí, ha sido siempre un gran honor y una enorme
responsabilidad liderar esta colección de obras de Wifredo Lam. Viene de esas
circunstancias que surgen en la vida de manera inesperada, ante las cuales uno
debe asumir posiciones de principios. En consecuencia con ello, durante más de
veinte años hemos promovido la vida y obra del pintor cubano Wifredo Lam,
especialmente exponiendo estas obras.
¿Qué lazos te unen a Wifredo Lam?
Wifredo fue mi tío abuelo, hermano de mi abuela Eloisa. Ella fue quien
lo crió, pues era de sus hermanas mayores, entre ocho hermanos de los que
Wifredo era el menor. El hijo único de Eloisa, Juan, nació seis años después
que Wifredo, en la misma casa de Sagua la Grande, en la provincia de Santa
Clara. Siendo esos dos niños los únicos varones, crecieron como hermanos, durante muchos años
bajo el mismo techo. Juan era mi padre, Juan Castillo. Con el
decursar de los años, no obstante haber transcurrido la vida de Lam
fundamentalmente fuera de Cuba, siempre mantuvo estrecha comunicación con su
familia cubana y en particular con mi padre.
¿Tienes recuerdos personales de Lam?
Muchos. Mi infancia y adolescencia las viví en el
interior del país. Visitaba La Habana durante las vacaciones de verano y mi
mayor agrado era visitar la casa estudio de Wifredo, situada en aquel entonces
frente a la pista de aviación del campamento militar “Columbia”,
enclavado en el municipio de Marianao. Ver despegar y aterrizar los
aviones desde la azotea de esa casa era, de niño, mi más agradable atracción.
Mi tía abuela Agustina, hermana de Wifredo,
a la que yo acompañaba en cada ocasión durante las vacaciones de verano,
era la encargada de preparar y llevar cada dos días la comida a los perros y gatos
de Wifredo y Helena, que se encontraban generalmente fuera del país.
Para llegar a la azotea, debía atravesar toda la
casa, cuyas paredes estaban llenas de
grandes lienzos. Allí había obras importantes, como “Belial, emperador de las
moscas”. Había diversas esculturas de máscaras, cabezas reducidas y hachas de
piedras africanas, que impregnaban un olor muy peculiar y un ambiente de
fantasía embrujada a aquel lugar. Al recorrer su interior me erizaba de pies a cabeza y me
impresionaba mucho cada vez que lo hacía. Estos recuerdos me han acompañado a
lo largo de mi vida, así como los pocos encuentros familiares que de niño
presencié entre Wifredo y mis padres.
Wifredo Lam felicita a Alicia Alonso, en París, por la presentación de Giselle. Al centro, aparece Juan Castillo. Fotografía de Osvaldo Salas, 1966. |
Ya siendo adulto conversé con él en varias
ocasiones, una de ellas en París. En 1966, en ocasión del Salón de Mayo en La
Habana, cuando ya él estaba convaleciente de su hemiplejía, tuvimos la última
reunión familiar en casa de mis padres, en 1981. Desde siempre fue el
paradigma de la familia.
¿Hay referencias familiares en los dibujos de la
colección que atesoras?
Los dibujos de la colección que poseo eran parte de
los fondos del propio archivo de Wifredo. A principios de 1958, cuando decide
no continuar manteniendo su casa estudio, dejó estas obras a la familia. Era un
excelente retratista. De las décadas de 1920 y 1930 hay varios autoretratos y
un dibujo de su padre, Lam Yam. En los años cuarenta, son famosos sus retratos
de H.H., inspirados en su segunda
esposa, Helena Holzer. Fuera de las obras mencionadas, no conozco otra de su
vasta creación que se refiera a algún familiar.
Tu ascendencia, que es la de Lam, es una mezcla de
sangre china, africana, española y tal
vez amerindia. ¿Considera la crítica que el reflejo de esa mezcla es la
influencia más poderosa en la obra de Lam?
¡Absolutamente, sí!, Mi ascendencia, que es la de
Lam, como dices, es un sello inconfundible del mestizaje, como lo es la
cubanía. En la obra de Lam, a través de su propia iconografía, de finales de
los años 30 y a partir de los 40, se refleja su visión del hombre y la
naturaleza, en medio de los conflictos históricos, políticos y sociales de la
época. En todo ese proceso, a mi juicio,
influyó también su interacción con Picasso. Me atrevo a decir que como
ningún otro artista reflejó, de una manera muy original, la imagen de esa mezcla. La obra cumbre de Lam, “La
Jungla”, que se exhibe en el Museo de Arte Metropolitano de New York (MOMA), es
la expresión más fehaciente de esta afirmación. Sobre ella, expresó el afamado
escritor y crítico de arte francés Alain Jouffroy: “Fue el primer manifiesto
plástico del tercer mundo”.
La colección de dibujos que vas a presentar en
Pensilvania corresponde a una etapa en que Wifredo Lam vivió en Cuba, entre
1940 y 1955, un período de intensa creación para el pintor, al que corresponde “La Jungla”
(1943), la serie “Canaima” (1945-1947)
y “Umbral”, (1950), por solo citar algunas. ¿Hasta dónde influyó temáticamente
la cultura cubana en la realización de los dibujos que presentas en esta
exhibición?
Hay que decir que la explosión creativa de Wifredo
se produce a su regreso a Cuba en 1941. Es a lo largo de los años 40 que
realiza sus más importantes obras. Me contaron mis hermanas y mi prima Ana, que
vivieron junto a él en la casa de
Panorama #42 y después en la avenida 8va.,
que trabajaba infatigablemente, dibujando y pintando primero sobre papel
y cartulina, y después cuando pudo
contar con lienzo, utilizando ese soporte. Las obras de esta muestra de pequeño
formato que se exhibirán en LUAG, son fundamentalmente creaciones, en las que
presenta dibujos usando tinta china y colores para darle forma a sus
extraordinarias plasmaciones. Muchas de
estas obras muestran una iconografía que sirvió de base a Lam a modo de bocetos
para proyectar las figuras que aparecen en las obras mayores que realiza en esa
etapa. Entre estas, a diferencia de las mencionadas, debo distinguir por su
singularidad la denominada “Animal de cuatro Patas”, pues es la única obra con
un amplio texto de Wifredo, relacionada con la situación política de Cuba en el
momento que la realiza y la figura central no se repite en obras posteriores.
La edición en español del libro de poemas Cuaderno de un
retorno al país natal, de Aimé Césaire (1943), presentado en Cuba por Lydia
Cabrera, incluye dibujos realizados por Wifredo Lam, ¿hay alguno de ellos en tu
colección?
No,
aunque la colección sí tiene varias obras que sirvieron para ilustrar
publicaciones de la época de otros artistas amigos. Sin embargo, hay algunas
piezas de nuestra colección que reflejan en su iconografía gran similitud con
las que sirvieron para ilustrar el poemario de Aimé Cesaire. A propósito, en el
año 2002 celebramos el Centenario del nacimiento de Wifredo Lam, y tuvimos el
privilegio de llevar a Martinica nuestra colección con 70 piezas, estando aún
con vida Aimé Cesaire, quien nos visitó y disfrutó de la exposición, contándonos
anécdotas personales de su primer encuentro con Helena y Wifredo, cuando
arribaron a esa isla en 1941.
¿Qué divulgación
internacional ha tenido la colección de dibujos que vas a presentar?
Esta muestra de dibujos forma
parte de nuestra Colección, que cuenta con 70 piezas. En su totalidad fue
expuesta en la Sede del Consejo Regional de Martinica, en 2002, con motivo del
Centenario de Wifredo Lam. Se presentó con el título “Wifredo Lam,
testimonios de intimidad”. Además, ha tenido la siguiente itinerancia
internacional:
En España: Wifredo Lam. Cartografía
íntima, Madrid, Círculo de Bellas Artes / La Coruña, Ayto. de A Coruña, Kiosko
Alfonso / Tenerife, Círculo de Bellas Artes / Cuenca, Fundación Antonio Pérez
/ Santillana del Mar, Sede de Exposiciones del Palacio Caja Cantabria, 2003 /
Salamanca, Fundación Salamanca, Ciudad de Cultura, Sede de Exposiciones Santo
Domingo, 2004 / Alcalá de Henares, Sede Instituto Cervantes Alcalá de Henares.
También hemos presentado esta
exposición en Berlín, Bruselas, Génova, Estocolmo, Bucarest y junto con obras
del Museo de Bellas Artes de Cuba en el Museo Arte Moderno de Monterrey,
México, en el 2008. Y ahora la presentaremos, por primera vez, en Estados
Unidos.
Sabemos que la obra de Lam
incursiona en diferentes campos de la plástica –pintura, dibujo, grabado,
escultura, litografía, mural–. Pero no conozco de su poesía. Por eso me llamó
la atención saber que en la apertura de la exposición vas a leer un poema suyo.
¿Es inédito? Me gustaría publicar ese poema en La Gaceta.
Que yo conozca sólo existe un
poema de Lam, al que te refieres. Te lo enviaré próximamente.
Hace poco tiempo, se incautaron
en España varias obras atribuidas a Wifredo Lam que eran falsas. Se dijo que
los cuadros falsificados, localizados en colecciones privadas, procedían de
Cuba. En el esclarecimiento de la verdad participó Eskil Lam, hijo del artista.
¿Hubo contactos de las autoridades española con el centro Cultural Wilfredo
Lam, de Cuba, a favor de la investigación?
No tengo conocimiento, no
creo haya sido necesario. Tengo relaciones frecuentes con los hijos de Lam, en
particular con Eskil Lam que es el encargado de la SDO de W.Lam (Sociedad de
Defensa de la Obra de Wifredo Lam) y dirige y administra todo lo relacionado
con el derecho de autor (copyright) de su obra.
Los falsifiadores que hay en diversos países , generalmente toman como
base las obras que reflejan una iconografía y fecha en su firma que
las enmarcan como supuestamente he chas en Cuba, algunas pueden haber
sido c o n f e c c i o n a das aquí. Son por tanto de la época mejor valorada
de su creación. Las autoridades del Registro de Bienes Culturales del MINCULT
y aduanales cubanas han ocupado decenas de piezas falsas atribuidas a Lam y a
otros artistas.
Espero que en Tampa, donde
hay tanta cercanía con Cuba, se exhiba en algún momento la colección de dibujos
de Wifredo Lam, ¿te parece bien?
Publicado en La Gaceta, 11 y 18 de agosto, 2017
como saber si una serigrafia de wilfredo Lam es autentica de una obra de 1947, es la numero 22 de 131 que se hicieron. por favor a quien le pueda interesar como puedo sabe
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