Por Gabriel Cartaya
En 1955, la ciudad de Tampa celebró su primer
centenario, pues fue fundada el 15 de diciembre de 1855, cuando la Asamblea
Estatal de Florida aprobó la existencia de su Ayuntamiento, donde a Joseph B.
Lancaster le correspondió ser el primer alcalde. Si en el momento fundacional
contaba con poco más de mil habitantes, cien años después era una floreciente
ciudad, con una rica historia construida, junto a los estadounidenses, con presencia cubana, española, italiana y de
otras procedencias étnico-culturales, representativas de una población cercana
a 150 mil personas.
De
aquella población, unas 60 mil tenían raíces cubanas, por lo que las costumbres
y tradiciones de ese país se mantuvieron vivas. Ello explica que
en la organización de la Feria del Progreso con que Tampa rindió homenaje a su primer siglo –entre otros actos
conmemorativos–, la presencia cubana fuera tan destacada. A aquel evento, que
se desarrolló entre el 1.° y el 16 de julio de 1955, destacados artistas
cubanos vinieron a enriquecer ese espacio con sus obras.
Recordar a algunos
de ellos, contribuye a dar significado al vínculo histórico entre Cuba y Tampa. La escultora Lilia
Jilma Madera Valiente, considerada entre las expresiones más elegantes del
neoclásico cubano, incluyó en su vasto currículo haber expuesto en la Feria del
Progreso tampeña. Ella es la autora del famoso Cristo de La Habana –de 24
metros de altura–, del busto a José Martí ubicado en el Pico Turquino y
relieves exquisitos sobre Miguel de Cervantes, Willian Shakespeare, Carlos
Finlay y otras figuras.
El destacado
escultor Julio Fuentes Pino, mención de
honor en el XXX Salón de Artes Plásticas
del Círculo de Bellas Artes, La Habana, en 1948, fue otro artista cubano que
viajó a Tampa a celebrar su centenario.
Asimismo, lo hizo Raúl Milián Pons, uno
de los pintores relacionados con el Grupo Orígenes, presidido por José Lezama Lima, y quien
realizó importantes exposiciones en Venecia, Sao Paulo, el Museo de Arte
Moderno de Nueva York y en otros centros culturales.
Una exposición
colectiva que contó con obras de Eberto Escobedo Lazo, Juan Balco López, Julio
Fuentes Pino, Juan López Conde, Juan Miguel Rodríguez de la Cruz y otros, se
presentó en el salón de Tampa con el nombre “Pintura, escultura y artes
aplicadas en Cuba”, durante toda la Feria del Progreso.
En la revista Bohemia
–que se vendía en las calles de Tampa cada viernes, a la misma hora en que
llegaba a ciudades cubanas–, un artículo escrito por Herminio Portell Vilá daba
a conocer que la presencia cubana en la Feria del Progreso de Tampa, con esta
emotivas palabras:
“Las industrias
cubanas van a estar representadas en la Feria del Progreso, de Tampa, gracias a
los esfuerzos de la Sociedad Colombista Panamericana y de la Comisión Cubana
Organizadora del Centenario de Tampa. Cuba también enviará colecciones de
libros, de cuadros, de esculturas, de música grabada e impresa, de
periódicos, de fotografías, de películas descriptivas, de documentos
históricos, etc, para llegar al corazón de los tampeños, los más cubanos de
todos los norteamericanos, y demostrarles como les quieren y les recuerdan sus
hermanos del otro lado del Estrecho de la Florida, que hace más de
cuatrocientos años, cuando ni siquiera había Jamestown ni Plymouth, ya habían
enviado a la bahía de Tampa a Gómez Suárez de Figueroa y a otros cubanos de la
primera generación de criollos que hubo en esta Isla”.
En aquel ambiente
preparatorio de las fiestas con que Tampa esperaba la celebración de su
centenario, Bohemia también reeditó, el 26 de junio de 1955, un artículo
titulado “Tampa”, publicado en 1897 por
Carlos Trelles en la revista Cuba y América, fundada y dirigida por
Raymundo Cabrera. Es un testimonio insuperable de la vida cubana en Ybor City y
West Tampa a fines del siglo XIX, cuando no había concluido la Guerra de
Independencia, acontecimiento que se vivía en estas calles con la misma
intensidad que en la Isla de Cuba.
Estos artículos de
Bohemia y la enorme presencia cubana en la celebración del primer centenario
de la constitución oficial de la ciudad de Tampa, especialmente en su Feria del
Progreso, muestran la cercanía histórica que nos une y que seguimos cimentando.
Seguramente, cuando en 2055 se celebre el 200 aniversario tampeño, el progreso
que exhiba la ciudad será también celebración cubana y de todas las culturas
que se han juntado en su realización.
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