Al
inaugurarse Ediciones Surco Sur, pretendemos –desde Tampa– compaginar dos
métodos de publicación que en nuestros días pugnan por el mercado del libro,
especialmente en su tradicional soporte de papel, que en contra de lo que muchos afirman, no
será ahogado por su competidor digital. De esos dos procedimientos, las
editoriales tradicionales y el autofinanciamiento del libro, si aquellas gozan
de la autoridad de contar con especialistas en el reconocimiento de la calidad
de las obras que seleccionan, el prestigio de sus autores y el estudio de
mercado que garantiza las utilidades de
la inversión, el segundo método tiene como padecimiento principal el hecho de
devenir de la voluntad y recursos del autor, en el que la calidad puede
zozobrar por la autoevaluación desmedida,
la vanidad posible y el nivel económico de su creador. Estas razones han
permitido que libros de muy poca calidad maltraten el idioma y el arte de
escribir a niveles incluso vergonzosos, circulando en Amazon o en otras
plataformas de comercialización, lo que daña la imagen de vehículo cultural con
que durante siglos los libros se han reverenciado.
El
peligro en que el autofinanciamiento –“modelo destructivo de la autoedición”,
le ha llamado el crítico español José Antonio Santana– ha situado la aparición
y circulación del libro en nuestro tiempo, no significa, en sí mismo, que no
hayan sido publicadas buenas obras por esta vía. Excelentes autores han sido desconocidos
por las grandes editoriales y sus obras desplazadas por la de escritores cuyo
prestigio se ha impuesto en la selección, aun cuando la calidad de una
propuesta suya pudiera haber sido inferior.
En muchos de estos casos, el autofinanciamiento ha sido el camino
encontrado por obras de calidad, aunque, casi siempre, han tenido el tino de
buscar buenos editores, correctores, diseñadores.
Ediciones
Surco Sur se sitúa en un punto medio: no
es la editorial con una base económica que le permita fungir como aseguradora
de la selección, corrección, edición, diseño, diagramación, impresión y
distribución del libro, por lo que requiere de un pago mínimo del autor para
cubrir esos requerimientos; pero sí es responsable de la calidad integral de la
obra publicada. Para ello se aleja de una decisión individual, al contar con un
equipo editorial formado por especialistas en el idioma español, crítica literaria
y artes gráficas, cuyos nombres aparecerán en los créditos de cada obra que se
publique.
El
proyecto de Ediciones Surco Sur, que hemos concebido con miembros del mismo
consejo editorial de la Revista Surco Sur –la Dra. Madeline Cámara, el poeta
Alberto Sicilia, el diseñador Edgar Jerez y quien escribe estas líneas, entre
otros–, se acaba de hacer realidad con la salida de su primer libro, que no por
azar, sino por fuerza simbólica,
pertenece al género expresivo con que nació la palabra: Poesía.
El
libro ya está en Amazon, con su nombre El camión verde y otros pasajes,
ampliado el título con que el poeta Alberto Sicilia publicó en Cuba, en 1994,
su primer poemario. Ahora, una selección de aquel texto temprano, más algunos
que fueron incluidos en tres libros sucesivos y otros poemas inéditos,
conforman esta obra, de la que la profesora Madeline Cámara ha expresado en una
luminosa introducción: “He aquí El camión verde y otros pasajes, un poemario
que nos habla de Cuba, su gente, sus saberes subversivos, pero también entra en
los paisajes interiores del hombre que supo aprovechar la oportunidad de
reflexionar sobre su entorno y sobre sí mismo…”.
Con
suma agudeza supo ver la Dra. Cámara estos dos ángulos, que no son los únicos
sobre los que llama la atención. Reflexionar sobre el entorno es una mirada
constante del autor en los 64 poemas que se juntan en este volumen. Si en el
primero de ellos, “al chofer que mira/
en el silencio alucinante de la carretera”, se condensan ambas, el poeta-chofer
y la carretera, desde lo intra y extraliterario de la voz lírica, en el último
se ha detenido en un parque de la ciudad en que hoy habita, desde donde observa
“al hombre caminar de prisa”, un hombre que “sueña que camina sobre el agua/ y
se hunde”. Quién sabe qué temores afloraron al subconsciente del poeta cuando
el agua, entorno secular amado y doloroso
de la Isla, fue reencontrada en un parque tan cercano al mar que lo
acerca y aleja de su Cabaiguán cubano.
En
todo El camión verde y otros pasajes habita una legítima lírica, donde, por
momentos, el tono se hace reflexivo, filosófico, penetrante, proveniente de
siglos de incursiones del pensamiento sobre la existencia humana, como
“persiguiendo a Ariadna por este laberinto”, pero desde otra pertinencia. “Yo no
soy Zaratustra, ni Zoroastro, ni Heráclito”, integra la exégesis de su propia
obra, parecida a todas y a ninguna de la que es, por eso mismo, verdadera poesía.
El
camión verde y otros pasajes es, como corresponde al género, un poemario de amor. Si esta declaración no
arriesga un peligro de cursilería, es porque los poemas que lo componen
expresan a un nivel elevado el sentimiento más legítimo y arraigado que
acompaña al ser humano y justifica su vivir.
Ediciones
Surco Sur ha nacido en un momento de Navidad y entra al Año Nuevo con la
promesa de dar a conocer nuevos ejemplares y dispuesta a recibir propuestas que
le enriquezcan. Y como es una fecha de felicitaciones y obsequios, ofrece a los amantes de la lectura y la
poesía la posibilidad de adquirir, disfrutar y también regalar un libro en cuya
portada luce un dibujo creado y regalado al autor por Fayad Jamis –ese grande
poeta, aunque muerto, nunca desaparecido– y donde puede leerse, dedicado a
Cuba, este enigmático poema de trece –13– versos, como nacido de un pincel
infinito:
Isla curvada
Oblicua en el ojo del marino:
Arco para no disparar,
Arco sin flecha.
Ola gigante que vigila al norte
Guardando al sur.
Isla rumbo a la espuma
Verde con azul,
Cielo con montaña,
Lenguaje de arena si confluyen,
Isla y ola
Amargas,
Misteriosas.
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