jueves, 30 de mayo de 2019

Homenaje a José Martí en el Círculo Cubano


El pasado domingo, nos ­reunimos en el Círculo Cubano un grupo de cubanos, tampeños y varios invitados de otras procedencias geográficas, para rendir homenaje a José Martí en el 124 aniversario de su caída en combate, aquel fatídico 19 de mayo de 1895, en la sabana oriental donde se juntan los ríos Cauto y Contramaestre.
A las 11 a.m., cuando un brillante sol alumbraba el busto martiano frente al ya centenario edificio, depositamos una ofrenda floral a su lado, acompañada de unas palabras emotivas pronunciadas por el Honorable Juez,  profesor e historiador  Emiliano Salcines, quien, a mediados del siglo anterior y con 10 años de edad, asistió junto a su padre a la develación de esa efigie y desde entonces siente devoción por la obra del gran americano.
Habla Emiliano Salcines. A su izquierda Madeline Cámara y Alberto Sicilia
También recordamos que a esa misma hora, aquel último día de su vida, el Apóstol estaba junto a Máximo Gómez, Bartolomé Masó y algo más de trescientos soldados mambises,  pronunciando el que sería su discurso postrero. Comentamos, asimismo, que unos minutos después, cuando la tropa enardecida  esperaba el almuerzo, un práctico llegó corriendo con la noticia de que se acercaba una columna enemiga. Ya sabemos que muy pocas horas después el poeta-maestro-soldado se desplomaba de su caballo, con tres balas en su cuerpo de 42 años.
Al entrar al edificio del Círculo Cubano, nos atendió con esmero Rolando Pérez Pedrero, quien  ha sido presidente del mismo, sigue siendo parte de su directiva y conoce muy bien la histórica edificación. Es un precioso edificio construido en 1917, aunque la organización existía desde 1899, como continuidad del Liceo Cubano al que asistió José Martí.
Tampa tiene muchas razones para celebrar la vida del hombre que encontró en ella el primer aliento para la creación del Partido Revolucionario Cubano y ese espíritu prevaleció en las decenas de personas que el domingo pasado asistieron a este lugar, motivadas por conocer un poco más al pensador, poeta, escritor, humanista y político cubano, a través del libro que allí fue presentado –Domingos de tanta luz–, en el que se intenta develar cómo fueron sus últimos meses de vida.
Ya sentados en la amplia sala teatro de la institución, la Dra. Madeline Cámara, de palabra suave y honda, acaparó la atención de todos al expresar las razones del encuentro. En la página 5 de esta edición de La Gaceta,  hemos incluido la totalidad de sus palabras, al igual que las pronunciadas por el poeta Alberto Sicilia, quien a nombre de Ediciones SurcoSur consideró el momento propicio para mencionar los ya seis libros publicados por este reciente espacio editorial en la ciudad de Tampa.
Las palabras centrales del evento homenaje a José Martí, como presentador del libro Domingos de tanta luz, correspondieron a Emiliano Salcines Jr., quien hizo una exquisita disertación  acerca del contenido de este texto, extendiéndose con brillantez en la vida y obra de José Martí. En un momento de su discurso,  Salcines expresó: “Así que la ruta martiana preparada por el autor de este libro nos da conocimientos extraordinarios sobre este ser ilustre, que era un hombre multifacético, que hablaba varios idiomas y tradujo muchos libros.  Sin embargo, era un hombre humilde. Por eso, cuando él dice, me voy a la manigua con ustedes y se mete 20 domingos con un fusil, montando a caballo, subiendo y bajando montañas, durmiendo en hamaca, es asombroso. ¿Cómo podría él sostener esa fuerza física, siendo un intelectual, no un deportista? Máximo Gómez observó en su Diario que los soldados se admiraban de que él nunca se quejaba, que andaba como si conociera bien la manigua y lo que era ser guerrillero”. Con ese lenguaje cuasi dialogal, sencillo y directo, el culto orador se ganó al auditorio, que no sólo lo siguió palabra por palabra, sino que después lo rodeó en el pasillo para hacerle preguntas y mostrarle su simpatía.
Al día siguiente, el atento amigo que es Salcines me comentó por teléfono que le había impresionado la deferencia de tantos jóvenes. También se lo oí decir a la Dra. Cámara, acostumbrada, como profesora, a calibrar esta conducta. Probablemente ese fue el mérito principal de esta reunión de tributo a José Martí en el Círculo Cubano: apreciar los grandes valores de la juventud, cuando aprehende que no es posible afirmar el presente y construir un futuro de mejoramiento humano –para decirlo con palabras de Martí– si nos desprendemos del hilo conductor heredado.
Al final, Rolando Pérez expli-có la historia del Círculo Cubano, guiando un recorrido por el edificio.  Nos dijo emocionado que sintió el influjo positivo del evento, comentando que  hacía muchos años en este lugar no se había realizado un acto patriótico de esta envergadura.
Agradecemos vivamente a todos los que, el pasado domingo, interrumpieron una hora de descanso o renunciaron a otra actividad, para asistir al Círculo Cubano de Ybor City, donde los mejores pensamientos y sentimientos martianos concurrieron.

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