viernes, 5 de febrero de 2021

Unas palabras con el escritor Sindo Pacheco

 Gumersindo Pacheco, a quien todos prefieren llamar con las dos últimas sílabas de su nombre, estuvo en la ciudad de Tampa hace unos días, invitado por el poeta Alberto Sicilia. En esa ocasión lo conocí personalmente y, entre brindis, le oí leer uno de sus cuentos cubanos.

Sindo Pacheco en Ybor City
   Fue un regalo para quienes le rodeamos, pues se trata del autor de varias novelas y libros de cuentos, con una depurada escritura que ha sido muy estimada por la crítica. Una de esas narrativas –María Virginia está de vacaciones– recibió el premio Casa de las Américas en 1994. Al año siguiente, el Premio de la Crítica a la mejor obra publicada en Cuba en1994, también laureó a esta novela.

Sindo Pacheco, nacido en Cabaiguán en 1956, es uno de los escritores cubanos más sobresalientes de la generación de los 90, bautizada como “Los novísimos”. Entre sus libros también aparecen, entre otros muchos, Oficio de hormigas (Letras cubanas, 1990), Las raíces del tamarindo (España, 2001), Mañana es Navidad (Estados Unidos, 2010), Retrato de los tigres (Estados Unidos, 2011). La fina ironía con que describe el mundo que le circunda desde su adolescencia y la calidad de su escritura, lo hacen ser uno de los narradores cubanos imprescindibles de nuestro tiempo. Por esa razón, queremos compartir en La Gaceta unos breves comentarios suyos.

 Alguna vez, refiriéndote al escritor Carlos Victoria, dijiste que era un hombre bueno. Esas dos palabras, de extrema sencillez, encierran toda la grandeza humana. ¿Hasta dónde tu obra busca exponer esa virtud?

Ese asunto es bastante relativo. Nunca me propongo moraleja alguna en mis obras. Simplemente expongo una historia. La grandeza humana, las enseñanzas o las reflexiones vienen después. Lo que más me preocupa es que la historia sea sincera.

En 1994 obtienes el prestigioso premio Casa de Las Américas, con tu novela María Virginia está de vacaciones. ¿Qué puertas editoriales se te abrieron con una distinción que habían alcanzado José Soler Puig, Virgilio Piñera y Eduardo Galeano, por sólo mencionar tres grandes escritores de nuestra América?

Realmente no han sido tantas, unas cuantas ediciones en Estados Unidos, Puerto Rico, Cuba, y ahora, Colombia. Antes se divulgaban más los premios Casa, porque casi automáticamente eran reproducidos en el llamado campo socialista. Creo que fue el excelente escritor Sergio Ramírez quien dijo que no le interesaba escribir best sellers sino long sellers. En ese caso, estoy satisfecho. Casi treinta años después, María Virginia y otros libros míos, se siguen reeditando.

De la generación del 90, a la que llamaron Los novísimos, ¿quiénes han llegado a escribir una obra que goce de reconocimiento internacional?

En eso no estamos muy bien, apenas unos pocos autores han llegado a las grandes editoriales. El mercado del libro se ha ido restringiendo. Cada vez se lee menos. Durante su existencia, el libro ha tenido muchos rivales. Primero, el cine; luego, la radio; más tarde, la televisión. Para colmo, llegó la Internet, y con ella, el Facebook, los videojuegos, etc.

¿A qué atribuyes que los escritores cubanos cuya obra se inició después de 1959, no han logrado la jerarquía alcanzada por muchos de las generaciones precedentes, como Lezama, Carpentier, Dulce María Loynaz, José Martí, Gertrudis Gómez de Avellaneda?

Esta pregunta, un poco está respondida en la anterior. Cada vez escasean más los lectores puros. Cuando uno va aquí a una presentación de libro, se aparecen, en el mejor de los casos, unas veinte o treinta personas, y el 99 por ciento de ellos también son autores. Nos estamos cocinando entre nosotros mismos.

Creo que no se corresponde la densidad demográfica de cubanos en Miami con su producción literaria. De compartir este criterio, ¿a qué atribuyes la pobreza creativa en este campo?

En Miami se producen muchos libros, más bien lo que ocurre, creo yo, es la divulgación y la promoción; creo que el libro en general está en una situación de crisis. Producir un libro cuesta mucho esfuerzo y mucho tiempo. Si el tiempo que los autores dedican a crear una obra se le retribuyera con la mitad del salario mínimo, estuviéramos muy bien.

¿Dónde te has sentido mejor atendido por los duendes que acompañan al escritor?

He logrado escribir en tres países: Cuba, Costa Rica y Estados Unidos. Resumiendo tu pregunta, me he sentido bien en Cabaiguán, Cuba; San José, Costa Rica; y Miami, Estados Unidos.

¿De todas las novelas escritas, cuál se te dio mejor?

De las publicadas, la que más rápido se me dio –muy intensa, pero al mismo tiempo muy sufrida– fue Retrato de Los tigres. La escribí en San José durante la Navidad de 1996.

¿Con qué proyectos de creación vives ahora?

Estoy escribiendo la cuarta novela de la saga de El beso de Susana Bustamante. Vamos a ver en qué termina todo esto.

Finalmente, unas palabras sobre Tampa.

Apenas conocí la parte de Ybor City. Me impresionó mucho el recorrido martiano que tú nos hiciste por esa zona. Pensar que por esa zona anduvieron los pies de José Martí y de tantos otros patriotas cubanos. Me impresionó también el tranvía que atraviesa sus calles. Me pareció estar como metido en otra época. Gracias por ese recorrido.

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario