viernes, 31 de diciembre de 2021

Irene Rodríguez, una brillante bailarina cubana elige a Tampa para vivir

 

Es un privilegio para la cultura de Tampa que la prestigiosa bailarina cubana Irene Rodríguez haya elegido esta ciudad para vivir. Actualmente, es una de las figuras internacionales más brillantes de la danza española y la coreografía. Sintetizando al máximo su currículo para este preámbulo, he escogido algunos de sus tantos merecimientos: fue elogiada como una “bailarina intensa y exigente” por el New York Times, laureada con el Primer Premio en el VIII Certamen Iberoamericano de Coreografía “Alicia Alonso” que otorga la  Sociedad General de Autores y Editores  de España,  posee la Orden “Isabel la Católica” –el más alto honor civil que otorga el Rey de España–, está inscrita en  el Libro de Honor del Gran Teatro de La Habana  y ha recibido varios reconocimientos en América Latina, Estados Unidos  y  Europa.  La bailarina y  profesora, con una Maestría en Danza, nos visita en La Gaceta y desde la primera palabra percibimos su exquisita gracia y  sensibilidad.

Conversando con Irene en La Gaceta

Siendo muy joven eras ya la Primera Bailarina del Ballet Español de Cuba, en una isla donde la danza es reconocida mundialmente por su calidad. ¿Cómo llegaste a una posición tan respetada?

Desde niña mi pasión fue siempre danzar. Tenía una vocación muy definida y aunque entonces también estudiaba piano, tan pronto conocí la danza descubrí que nada me hacía más feliz. Luego fueron muchos años de dedicación, sacrificio y esfuerzo. No es una carrera sencilla y requiere de una ardua disciplina, pero lo hice con mucha ilusión hasta convertirme en una bailarina profesional. Siendo muy joven fui ascendida a Primera Bailarina, la más alta categoría danzaria que existe, interpretando todos los roles protagonistas de la Compañía.

¿Cuál fue tu relación con el Ballet Nacional de Cuba y, especialmente, con Alicia Alonso?

Fue una experiencia única. Poder interpretar una coreografía de Alicia Alonso, compartir con ella horas de ensayo, beber de su arte, fueron enseñanzas no sólo artísticas, sino de vida. En el 2010, la prima ballerina assoluta Alicia Alonso me pide que asesore el repertorio de carácter español del Ballet Nacional de Cuba. Para mí fue un gran honor que ella me depositara su confianza. También asesoré el lenguaje del estilo español de algunas de las danzas que ella misma coreografiaba. Posteriormente, como Primera Bailarina invitada, bailé con el Ballet Nacional de Cuba una obra creada por la propia Alonso y otra del coreógrafo Eduardo Blanco. Actué, en numerosas ocasiones, en el prestigioso Festival Internacional de Ballet de La Habana. En 2012, Alicia me otorga la responsabilidad de ser  Directora Artística del Festival “La Huella de España”, fundado y dirigido por ella desde 1988, cargo que asumí hasta venir a vivir en Estados Unidos.

Fuiste  fundadora y directora de una compañía profesional de flamenco que llevó tu nombre. ¿Por qué elegiste ese género cuando también hubieras podido brillar en la danza clásica?

Muchas veces en mi vida me he cuestionado cómo sería si yo hubiera sido una bailarina clásica pero al final me doy cuenta de que si lo fuera, me gustaría interpretar personajes como la Kitri de “Don Quijote”, “Majísimo”… es decir, los personajes más arraigados a las esencias ibéricas.

La creación de la Compañía Irene Rodríguez era un sueño para mí y una necesidad. Ya mis líneas de trabajo se venían dibujando desde hacía unos años, ya fuera en mi labor como bailarina como en mi quehacer coreográfico, forjando un estilo muy personal en el desempeño del género español. Esa necesidad de transmitirlo a las nuevas generaciones, esa necesidad de hacer, de crear, de formar con mis propios códigos transformadores, fueron los elementos fundamentales que dieron impulso a la decisión de fundar una agrupación.

La Compañía Irene Rodríguez, que desarrollaba los cuatro estilos de la Danza española, se enfocó desde sus inicios en crear nuevas tendencias que hicieran evolucionar el género español, combinándolo con todo aquello que ampliara el vocabulario escénico como lo son las artes dramáticas, las corrientes contemporáneas de la danza, los ritmos cubanos y todo aquello que me ha permitido hacer confluir la tradición y modernidad de un género de carácter internacional y mi manera, muy cubana, de afrontarlo.

¿Qué representó para ti el reconocimiento en el país donde se origina esa danza?

La más alta distinción que poseo es precisamente la Orden Isabel la Católica: el más alto honor civil que otorga y firma el propio Rey de España. Proviniendo de una familia netamente española y dedicando mi vida a este arte, es un honor y un compromiso enorme para mí poseer tan alto reconocimiento.

En Estados Unidos ya has ganado un lugar destacado como bailarina y en 2019 fuiste la Directora del Programa de Flamenco y Danza Española en School at Jacob’s Pillow. ¿Qué ha significado este país en tu vida profesional?

El público y la crítica norteamericana siempre me han acogido de una manera excepcional. En los Estados Unidos he tenido la gran oportunidad de bailar con gran éxito en los teatros y festivales más prestigiosos, tales como el Joyce Theatre de NYC, en el Kennedy Center for the Performing Arts en Washigton, en el Jacob’s Pillow Dance Festival (que es uno de los festivales de danza más importante de los Estados Unidos), entre otros,; siendo en este último, además, la Directora del Programa de Danzas Españolas y Flamenco de The School at Jacob’s Pillow en 2019 y la Artista Cover del Festival ese año. También he tenido el honor de recibir el reconocimiento del Speaker Emeritus of the ­Assembly en California e impartir talleres y clases magistrales en academias, festivales y prestigiosos centros danzarios tales como el Juilliard School, entre otros.

Bailarina Irene Rodríguez

 Estados Unidos es una gran nación que abre las puertas y brinda grandes oportunidades a todo aquel con talento y deseos de desarrollarlo. Este país es cuna de grandes artistas, tiene prestigiosos escenarios y una maravillosa crítica especializada en arte, por lo que ha sido el mejor destino para mostrar mi obra y ahora es mi nuevo hogar para hacer realidad mis sueños.

Entre los grandes triunfos que ya has atesorado, ¿cuáles te han conmovido más?

Siempre los premios y reconocimientos recibidos son un gran halago, una felicidad y una fuerza motora para seguir creando; pero es el aplauso del público el mejor regalo y recompensa para un artista; ese aplauso que tanto hemos echado de menos todos los artistas en toda esta larga cuarentena apartados de los escenarios. Esos apasionados aplausos, a veces de pie, esas expresiones de emoción, provocan un sentimiento que no se puede explicar con palabras.

¿Qué ha significado para ti ser también maestra?

El magisterio siempre me ha apasionado en gran medida. Disfruto mucho transmitir mis experiencias y el amor a la danza a las nuevas generaciones. Me llena de un singular orgullo el verme reflejada luego en cada uno de mis alumnos y, aún más, el ver a esos alumnos convertidos ya en maestros, transmitiendo mis enseñanzas.

En el apogeo de tu carrera artística, eliges a Tampa para vivir. ¿Qué te motivó a tomar esa decisión?

Tampa es una hermosa ciudad. Cada día le descubro más atributos y me enamoro más de ella. Muchos fueron los motivos que me atrajeron hasta acá: extensa y hermosa es su historia vinculada con Cuba y con España, la ciudad está en proceso de un gran desarrollo cultural, su gente es afectuosa y solícita, su clima es perfecto; y además, es la tierra de los campeones deportivos; así que dónde mejor para continuar desarrollando mi arte.

Tengo muchos sueños y proyectos. Me he establecido en Tampa con muchas garras y deseos de trabajar duro para poderlos hacer realidad.

¿Qué estás haciendo ahora y cuáles son tus próximos planes?

Desde que llegué a Tampa he estado estrechamente vinculada con el respetado Straz Center of the Performing Arts, ya sea enseñando o coreografiando para el Patel Conservatory.

Próximamente, el 8 de enero, será mi primera actuación en Tampa interpretando una coreografía como artista invitada dentro de la competencia de ballet YAGP en el propio Straz Center.

También comenzaré el 4 de enero con mis propios “Cursos de Formación de  Flamenco” en el Brucie Klay’s Dance Center, localizado en el 3601 S Manhattan Ave, Tampa. Serán cursos dirigidos tanto para niños como para adultos en diferentes niveles: principiantes, nivel medio y avanzado. También impartiré cursos para aprender a bailar con abanicos, mantones y castañuelas. Para las inscripciones podrán contactarme al email: irenerodriguezcompania@gmail.com.

Publicado en La Gaceta, 31 de diciembre, 2021.

 

 

 

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